Diego Coquillat - El Periódico de los Restaurantes

¿Churros o porras? el dilema de las navidades

En la última noche del año, muchos empezaron a soñar con lo que puede convertirse en el pistoletazo de salida de un año redondo, una buena taza de chocolate caliente con churros. Una tradición que no perdonan los rezagados que terminan las celebraciones de Navidad con una docena de estos dulces en la mano, o los madrugadores que desean empezar el día como se merece.

Estos dulces fritos, que se han convertido en objeto de devoción más allá de las festividades navideñas, siguen generando debate sobre su origen. Mientras que la Asociación de Churreros de Cataluña lo sitúa en el Antiguo Egipto, otros expertos afirman que los antecedentes más fiables coinciden con el mundo árabe.

También hay otra corriente que apoya la teoría de que fueron traídos por las expediciones portuguesas, desde China, con los denominados youtiau” que significa demonio frito en aceite. Esta receta sería posteriormente modificada por los portugueses, quienes aportarían el azúcar y la clásica forma estrellada. 

Desde China, con los denominados “youtiau” que significa demonio frito en aceite. Esta receta sería posteriormente modificada por los portugueses, quienes aportarían el azúcar y la clásica forma estrellada. 
Street Food

Del mismo modo, no sería tras el descubrimiento de América, con la llegada del cacao a Europa a través del Puerto de Indias (Sevilla), cuando se inventaría el maridaje perfecto en los salones de nobles con una taza de chocolate caliente, tradición que ha pervivido hasta nuestros días.

Esta receta, denominada durante mucho tiempo “frutas de sartén” (así lo define la RAE) o “dulces de sartén”, evolucionó a su actual nombre ,“churros”, por su supuesto parecido con los cuernos de las ovejas churras, una raza originaria de Castilla y León con la que los pastores nómadas encontraron una semejanza. Sin embargo, esta no es su única denominación pues, a lo largo y ancho del territorio nacional, han ido adoptando otras muchas como “jeringos” en Málaga, “tejeringos” en Sevilla y Huelva o “calentitos” en Jaén.

También su forma diverge dependiendo del punto geográfico, en Madrid, se caracterizan por una particular forma enlazada, una moda que se cree que se remonta al siglo XIX cuando la ciudad recibía a los feriantes ambulantes. Época durante la cual eran conocidos como “verbeneros”.

En Madrid, se caracterizan por una particular forma enlazada, una moda que se cree que se remonta al siglo XIX cuando la ciudad recibía a los feriantes ambulantes. Época durante la cual eran conocidos como “verbeneros”.
Madride,es

También encontramos distintas formas: bastón, en espiral, o rectos. Esta última muy típica en Mexico, Argentina, Chile, Uruguay o Venezuela, países latinoamericanos que están propiciando nuevas creaciones y variantes, en las que los churros también se rellenan de chocolate, crema pastelera o dulce de leche. Si hablamos de invenciones, también cabe mencionar los churronuts, un nuevo dulce que ha surgido fruto de unir lo mejor de dos delicias, el churro y el donut. 

¿Y qué hay de las porras? Sin duda, estos dulces, considerados primos hermanos, conviven con los churros en cuanto a popularidad. Se diferencian en el empleo de una pequeña pizca de bicarbonato sódico, una mayor cantidad de agua, aparte de más tiempo de fritura debido el grosor de la masa y un breve reposado para que adquiera esponjosidad y volumen. 

Tras conocer algo más sobre su origen, lo importante, ahora, es saber dónde hallarlos para poder disfrutarlos. Aquí van los imprescindibles

Si hablamos de invenciones, también cabe mencionar los churronuts, un nuevo dulce que ha surgido fruto de unir lo mejor de dos delicias, el churro y el donut. 
El Confidencial

En Madrid, este dulce está muy arraigado, tanto, que los churros y porras, han dado forma a lo que se conoce popularmente como desayuno a la madrileña. Un manjar que todo madrileño ha tenido oportunidad de degustar en San Ginés, en pleno centro con 120 años de historia, que ya mencionaba Valle Inclán en Luces de Bohemia y que ahora también hace las delicias de los japoneses en Tokio, chinos en Shanghái y los bogotanos.

No tan afamados pero igual de queridos por los madrileños encontramos Las Farolas, La Antigua Churrería o Rocamar.  Además, para los aficionados, apunten también Hornos San Onofre, pues pocos artesanos cuidan la calidad de su chocolate tanto como ellos (sin sucedáneos). 

En Barcelona cuando se habla de churros resuenan los nombres de Comaxurros, Churrería San RománGranja Dulcinea. En Sevilla, las direcciones imprescindibles son El Comercio y la Churrería de los Hermanos García y, en Marbella, también encontramos un clásico, Churrería Ramón.

Chocolateria San Gines desde 1894, un clásico en Madrid.
City Life Madrid

¿Y en tu ciudad, que churrería nos recomendarías? déjanoslo en los comentarios…gracias!

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