La crisis del coronavirus ha cambiado la escena de los restaurantes de un golpe. Durante la primera ola los cierres, el estado de alerta, el confinamiento y las restricciones se sucedieron a gran velocidad. Poco podían hacer los restaurantes por aquel entonces para sobreponerse a la pandemia del siglo. Una de las medidas que más rápidamente adoptaron los profesionales del sector fue el reparto de comida a domicilio, un servicio que tenía entonces gran demanda dada la imposibilidad de operar legalmente de otra forma y por el interés suscitado por la propia población.
Ahora que estamos en lo que aparenta ser una segunda oleada de SARS-CoV-2, los restaurantes siguen apoyándose cada vez mas en las empresas de reparto domiciliario de comida para mantener sus ventas en niveles aceptables. Y la demanda no ha caído, en todo caso al contrario, la receptividad de la población no hace sino aumentar.
Con las vacunas ya en el horizonte, todos cruzamos los dedos para que sean efectivas y podamos poner cierre por fin a todo el sufrimiento causado por la enfermedad COVID-19. Preocupaciones de índole sanitaria aparte, cabe preguntarse cuál es la estrategia que seguirán los restaurantes en el futuro próximo.
El mercado de movilidad lleva creciendo con un ritmo sostenido al menos un lustro, y siempre con valores por encima del 10% anual. Este 2020 no ha sido diferente, y tampoco se prevé una desaceleración para los próximos años. Así pues, parece razonable que los gerentes de los restaurantes apuesten por este modelo de negocio.
Pero… ¿Cuál es la percepción real entre los profesionales del sector? ¿Se quedará el reparto de comida a domicilio entre los servicios habituales de los restaurantes o es algo transitorio mientras dura la pandemia? La respuesta nos la trae Deliveroo; una de las empresas líderes en reparto especializado para restaurantes, junto a competidores como Just Eat o Uber Eats.
La última encuesta de mercado realizada por Deliveroo entre sus socios durante la primera quincena de mayo desvela que el 97% de los restaurantes mantendrán los servicios de delivery en el futuro. Se trata de un incremento muy sustancial respecto a la pesquisa anterior, ejecutada en enero cuando el SARS-CoV-2 era un problema en China y pocos lugares más. Por aquel entonces un 80% de los restaurantes estaban decididos a ofrecer este servicio en el futuro próximo.
El reparto de comida a domicilio se consolida de esta manera como un activo en operación que afianza al restaurante frente a cambios inesperados, y que además blinda al negocio frente a las tendencias de consumo venideras, que estarán dinamizadas por las generaciones más jóvenes: millennials y generación Z.
La importancia que ha cobrado recientemente el delivery ha hecho que entre las opciones de inversión sopesadas por los restaurantes, esta haya cobrado especial tracción en detrimento de otros esfuerzos como puedan ser el marketing o la personalización de los artículos ofrecidos. La búsqueda de la sostenibilidad en el entorno de la restauración suscita un interés que se haya tan solo un par de puntos porcentuales detrás de los ya mentados.
No obstante, cae en picado la contratación, la mejora de los salarios y la formación para el personal de camarería, recepción, caja y cocina. Y ello a pesar de que algunas de las marcas que han optado recientemente por instaurar un servicio de reparto de comida a domicilio lo han hecho con una flota propia para no depender de terceros.
Algunos restaurantes sienten que contar con empresas como Deliveroo, Just Eat, Glovo o Uber Eats aporta más inestabilidad de la que restan, pues el status de sus trabajadores como posibles falsos autónomos y la llegada de las primeras sentencias de los tribunales a este respecto tienen potencial para causar algún que otro quebradero de cabeza. Si bien, estos negocios precavidos son minoría.
Y mientras que la mayoría de los restaurantes parecen tener suficiente con sus propios problemas como para contemplar los de los riders, Deliveroo y otras marcas similares que operan en España ya están buscando la implantación de un marco legislativo a medida que les sea favorable. Según la opinión de estos gigantes del delivery, la viabilidad de todo el sector restauración depende de cuál sea la normativa aplicable.
Es incierto si esto es realmente así, pero la petición más solicitada entre los profesionales de los restaurantes es una reducción de los tipos impositivos aplicados al consumo en los comedores, tal y como ya se ha hecho con buenos resultados en la ciudad de Londres (Reino Unido).
Más de dos quintos de los encuestados solicitan este tipo de ayudas (41%), mientras que el 29% busca una inyección directa de liquidez por parte del gobierno y un 15.2% quisiera poder disfrutar de algún tipo de flexibilización en los pagos del alquiler, especialmente importante esto último en las grandes urbes, donde además de precios del suelo por las nubes encontramos una brecha estructural causada por la densidad de población que es fácilmente aprovechable por el coronavirus.
A la espera de una nueva encuesta periódica de Deliveroo, que no tardará en llegar si atendemos al calendario de publicaciones previo, parece que el delivery se cimienta en todo el mundo. Aunque haya crecido enormemente a causa de la crisis del coronavirus, es evidente que pronto nos acostumbraremos a ver a los repartidores o camareros de exterior, de las diferentes marcas por nuestras calles, siempre y cuando el poder judicial no tumbe este modelo de negocio al proteger los derechos de los trabajadores.