La crisis del coronavirus ha provocado un claro trasvase del volumen de negocio on-premise o dentro de las instalaciones a las cada vez más numerosas opciones de delivery y takeaway. De esta forma, el segmento de mercado asociado con este modo de operación aumenta pese a las dificultades por las que atravesaba el sector.
Han sido numerosas las ideas que han surgido en los pasados meses a este respecto. Sin duda, entre las más sonadas están la recogida fuera de tienda, en la acera y las taquillas contactless. Otras opciones que existían desde hacía tiempo han cobrado mayor relevancia. Es el caso de las cocinas fantasma o dark kitchen, los carriles drive-thru y los kits de cocina.
En Miami (Florida, EE. UU.) una empresa emergente especializada en soluciones tecnológicas para restaurantes ha sabido aprovechar la tesitura para lanzar un proyecto que ha generado mucho interés. Tanto es así que la start-up ha logrado recaudar sin dificultades más de 700 millones de dólares durante una ronda de financiamiento privada.
Entre los inversores destaca el famoso grupo Mubadala Investment Company con sede en Abu Dhabi (Emiratos Árabes Unidos), que a través de su filial Mubadala Capital ha aportado el grueso del monto; así como UBS Asset Management, Target Global y Oaktree Capital Management (la cual ha inyectado dinero a través de su fondo SoftBank Vision Fund).
¿Cómo ha podido una pequeña empresa como REEF Technology atraer el interés hacia su producto?
El secreto reside en la promesa hecha por la compañía. Esta promesa consiste en recuperar los espacios inútiles de las ciudades y convertirlos en superficies productivas. En concreto, la compañía tiene puesta su mirilla sobre los aparcamientos vacíos.
Gracias a la tecnología, software y know-how que tienen en propiedad, en REEF Technology tienen la capacidad de transformar un aparcamiento utilizado por debajo de sus posibilidades en una fuente de ingresos para los restaurantes.
La idea es sencilla: establecer puntos de distribución en vecindarios de extrarradio para ofrecer reparto de comida a domicilio fuera del epicentro de las ciudades. Y lo están haciendo tremendamente bien por lo que aparenta, pues ya han instalado 4500 estaciones de redistribución a lo largo y ancho de Estados Unidos.
De hecho, el éxito inicial que han cosechado es tal que no han tardado de extrapolar su modelo de negocio a otras tiendas con venta directa al consumidor final. De este modo algunos de los espacios de REEF Technology tienen capacidad de gestión también para productos de electrónica, vestimenta, alimentación, ocio y similares.
Apenas hay establecimientos que no estén interesados. El motivo que subyace a este éxito es de índole monetaria. Gracias a los módulos instalados en vecindarios suburbanos, las diferentes marcas colaboradores ahorran costes en concepto de alquiler.
Un ejemplo clásico es el de los restaurantes que recién entran al mercado de la movilidad. Estos necesitan adaptar sus espacios para poder proveer el servicio (empaquetado de los pedidos, punto de recogida para repartidores, etc.). Estos espacios se pueden conseguir de dos modos, robándole superficie útil al local; es decir, limitando la capacidad del salón del restaurante en un momento en el que los aforos ya están de por sí reducidos; o expandiendo la tienda, lo cual implica evidentemente una reforma o alquilar otro espacio adyacente.
Dado que REEF Technology consigue poner en valor suelo desaprovechado, los precios que pagan desde la start-up en materia de adquisición o alquiler son irrisorios. Esto luego se traslada a los clientes finales, que pueden experimentar ahorros sustanciales respecto a modos de operación más tradicionales.
La expansión acelerada de la start-up y los 300 millones de inversión que han venido de la mano de Oaktree Capital Management, una firma financiera afincada en Los Ángeles (California, EE. UU.) especializada en estrategias de mercado alternativas, han propiciado que se erija la línea de negocio Neighborhood Property Group, cuyo principal cometido es la adquisición de terrenos que potencien la logística de REEF Technology.
De esta manera, gracias a ideas innovadoras y un empujón a destiempo por la crisis del coronavirus, REEF Technology ha pasado de ser una gestora de dark kitchens fundada hace tan solo hace dos años a instalar contenedores intermodales reacondicionados para servir como punto de distribución de las comidas recibidas de uno o más restaurantes.
Su penetración en el mercado de la restauración ha sido tan profunda que desde la directiva de la start-up han apostado por lanzar incluso una marca propia a través de su servicio. De este modo, REEF Technology cuenta con su propio menú en las aplicaciones de gestión de pedidos online para restaurantes, y envía sus comandas desde los tráileres estacionados en los aparcamientos abandonados.
Ya son 100 Neighbour Kitchens las que están abiertas por EE. UU. Más de 20 zonas de influencia en torno a las principales ciudades cuentan con sus propios puntos de reparto. Un ejemplo de ello lo podemos ver en las cercanías a la sede de la empresa tecnológica. En Miami ya hay 18 contenedores operativos. Por supuesto, todo hace pensar que este número se seguirá incrementando a corto y medio plazo.
Con este concepto original, REEF Technology se ha hecho con un hueco en el mundo de las cocinas fantasma. Sus competidores más directos en el mercado estadounidense son CloudKitchens y Ordermark, empresas que también han conseguido importantes montos en sucesivas rondas de financiación, incluyendo dinero procedente de inversores en común con REEF.
Todavía es pronto para saber cuál de estas empresas dominará el mercado en el futuro. Por el momento cada una de ellas aparenta servir nichos de negocio diferentes, y además no comparten el ámbito geográfico. Pero es solo cuestión de tiempo que la competición directa entre las mentadas empresas comience, pues la proliferación y la demanda por las cocinas fantasma no deja de aumentar a gran velocidad.