Por razones profesionales viajo mucho y visito establecimientos de restauración de todo tipo, en los que he visto cosas que me gustan mucho y otras que me gustan menos. Así que, tras darle muchas vueltas, me he animado a hacer una lista de las 10 cosas que me gustan en los restaurantes por si puede ser útil e interesante para los gestores de restaurantes.
- Gestión de reservas y acogida
Me encanta cuando un restaurante tiene implementado un buen servicio de gestión de reservas y tiene interiorizado su protocolo de acogida para cada uno de sus clientes. Además, si no me hacen sentir como un cliente invisible a mi llegada y me reciben con sonrisa y amabilidad desde el segundo uno, la pera.
- Nuevos formatos
Me gusta cuando un restaurante se adapta rápido a los cambios e introduce la innovación dentro de su concepto gastronómico. Por ejemplo, somos muchos los que nos vemos obligados a comer solos, y me encanta que se piense en nosotros, que bastante tenemos con comer en un rincón mirando el teléfono. ¿Cómo que no hacen arroz para uno? Nuevos clientes, nuevas oportunidades.
- Que me sugieran y vendan con arte
Algunos profesionales de sala llevan el arte de sugerir en las venas, especialmente en el sur de España. No es algo que esté muy extendido en la restauración, pero siempre se puede aprender. Si te topas con un camarero que te sugiere con arte una elaboración o producto, es complicado que, como cliente, lo rechaces. Me gusta cuando se enseña a los empleados a que todos sepan los ingredientes de las diferentes elaboraciones del menú y además con qué bebida puede maridar mejor o con qué entrada o postre encaja bien. Me encanta la venta sugerida. Además la sensación que se lleva uno es la de buen servicio y atención.
- Lo frío, frío y lo caliente, caliente
Aunque esto puede resultar una obviedad parece que no en todos los restaurantes se lo toman igual. Y qué fastidio cuando estás esperando con ganas un plato caliente y a la primera cucharada, ¡SORPRESA, está frío y se quitan todas las ganas de seguir disfrutándolo! O esa cervecita en mitad de mes de julio que esperas que esté cuanto más fría mejor y recibes todo lo contrario. Esto se traduce en sentimiento de decepción por parte de los clientes y es fácil de evitarlo.
- Me gusta comer con rock
El rock, la marcha, que no se eternice la llegada de la comida y la bebida es otra cosa que me gusta encontrarme en un restaurante. Y es que, ¿qué es un restaurante sin rock? En la operativa habitual tiene que estar todo aunado, que se perciba en cierta forma esa tensión y esa energía en los empleados por un buen servicio, pero nunca el estrés. La tensión es necesaria y como hosteleros la solemos llevar en la sangre y ésto nos mantiene ‘vivos’ durante los servicios.
- Que el camarero no se note
La sexta cosa que se agradece y mucho es que el camarero esté siempre atento a lo que podamos necesitar y sepa entender el lenguaje corporal pero que no se note que está. Sobre todo, las veces que visitamos un restaurante para una reunión de trabajo, si estamos hablando de un tema importante o simplemente disfrutando de nuestra compañía, es un detalle que el camarero sepa servir los platos o recoger lo sobrante de la mesa pasando desapercibido. Que el camarero calle a la mesa para contar la preparación no toca siempre, ni siquiera en los gastronómicos; hay que tener un poco de vista.
- La cuenta rápida y la despedida atenta
Avanza la comida y llega el momento de pedir la cuenta, la solicitamos al camarero que nos haya atendido y la cuenta nunca llega. Si pedimos la cuenta es porque ya hemos dado por finalizada la visita y nos disponemos a marcharnos, cuando nos traen la cuenta de forma rápida y además nos dan una despedida atenta, chapeau, tan importante es que nos reciban como que nos despidan de forma cordial. Recuerda, el primer simpa nació de una cuenta que no llegaba.
- Incluir el IVA en la cuenta
Otro aspecto es el IVA en la cuenta o la factura, por favor, siempre. Además la ley es clara, precios con IVA incluido. No hagas a tus comensales ponerse a hacer cálculos sobre el precio total de la factura, si hoy en día todas las TPV tienen la opción de poder sacar las facturas con el IVA incluido, ¿por qué no hacerlo y evitar ese dolor de cabeza al comensal?
- Buena digestión
Cada vez nos fijamos más en la propuesta gastronómica a la hora de elegir un restaurante; yo busco elaboraciones healthy o alternativas saludables ya que posteriormente favorecerán una buena digestión. Éste es otro factor imprescindible para mí en un restaurante, ya que si después de la visita mi estómago se pasa horas tratando de digerir la comida, no creo que vuelva.
- Sentirse protagonista
El décimo y último aspecto que voy a destacar es: sentirse protagonista, es decir, que el cliente sea el foco principal de los empleados del restaurante. No me refiero a llevarlo hasta el extremo de agobiar y estar ‘encima’ del cliente constantemente, pero sí hacerle saber que él y que su estancia en el establecimiento son lo más importante.
Estos son los 10 aspectos que a mí, personalmente, me enamoran de cada ‘casa’ que visito y que cuando los encuentro pienso que ese establecimiento está haciendo bien las cosas. Y a vosotros, ¿qué os gusta encontraros cuando visitáis un restaurante? Micrófono abierto, os leo.