Las librerías de EE. UU. han visto sus estantes engrosados por un libro peculiar. Se trata de las narraciones de Trudy Cathy White, primogénita del fundador de Chick-fil-A. En este libro con fuerte carga espiritual y religiosa, Trudy narra sus experiencias vitales pertenecientes a su niñez y juventud.
Entre las memorias que se incluyen en Climb Every Mountain, el libro publicado hace tan solo unos meses por la hija de S. Truett Cathy, está el momento en el que la joven de 19 años pidió a su padre que le permitiese llevar uno de los establecimientos de la compañía.
Procedente de una familia cristiana acusadamente religiosa, Trudy había sido criada conforme a las enseñanzas de la biblia, pero poco sabía ella que esos mismo valores que aparecían en el sagrado texto habían sido puestos en práctica en el exitoso negocio de su padre.
La palabra de Dios está presente en Chick-fil-A en diferentes formas. La cadena especializada en recetas de comida rápida hechas con pollo y especialmente querida por la comunidad afroamericana consta ahora de 1600 establecimientos dispersos por los EE. UU. Todos y cada uno de estos locales cierran los domingos, respetando la fiesta del señor.
Además, la marca hace gala de una responsabilidad social excepcional. Tal como se indica en Climb Every Mountain, la autora y su marido ejercieron como misioneros en Brasil, experiencia que sirvió de base para fundar la ONG Lifeshape y la fundación Impact 360 Institute.
Estas mismas convicciones motivan el apoyo económico también desde la empresa de restauración organizada, que es reconocida mundialmente por las donaciones que realiza a diversas misiones. En este sentido, una de las noticias más sonadas en los últimos tiempos fue la condecoración que recibieron los misionarios LDS durante las ventiscas glaciares que azotaron Norteamérica el pasado invierno.
Justo lo que cabría esperar de una franquicia que tiene como misión «Glorificar a Dios como un sirviente fiel de todo lo que se nos entrega y tener una influencia positiva sobre todos aquellos que entran en contacto con chick-fil-A».
Menos acertadas de cara a la sociedad actual son las opiniones en defensa del matrimonio tradicional, motivadas por el cristianismo exacerbado, y que fueron recibidas con fuertes críticas en las redes sociales. Las declaraciones de Trudy, que afirma que Dios bendijo siempre el negocio familiar también son vistas con cierto escepticismo.
Muchos opinan que las fervorosas demostraciones de amor hacia Dios de Trudy son anacrónicas, pero el desencanto que suscitan no tiene efecto ninguno sobre el porvenir del negocio de restauración: Chick-fil-A sigue siendo un negocio boyante muy estimado por la comunidad.
No obstante, y en clara alusión al título del libro, que se podría traducir como «Supera todas las dificultades», a Chick-fil-A le espera un verano complicado. Durante la primavera la cadena se vio envuelta en controversias con el colectivo LGBTI+, perdió varias concesiones en aeropuertos y ha acaparado la atención de los medios a causa de un empleado que fue descubierto tomando instantáneas de la ropa interior de las clientas.
Sin duda los sabrosos sándwiches de pollo Chick-fil-A, creación del ya difunto fundador, la salsa mixta, la limonada, el té helado, así como los nuggets de pollo de la casa jugarán un rol importante en que la opinión pública olvide estas y otras afrentas.