Para no desacelerar su crecimiento, Starbucks ha adoptado dos medidas con las que pretende paliar el estancamiento del mercado del café en Occidente. Por un lado están fomentando aquellos artículos de lujo, más caros y con márgenes de beneficio más dilatados.
Y por otra parte la cadena de la sirena pretende conquistar nuevos mercados. En concreto se están centrando en el Sudeste Asiático, donde China es uno de los objetivos claros. Sin embargo las cosas no están siendo sencillas para la afamada franquicia de cafeterías, pues Luckin Coffee, una empresa especializada en café propia de la región, está experimentando un crecimiento explosivo que, a ojos de la compañía estadounidense, es preocupante.
Luckin Coffee es una gran desconocida fuera de aquella región. La start-up fue fundada en Beijing en octubre de 2017. En tan solo un año, Jenny Qian Zhiya, el fundador de la empresa emergente, ha logrado que se abrieran 1700 establecimientos en China y que el valor de mercado de la compañía alcanzase los 2000 millones de dólares.
Pero eso no es nada comparado a lo que se viene. Con 300 locales más en proceso de apertura, Luckin Coffee pretende disponer de 4500 establecimientos al terminar el presente año. Claro indicio de que la estrategia comercial de Qian es extremadamente agresiva.
¿Cómo está logrando Luckin Coffee atraer a los ciudadanos chinos? Con pequeñas pero acogedoras cafeterías en las que se sirve el café a precios asequibles, y mediante el uso inteligente de las nuevas tecnologías.
En realidad, Starbucks y Luckin Coffee no podrían ser más diferentes. Mientras que la primera apela a la fastuosidad y la búsqueda de identidad y diferenciación de los usuarios, la otra se limita a ofrecer un servicio barato, rápido y cómodo, en el que prima la experiencia del usuario.
Por desgracia, estas diferencias no son suficientes para coexistir en el mercado. En China solo hay espacio para una cadena de cafeterías, y Starbucks tendrá que cafeinarse si quiere estar a la altura de las circunstancias.
La empresa americana cuenta ahora mismo con unos 3400 puestos de venta en 140 grandes ciudades de China. El plan inicial de alcanzar las 6000 ubicaciones para 2022 puede que se quede corto, pues es previsible que para entonces Luckin Coffee haya superado con creces tal cantidad.
Para ponerse al día una de las primeras cosas que Starbucks tendrá que solucionar son las enormes colas que se forman en sus cafeterías chinas. Colas que causan fricciones y son motivo suficiente para que muchos potenciales consumidores se vayan a la competencia.
Aunque hay quien apunta que el reparto es otro de los temas pendientes de la cafetería de la sirena, la realidad es que en los últimos meses Starbucks ha dado pasos de gigante para solventar la situación en la que se encontraba. Lo ha logrado con una colaboración con Alibaba a través de la app móvil de reparto de comida a domicilio Ele.me.
Todavía es pronto para saber quién dominará este mercado, pero varios analistas aseguran que Starbucks, pese al buen hacer de sus rivales, saldrá victorioso de la contienda.
La lógica tras esta aserción es simple: el mercado del café en China es joven y en expansión (ha crecido un 16% en los últimos diez años), y el gusto por el café, y en especial por el buen café, todavía no ha calado; cuando lo haga, Starbucks tiene la hegemonía sobre el café de lujo, las experiencias premium en materia de cafetería y los brebajes de calidad excepcional.
En este sentido, puede que Luckin Coffee se esté cavando su propia tumba con una estrategia basada en los productos low-cost. La economía china no hace sino crecer, y lo mismo ocurre con el poder adquisitivo de los ciudadanos del país.