Publicar en Instagram fotografías de los platos cuando te encuentras en restaurantes con estrellas Michelin no tiene demasiado mérito. La disposición de los alimentos, sus proporciones, e incluso el mobiliario y la iluminación de la sala crean un marco tan atractivo que facilitan mucho el trabajo al fotógrafo casual. Y claro, de esta forma las fotografías resultantes no pueden ser más apetecibles.
El mayor reto se encuentra en compartir buenas fotografías del establecimiento cutre de la esquina. Nadie duda que la comida sea magnifica, pero la fotografía común no atraerá ni a los clientes más hambrientos: mala luz, ausencia de elementos decorativos, emplatados sin estilo, etc. Por eso hay que considerar como verdaderos expertos en dignificar casi cualquier alimento depositado sobre un plato, y maestros del foodporn, a aquellos que nos hacen salivar a diario con las fotos de sus platos, aunque estén comiendo en una terraza con sillas y sombrillas patrocinadas por la cervecera más conocida.
Es el caso por ejemplo Laura López (@lauraponts), con casi 200.000 seguidores y el mejor Instagram gastronómico de España en 2015. Tirando de sentido común, creatividad y buen gusto se hizo un hueco en el panorama sin tener ningún bagaje, ni con la cámara ni como estilista culinaria. Así es que ya ha publicado un libro (Arte foodie, Planeta) y algunas marcas y restaurantes de renombre se la rifan, tanto que ya ha firmado un contrato con el chef Nandu. Hoy es una reputada experta en marketing gastronómico que ha conseguido hacer de su pasión un negocio.
Cómo manejar la cámara para triunfar en redes sociales
Sus imágenes en redes sociales son fruto de una cuidada preparación. Pero ¿qué hay del plato ya elaborado que no tiene por dónde cogerlo? Los expertos en este tipo de fotografía recomiendan no escatimar en creatividad y abusar del desenfoque. Para ello, viene bien contar con una cámara réflex que permita utilizar la profundidad de campo.
Pero no todo el mundo dispone de un equipo adecuado. Por suerte, los teléfonos móviles son cada vez más avanzados y disponen de modos macro y de retrato que vienen de perlas para conseguir el efecto deseado. Dar la vuelta al plato para encontrar el punto más atractivo es un buen comienzo. A partir de ahí, la recomendación general es la de fijar el foco en la parte más cercana para que se vaya difuminando hacia el infinito.
El entorno de la foto también es fundamental. Cuanta más personalidad tenga, mejor será el resultado final. Un plato ligeramente alejado puede darle carácter a la toma, y si está situado sobre una mesa de madera antigua, mucho mejor. Es una cuestión de creatividad. Cada escenario tiene su potencial, tu misión es encontrarlo.
Lo más importante para capturar casi cualquier cosa es la iluminación, no hace falta ser un profesional para saber que las imágenes oscuras carecen de atractivo. Por eso es importante utilizar el objetivo más luminoso posible, sobre todo en aquellos restaurantes en los que la luz brilla por su ausencia. Los expertos en fotografía gastronómica son claros en este aspecto: siempre hay que disparar con buena luz, a ser posible natural. Así que lo mejor será utilizar los medios que haya disponibles.
Técnicas para sacar buenas fotografías en cualquier restaurante
Ya sea una ventana cercana o el flash del móvil, aunque recuerda que este último es uno de los grandes enemigos de las fotografías hechas con smartphones. Cada vez es más habitual ver a clientes pedir las mesas cercanas a las ventanas pensando en la calidad de sus fotografías. A falta de réflex, los smartphones de hoy en día incorporan objetivos realmente luminosos que ayudarán en la tarea. Manejarse bien en el modo manual con términos técnicos como el ISO, el balance de blancos y la apertura de la lente también es importante.
Por último, la rapidez lo es todo. Hay ingredientes que no llevan bien el paso del tiempo,como por ejemplo, el queso fundido de una hamburguesa que se endurece al enfriarse. Eso afectará enormemente a la fotografía.
En definitiva, visualiza la historia que quieres contar con ese plato, elije el mejor ángulo para la toma de la fotografía, cuida la luz, ajusta el punto de enfoque a aquello que quieres que destaque y desarrolla un estilo propio a través de ensayo y error.
Es posible triunfar en Instagram inmortalizando únicamente los platos de los restaurantes más cutres de la ciudad. Solo hay que saber cómo hacerlo, elegir el momento del día adecuado y ponerle grandes dosis de creatividad.