Tiempo y talento por José María Guijarro

Tiempo y talento

FirmJosé María Guijarro-Doctor en Economía, por la Universidad de Valenciaa del mes: José María Guijarro es Doctor en Economía. Profesor de la Unidad de Empresa y Director del Máster Oficial en Innovación y Desarrollo de Proyectos de Negocio en Florida Universitaria. Coordina el Laboratorio de Innovación y Emprendimiento ValenciaLab.


En un mundo en el que tenemos demasiado de todo, solo sobrevivirán los negocios que tengan una receta única. Cuando todos los coches, todos los móviles, todos los ordenadores, en definitiva, todos los productos, cumplen su función, el valor ya no se encuentra en el hardware. Está en las ideas, el diseño, el servicio y el marketing fundamentalmente. Depende de ser creativo y ofrecer algo diferente para atraer a los consumidores más fieles y a los empleados con más talento.

El nuevo mundo es diferente. Olvídate del viejo mundo. Olvida lo que aprendiste ayer. Hoy el cerebro humano está desplazando a los medios de producción tradicionales: materia prima, trabajo duro y capital. Hasta ahora, los países se habían enriquecido mediante una combinación de estos medios tradicionales. Hoy en día, esos factores ya no son relevantes. Actualmente, no es posible enriquecerse solo con recursos naturales, hasta el Papa Juan Pablo II en su encíclica de 1991 concluía: “Hubo un tiempo en el que el principal factor de producción era la tierra, luego lo fue el capital… Hoy el factor decisivo es el propio hombre, es decir, su conocimiento”. Por lo tanto, el éxito de un negocio depende de un colectivo de cerebros. Ahora el conocimiento es poder.

El rápido crecimiento de la Red (World Wide Web) ha hecho posible que todos puedan acceder a cualquier información desde cualquier lugar y en cualquier momento. En la actualidad, el conocimiento se transmite de forma inmediata e internacional. Los avances empresariales se dan a una velocidad desconocida hasta ahora. Las facultades y escuelas de economía dan a conocer sus conocimientos eficientemente. En la década de los sesentas, las escuelas de economía británicas contaban con 5.000 estudiantes de MBA. Hoy en día, la cifra asciende a 85.000. En los Estados Unidos 100.000 nuevos MBA se lanzan al año al mercado laboral y es posible que descubran que muchos de sus conocimientos estén anticuados antes de su graduación. También nunca se había abierto un espacio económico tan amplio. En los últimos cuarenta años, el comercio internacional ha crecido un 1.500 %. Hoy, cruzamos el mundo y sus siete mares y disponemos de canales vía satélite internacionales, compramos revistas de otros países, vemos programas de todo el mundo y escuchamos los discos más vendidos del planeta.

La realidad económica de nuestra época implica que toda empresa puede competir con otra. Todos competimos en el ambiente internacional. En este nuevo entorno, no podemos hacer negocios como antes. Necesitamos negocios inusuales, diferentes, innovadores, impredecibles y sorprendentes. Hacer algo que el mundo no haya visto antes. Innovar para, durante un corto espacio, llegar a tiempo, ser único y resultar altamente competitivo. Hoy, la diferenciación ha de surgir de otros campos, por ejemplo de la garantía, del servicio posventa, de la imagen, de la oferta de financiación y de aspectos intangibles. Y, por supuesto, en la gente. La gente puede hacer que su empresa, su producto y su servicio sean una opción única. La forma en que dirige y orienta a su equipo, en su trabajo, es clave a la hora de lograr o no buenos resultados.

El liderazgo y la gestión son más importantes que nunca. Vivimos en la época del tiempo y del talento, en la que vendemos tiempo y talento, explotamos tiempo y talento, organizamos tiempo y talento, y preparamos tiempo y talento. Por lo tanto, la gestión y el liderazgo son claves para lograr una ventaja competitiva. Le diferenciarán del resto de su competencia, la forma en que atrae, retiene y motiva a su personal, cómo trata sus clientes y proveedores que incluso es más importante que la tecnología. La forma en que se dirige y orienta a una empresa son elementos diferenciadores esenciales. Son la esencia de su exclusividad. Por eso, la gestión hoy más que nunca ha de convertirse en una “gestión humana”.

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