Los hosteleros británicos pensaban que el temporal había remitido cuando la pandemia del coronavirus perdió fuerza. Nada más lejos de la realidad. Las consecuencias del Brexit comienzan a hacerse patentes de mil y una maneras.
El sector, que ya había sido duramente golpeado desde 2020 por los confinamientos, cuarentenas y restricciones en materia de salud, recibe ahora una nueva oleada de cierres. El número de restaurantes que bajan sus rejas para siempre es incluso mayor que durante los momentos más duros de la pandemia.
¿Qué es lo que está pasando exactamente?
La crisis de la hostelería británica en números
Durante el ejercicio 2020-2021, 984 restaurantes de Reino Unido se vieron involucrados en una ejecución hipotecaria; es decir, un cierre forzoso con pérdida de patrimonio. Este número suponía un escarpado aumento en comparación con el año anterior. En vez de mejorar la situación, 2021-2022 ha mostrado resultados mucho peores. Y lo peor podría estar aún por llegar.
Los datos nos llegan de la mano de Mazars. Mazars ofrece productos de consultoría, análisis de mercado, contabilidad y auditorías a empresas de más de noventa países. Fundada en Francia en 1945, proveen estudios e informes detallados sobre la evolución de la economía. En esta ocasión, su documento pone de manifiesto el duro varapalo que sufren los restaurantes de Reino Unido.
De acuerdo a los datos más recientes, las ejecuciones en el sector hostelero británico han escalado un 59.25 %, pasando de 984 a 1567 en tan solo un año. Además, eso no es lo más preocupante. Estos procesos son más comunes en los últimos meses, mostrando un crecimiento del 14.68 % entre los dos últimos trimestres; o lo que es lo mismo, este ritmo podría componerse hasta un 72.98 % anual de mantenerse constante.
Los números indican que algo está pasando. Rebeca Dacre, socia de Mazars, resume la anomalía en una frase: «Hay más insolvencias en el sector hostelero ahora que con la COVID-19». ¿Cuál es el mecanismo que está destruyendo los restaurantes de Reino Unido?
La mentira del Brexit y la vuelta a la realidad
El Brexit, la salida de Reino Unido de la Unión Europea, fue vivida como una victoria: recuperar la soberanía del país. En realidad, Reino Unido no había perdido ninguna soberanía, sus derechos y deberes los firmaba de mutuo acuerdo en Bruselas —no olvidemos el derecho de veto que tienen todos los miembros—, pero el populismo de los Tories convenció a una muy ajustada mayoría en el referendo vinculante. Así, RU salió de la UE y las consecuencias comenzaron a apilarse: la oveja descarrió y perdió las ventajas de avanzar segura en un rebaño unido.
El primer golpe llegó cuando se reinstalaron las aduanas. Algunos productos dejaron de llegar al país. Otros se encarecieron súbitamente. Algunos perecederos llegaban a pocos días de caducar, pues papeleos y controles bloqueaban los alimentos en la frontera. Todo esto provocó una inflación endémica a la que hubo que sumar la de la guerra ruso-ucraniana. En septiembre de 2022, la inflación alcanzaba el 11.1 % anual, mientras que en España se encontraba 2.2 % puntos por debajo.
La frontera entre Reino Unido y la Unión Europea no solo ha puesto trabas innecesarias a la importación de alimentos, también al mercado laboral. Las islas recibían todos los años trabajadores del espacio Schengen que cubrían puestos de camareros y cocina que no lograban captar talento local. A menudo, los sueldos que percibían estos inmigrantes eran menores, por lo que con los recursos humanos limitados a aquellos existentes en las islas, los hosteleros han visto cómo sus costes se disparan.
Además, no solo han dejado de llegar trabajadores, también turistas. El turismo procedente de la Unión Europea ha caído en picado. Es entendible, los visitantes comunitarios ahora tienen que solicitar su pasaporte con suficiente antelación y esperar largas horas en colas aeroportuarias. Es más fácil visitar cualquier otro país de la Unión Europea, muchos de los cuales más famosos por su excelente gastronomía, como Italia, España o Francia. La CNN estima la contracción del turismo internacional en Reino Unido en un 86 %, un golpe que los restaurantes difícilmente pueden encajar, pues el sector ha dejado de percibir 175 millones de euros al día por el Brexit.
¿Cuál es el futuro de los restaurantes británicos en 2023?
La situación de los hosteleros británicos empeorará. Reino Unido se asoma peligrosamente a una recesión. Gran parte de sus habitantes sufren pobreza energética. El sistema de pensiones ha mostrado síntomas de debilidad, casi entrando en suspensión de pagos. La población solo tiene para gastos de primera necesidad, y los restaurantes no entran en esta categoría.
Los lobbies UK Hospitality y British Beer and Pub Association vaticinan que un tercio de los restaurantes británicos cerrarán en 2023. Por su parte, Barclaycard, el proveedor de pagos, indica que el 50 % de los ciudadanos van a ajustarse el cinturón en este año. Mazars refuerza este escenario dantesco, añadiendo que los próximos meses serán trágicos. Solo el periodo vacacional aliviará las dificultades del sector.
Mientras, las consecuencias imprevistas —o, más bien, ocultadas— del Brexit seguirán apretando las tuercas a los restauradores.