Artistas desconocidos hasta el momento han puesto de moda los lienzos hechos principalmente de cafeína: versiones de cuadros famosos, personajes de cine o retratos realistas son sus más destacadas obras.
Un café tiene distintos significados según la persona: unos lo asociamos a un momento de descanso, de tranquilidad y de compartir historias; otros lo necesitan como motor para arrancar o continuar su día y existe un tercer grupo para el cual supone un verdadero placer tener un vaso de tan deliciosa bebida entre sus manos. Pues bien, son estos últimos los fieles amantes del café; aquellos que un día se sintieron inspirados y estaban pintando su mejor cuadro cuando de repente una gota de cafeína se derramó por su obra. Tras el caos inicial, pronto se dieron cuenta de que eso también era arte. ¡Y del bueno!
Una de sus mayores -y mejores- exponentes es María A. Aristidou, quien acostumbraba a pintar teniendo una taza de café bien cerca; tras varias manchas inoportunas Aristidou no dudó en cambiar las acuarelas tradicionales por una buena dosis de cafeína. Así es como esta chipriota afincada en Reino Unido comenzó una aventura que ahora comparte con todos nosotros a través de su Facebook e Instagram. Aunque solo lleva trabajando con esta bebida unos meses, ya ha conseguido fascinar a miles de personas gracias a ilustraciones de animales, bodegones y, sobre todo, conocidos personajes de cine y televisión: Yoda, Darth Vader, Mario Bros, Mickey Mouse, la Sirenita, Daenerys -de Juego de Tronos- o Davy Jones -de Piratas del Caribe.
En sus redes sociales también podemos ver retratos hechos con café a intelectuales como Einstein o genios de la música como The Beatles. Para elaborar estas auténticas obras de arte tan solo se basta de un papel para acuarelas, agua, cinco mezclas distintas de café -unas de tonalidad más clara y otras más oscura- y un pincel.
Es este último bártulo el que utiliza, una vez que el lienzo está manchado de café, para dibujar sobre el mismo todo lo que se le viene a la mente y que supone plasmar lo que a ella más le gusta: series con las que ha crecido, personas a las que admira, etc.
Otra artista que ha conquistado con sus pinturas y sus técnicas innovadoras no solo al mundo del arte sino al público en general ha sido Red Hong Yi. Nacida en Malasia hace 29 años, es mundialmente conocida por utilizar tazas de café o pelotas de basket como sustitutos del pincel tradicional. Su obra más reconocida quizá sea esta, en la que retrata al músico taiwanés Jay Chou. Para hacerlo únicamente necesitó una taza y un plato de café, pues como se ve en el vídeo va superponiendo las manchas en forma de anillo que deja el recipiente hasta conformar la imagen que desea. 12 horas de trabajo nada más y nada menos.
El café derramado accidentalmente sobre una hoja de papel también ha sido la fuente de inspiración para el diseñador y redactor alemán Stefan Kuhnigk. Tras ver la forma que había tomado esa mancha se decidió a coger una pluma y pintar un pequeño monstruo sobre ella.
Desde esta creación -que fue la primera- hasta la actualidad, puede presumir de llevar en su portafolios más de 480 coffeemonsters; todo ello manteniendo su esencia inicial intacta, ya que la única diferencia está en el papel: ahora es de mayor calidad. Kuhnigk no se plantea dar rienda suelta a su imaginación, pues para él se trata de una práctica “que nunca se vuelve aburrida porque ninguna mancha es igual”.
Karen Eland es otra de las artistas que nos ha dejado boquiabiertos con sus cuadros hechos únicamente de café. Esta norteamericana comenzó pintando con lápices de color y acuarelas, pero al poco tiempo decidió experimentar -acertadamente- con esta bebida y usarla como tinta. Estos 14 años creando obras fantásticas a base de cafeína serán recordados por personalizar cuadros famosos, en los que la obsesión de Eland por el café queda patente. Dos ejemplos de ello son el retrato que hace de La joven de la perla sujetando una taza de su líquido favorito o este cuadro de Miguel Ángel en el que Adán le sirve un café a su creador.
Pero la inquietud y el inconformismo de Karen Eland la ha llevado a usar otras bebidas para elaborar sus obras. Entre ellas ha triunfado la cerveza. ¡Sí, la cerveza! La técnica que emplea para pintar es muy sencilla: derrama un poco de zumo de cebada, moja el pincel y comienza a crear. Si bien es cierto que ha de tener cuidado, pues si hay agua la cerveza desaparece.
Ludmila Zhizhenko también ha dado un pasito más, o quizá una zancada en toda regla. Y es que sus cuadros no están hechos de cerveza ni de café; ni siquiera se asemeja a una bebida, sino más bien a una sustancia altamente contaminante. Se trata de petróleo. ¡Sí, petróleo! Cuando creíamos que lo habíamos visto todo aparece esta rusa para demostrar lo bello que puede ser un lienzo pintado con petróleo, pues son sin ninguna duda obras elegantes y con un aire retro. Con sus trabajos, Zhizhenko pretende hacer un llamamiento a las industrias petroleras del lugar para que tomen conciencia sobre el problema que supone un derrame de este combustible para la flora y la fauna.
Después de recorrer medio mundo con Aristidou, Hong Yi, Kuhnigk y Eland llegamos por fin a nuestro país. ¿Qué creeis que un español puede usar como tinta para sus creaciones? Nada más y nada menos que el poso del vino. Abel Barandela, natural de Ourense y residente en Pontevedra, se quedó fascinado al ver el resultado obtenido de una mancha de vino derramada sobre un mantel de papel. Supo que aquello tenía que ponerlo en práctica y hacerlo su seña de identidad. Así ha sido, consiguiendo el reconocimiento nacional e internacional, de propios y extraños con cuadros que tienen como protagonista la Galicia rural de antaño.
Como vemos, es posible hacer obras de arte maravillosas utilizando casi cualquier líquido; el único requisito es que sea, obviamente, duradero. ¿Qué pensáis que podría funcionar tan bien como el café, la cerveza, el vino o el petróleo?