Just Eat, la afamada empresa de reparto de comida a domicilio, ha propiciado la realización de un estudio de mercado sobre las costumbres y preferencias de los ciudadanos británicos en lo que respecta a pedidos de comida para llevar.
Dicho estudio de mercado ha sido realizado por los avezados analistas de OnePoll, que han entrevistado a más de 2000 consumidores adultos para inferir las tendencias que dominan el sector durante este 2018.
Los datos fueron presentados a principios del mes de septiembre para publicitar la celebración de los British Takeaway Awards, un certamen que cumple ya su cuarta edición y que también llega de la mano de Just Eat.
Una de las conclusiones más importantes de la pesquisa realizada es que los ingleses valoran más comer plácidamente en sus casas que hacerlo en un lujoso restaurante galardonado con premios de renombre, como pueda ser el caso de aquellos establecimientos condecorados con estrellas Michelin.
En concreto un 51% de los encuestados elegiría recibir su pedido de comida a la entrada de su hogar o ir a recogerlo al establecimiento en persona para comerlo luego tranquilamente desde su sofá o mesa de comedor en compañía de la familia. Otra parte de los encuestados no se sentiría especialmente inclinada hacia ninguna de las dos opciones. Solo un pequeño porcentaje se decantaría por salir a comer a un local reconocido en el ámbito de la restauración.
Si bien el estudio no entra en detalles, este valor se corresponde con la población que se encuentra en riesgo de pobreza en el Reino Unido, tal como señalan algunos críticos de las estadísticas financiadas por Just Eat. No se ofrecen, sin embargo, argumentos que apoyen una supuesta relación espuria.
De hecho, a favor del informe están, además, los apartados que hablan sobre los motivos que tienen los participantes en la encuesta para evitar los restaurantes de élite. No figura entre las principales respuestas el precio a pagar por comensal (que como es bien sabido es sustancialmente mayor que en otro tipo de establecimientos).
Sí que se emiten quejas debido a las pequeñas raciones servidas en los platos de degustación, las dilatadas listas de espera que impiden hacer planes a corto plazo, y la necesidad de cumplir con un código de vestimenta desfasado y a todas luces fuera de lugar.

Las perspectivas ofrecidas por los ciudadanos se corresponden con un mercado que está experimentando una transformación de proporciones titánicas. El volumen de negocio movido por los pedidos de comida para llevar creció un 34% entre 2009 y 2016, continúa creciendo durante estos años, y en 2022 podría haber aumentando un 13% más si se cumplen las previsiones estimadas por el Takeaway Economy Report firmado por el Centro de Investigación Económica y Empresarial (CBER), una de las consultorías económicas líderes de las islas.
El director de organización de Just Eat en Reino Unido, Graham Corfield, confirma este escenario: «La comida para llevar de calidad forma parte del corazón de la cultura británica. Estos pequeños negocios independientes no solo ofrecen una comida y servicios fantásticos a su comunidad local, sino que también se esfuerzan tras bambalinas para llevar por toda la nación la comida que la gente ama, de forma que a menudo no se les reconoce como sería debido».
El informe extraído de las encuestas no se reduce a la dicotomía comida para llevar frente a restaurantes de lujo. También habla sobre el sentimiento percibido en la población respecto a los pedidos de comida con posibilidad de takeaway o de reparto. En este sentido más de un cuarto de los encuestados están tan satisfechos con los pedidos de este tipo realizados hasta este momento que no dudarían en ampliar sus pedidos a otras comidas, como por ejemplo el desayuno.
Sorprendentemente un porcentaje nada desdeñable de los británicos entrevistados encuentran justificable confrontar a sus parejas si no hay acuerdo a la hora de pedir comida para llevar (un escandaloso 49% según el estudio de OnePoll).

Otro dato que merece tenerse en cuenta es que las comidas para llevar se han convertido en una especie de catering para ocasiones especiales. Alrededor de 1740 de los 2000 encuestados (un 87% del total) afirmaron que realizarían pedidos para recoger o solicitarían los servicios de alguna empresa de reparto de comida a domicilio para celebrar eventos como cumpleaños, inauguraciones de nuevos hogares, o festejar el haber conseguido un nuevo puesto de trabajo.
Por supuesto, aunque no figuren en el estudio, muchas otras situaciones son susceptibles de invocar comportamientos similares: bautizos, aniversarios, bodas, reuniones de amigos y demás.
El ecosistema de los pedidos takeaway en Reino Unido es único y Just Eat lo conoce al dedillo. La empresa de reparto de comida a domicilio se siente allí en su salsa. Entre las particularidades que dotan al mercado inglés de una singularidad única que dificulta la entrada de nuevos competidores están la pasión por comer pizza fría, el interés por solicitar pedidos para llevar a la hora del desayuno, la costumbre de complementar el pedido con guarnición de patatas fritas al curry o el gusto por comer sentado en cualquier escalón en plena calle.
Hábitos todos ellos extraños, pero siendo sinceros con nosotros mismos, ¿qué podíamos esperar de los ciudadanos de un país en el que aún se conduce por la izquierda?