Lo tenía que decir y es que si no reviento: ¡Los españoles no sabemos vender nuestra gastronomía! Cuando en el extranjero me preguntan eso de: “Where are you from?”, siempre se repiten tres constantes tras mi respuesta: me hablan de fútbol, turismo y gastronomía.
Se nos percibe por potencial y por calidad en esos tres campos. Y es normal, porque tenemos una de las mejores ligas del mundo, somos el tercer país a escala mundial que más turistas recibe. ¿Y en gastronomía? ¿Qué nos estas pasando con la gastronomía señores?
No estoy hablando de alta cocina, ni de estrellas Michelin. Estoy hablando de lo difícil que es encontrar un buen restaurante español cuando sales al extranjero. ¿En qué rincón del mundo no puedes comer pizza, un rollito de primavera o una hamburguesa? Hay países que sí han sabido explotar y vender su gastronomía.
Cómo exportar el modelo gastronómico español
Parte de este éxito viene de que en Italia fueron capaces de simplificar su cocina a través de las pizzas. Al igual que el sushi en Japón. Han sabido vender un producto simple y adaptable a otros gustos y culturas. Cosa que en la cocina española resulta más complicado al ser más elaborada.
Tenemos mucho que enseñarle al mundo, pero no terminamos de encontrar la receta perfecta.
Yo pienso que se nos está escapando una fuente de ingresos inmensa por esa vía. Porque está claro que la gastronomía en España es un pilar fuerte y su calidad es indiscutible. Pero si eso es así ¿Porque no esforzarnos en exportar ese modelo de negocio a cada rincón del planeta? Si Alemania se desmarca en la industria automotriz, o China es la manufacturera del mundo, en vez de intentar copiar al vecino. ¿Porque no destacamos siendo una potencia mundial gastronómicamente hablando?
La tapa por Bandera
Ferrán Adrià hace unos años comentaba que las tapas son el producto más exportable que poseía la gastronomía española y me parece algo muy acertado. El objetivo debe ser el crear una estrategia de marketing consistente y coherente que transmita a través de la tapa nuestra forma de vivir, una manera de entender la vida, alegría y nuestro buen rollo. También que los jóvenes emprendedores españoles se lancen al exterior con proyectos de este tipo.
De esta forma seríamos capaces de crear mucho valor y riqueza. Además, eso haría entender más el concepto España y aumentaría el deseo de venir a conocerla. Sería algo muy beneficioso.
En Nueva York hay más restaurantes japoneses que europeos y en Europa la cocina india, italiana o tailandesa está mucho más extendida y mejor distribuida que la española. Actualmente vivo muy cerca de Londres, y aun siendo una de las capitales mundiales de la gastronomía, cuesta un poco encontrar un buen restaurante español.
Si le pregunto a algún buen amigo inglés ellos mismos me reconocen que no es fácil encontrarlos. Con dudas te citan alguno de los varios restaurantes “mediterráneos” donde mezclan gastronomía de varios países. Ellos están aprovechando el tirón de nuestra cocina.
Más aún cuando en Inglaterra o Alemania todos los restaurantes están atestados de buenos chef y camareros españoles que han emigrado allí. Yo creo que es momento de que jóvenes emprendedores empiecen proyectos de este tipo. Lo veo como una gran oportunidad de crear verdadero valor, no solo para los propios empresarios de restauración sino que sería una perfecta vía de que otras empresas españolas se lancen al extranjero. Si multiplicamos por cien los restaurantes de tapas en el extranjero. ¿Cuánto aumentaría el consumo de jamón o aceite de oliva?
La universidad de la gastronomía
Hace unos días comentando todo esto con Diego Coquillat, me dejó una joya que no quería dejar pasar: “Creo que la gran oportunidad, no se está perdiendo tanto en producto, sino en conocimiento, deberíamos ser el país que formara, tanto en gestión como en gastronomía, al resto del mundo, y esto sí que me parece una oportunidad que no deberíamos dejar pasar, convertirnos en la universidad del mundo a nivel gastronómico”. Algo que me parece rotundamente cierto a la vez que brillante, una oportunidad increíble de crear valor en el mundo.
En conclusión, creo que tenemos una gran oportunidad para jóvenes emprendedores en el extranjero exportando nuestra manera ser en forma de gastronomía. Pienso el mundo está demandándonos que les llevemos un trocito de España y lo podemos hacer de varias maneras. Pero sea como sea, tenemos que aprovecharlo.
También sería de mucha utilidad para mí y a la vez me alegrarás el día si pudiese escuchar tu visión en forma de comentario sobre todo sobre este apasionante tema.
Muy interesante el artículo y las ideas que expones. Si vives cerca de Londres y algún día quieres hacer una escapada a Southampton, te recomiendo que visites el restaurante “Tapas Barcelona”, donde sí están intentando exportar este tipo de producto tan español.
Ana muchas gracias por leerme y por tu feedback. Era algo que tenía dentro desde que salí de España y lo tenia que soltar. Afortunadamente también tenemos buenos ejemplos como estoy seguro el que me indicas. Creeme que no tardaré en pasar por allí.
Muchas gracias Ana por tu comentario y por tu recomendación, anotamos en nuestra lista de restaurantes a visitar cuando estemos en Londres
Algunas aclaraciones de fondo:
1. En rigor los productos que se pueden exportar son los envasados y España tiene varios productos estrella (vinos, licores, confites y hasta lechones).
2. Adriá tiene razón, las tapas son un producto posible de internacionalizar, en el entendido de que son sencillas y se comen con la mano, al igual que los otros productos mencionados.
3. Se ha intentado exportar en modelo formativo con escaso éxito, recientemente acaba de fracasar en Santo Domingo, República Dominicana, el Centro de Hostelería del Mediterráneo, de matriz española. A nuestro juicio el problema está en el ajuste financiero entre los que ganan en euros (profesores) y los que ganan en pesos (estudiantes).
4. La gastronomía española está asociada a un estilo de vida en el cual se prefiere comer fuera que en casa, lo cual no ocurre en todas las latitudes.
Saludos.
Gracias Mario por tus aclaraciones en un tema como el que trata el artículo siempre son muy interesantes los diferentes puntos de vista. Respecto a la formación no sería tanto exportar como consolidar un modelo de formación nacional que convirtiera a España en el país de destino de cualquiera que quisiera cursar los mejores estudios del mundo en las diferentes áreas relaciondas con la gastronomía.