Estamos viviendo un momento de cambio que obliga a los restaurantes a llevar sus ideas de negocio de manera inexorable hacia el autoservicio y la satisfacción instantánea de los clientes. La tecnología está empujando tanto a las personas como a las empresas hacia delante y desafiando las formas tradicionales de pensar y operar.
En el sector de la restauración, los comensales están cambiando y ya se puede apreciar una tendencia donde esperar para cualquier cosa está empezando a ser inaceptable o cuanto menos molesto. Por eso cada vez son más y más usuarios que evitan comer o cenar fuera a favor de la conveniencia de que te lo traigan a casa, por ejemplo.
Con el uso de los dispositivos móviles en pleno aumento, y la capacidad de tener todo a su alcance, los comensales están exigiendo más control. Sólo hace unos años, estábamos acostumbrados a llamar para pedir un taxi o buscarlo por la calle, y todavía estaríamos haciendo eso hoy en día si Uber o Cabify no hubieran nacido.
Ahora es tal la experiencia recibida cuando utilizas estas aplicaciones que muchos usuarios ni se plantean volver a coger un taxi. Lo mismo pasa en cierto modo con AirBnB y otras muchas empresas que hace menos de una década decidieron cambiar las reglas de juego en sus respectivos sectores, siendo disruptivos.
Dos cambios fundamentales en los clientes de los restaurantes:
El primero es el cambio que le permite tener el control de cuándo y dónde el usuario desea un servicio, que deberá ser lo más personalizado posible y, en segundo lugar, la noción de inmediatez. No queremos esperar para nada y gracias a nuestros teléfonos móviles esto puede ser posible, por eso los restaurantes deben tomar medidas para andar al mismo ritmo que lo hacen las nuevas exigencias de sus clientes.
El mundo de la tecnología nos permite comprar cualquier cosa en cualquier lugar con sólo pulsar un botón, así que ¿por qué deberíamos esperar más tiempo de lo necesario cuando vamos a un restaurante?
Con todas estas innovaciones tecnológicas que permiten un servicio inmediato, todavía esperamos al salir a comer fuera para:
- Sentarse en la mesa
- Que te traigan la carta
- Para que el personal tome nota del pedido
- Para pedir comida o bebidas adicionales
- Para pedir una servilleta o un cubierto
- Para que traigan la cuenta (y el datáfono).
¡Esto está cambiando y pronto será intolerable!
Los comensales están cada vez más frustrados cuando tienen que esperar y aún más si es al mediodía, en horario laboral. Si pensamos en nuestra experiencia en un restaurante, casi todo el rato estamos esperando, incluso para pedir una servilleta o un cubierto necesitamos la atención del personal. Esto genera insatisfacción y ansiedad, y, cuando un cliente se va de un lugar sin estar satisfecho lo más probable es que no vuelva.
La introducción de los sistemas POS móviles, donde un camarero toma tu pedido en un dispositivo que se vincula directamente a su sistema, han aumentado la eficiencia en la operativa diaria de los restaurantes. Sin embargo, esto no han abordado el verdadero problema de raíz. Todavía están dependiendo de su personal para cualquier necesidad que pueda surgir en la sala.
¿Y estos problemas afectan las ventas? Para hacernos una idea solamente debemos formularnos unas sencillas preguntas, ¿con qué frecuencia un cliente ha podido considerar el pedir un plato o bebida extra o incluso otra ronda de cervezas, pero ha desistido por la dificultad de atraer la atención del camarero ocupado? ¿Cuantas veces se habrá querido marchar y se ha quedado esperando 15 o 20 minutos cuando el restaurante estaba totalmente lleno? Estos detalles suponen menos ingresos para el restaurador y ya no debería ser así.
¿Cómo solucionar el problema de las esperas en un restaurante?
La clave está en ofrecer una nueva experiencia gastronómica dando a los comensales el control total de lo que piden, cuando lo piden y cuando quieren pagar e irse.
Aplicaciones como Mr.Noow permiten dar el control al cliente, es como un mando a distancia en el restaurante y a su vez el sistema mejora la gestión del servicio ya que permite a los camareros centrarse en despachar platos y en atender de forma más eficiente.
Estos sistemas permiten que desde la palma de la mano, se pueda hacer el pedido y enviarlo directamente a la cocina o la barra.
Todo son ventajas:
- Ya no renunciaran a ese último pedido por no llamar al camarero
- Podrán pedir el postre que desean cuando tengan un mayor impulso
- Pagar a través del sistema cuando hayan terminado, dividir la cuenta y marcharse cuando quieran
La industria de la restauración necesita modernizarse y tecnologías como esta ya son una realidad, pueden ayudar a los restauradores a mejorar su comunicación con el cliente y a su vez mejorar sus operaciones.