Si has pisado algún festival o evento últimamente te habrás encontrado con alguna de esas furgonetas de estilo vintage que te ofrecen algo de comer. ¿Un nuevo modelo de negocio en cuanto a gastronomía se refiere? En absoluto, vamos a conocer algo más de estas furgonetas remontándonos a sus inicios.
Si estás leyendo esto eres un afortunado, has superado el verano, sus festivales y espectáculos sin ser atropellado por un food truck. Y es que en nuestro país se ha desatado el furor por estos puestos de comida, aunque en algunos casos los víveres no merecen tal categoría, con una estética cuidada que puede oscilar entre lo moderno, lo vintage, etc., la condición es que resulte atractiva. En este afán por ser el más llamativo se nos pueden olvidar algunos detalles como calidad, limpieza, control sanitario, respetar las normas a la hora de ubicarlo… En definitiva, montar un food truck no conlleva solamente atender a la estética y a una oferta atractiva de comida.
Aquí intentamos desgranar algo más de un negocio que se remonta, no al siglo pasado, sino al XIX para que no te sientas tan desorientado si quieres emprender en este ámbito o, simplemente, quieres comer en uno de ellos. Al fin y al cabo, estamos hablando de más de 100 años de experiencia de los que algo podemos aprender.
La necesidad por la comida rápida y en la calle surgió a la vez que se iban formando las grandes ciudades. Ocurrió en Japón, con esos carritos que vendían sushi, también en Nueva York con los carritos de ruedas empujados por las calles que vendían comida ya desde 1691.
La historia de los camiones de comida en Estados Unidos se remonta muchos años. Los comedores móviles y la comida callejera han formado parte de los hábitos de comer de los estadounidenses desde finales del siglo XVII, cuando se pueden encontrar en muchas de las grandes ciudades de la costa este. Desde entonces, los camiones de venta ambulante han pasado a segundo plano frente al mundo de la comida servida en la calle en América y, ahora, son parte de una revolución alimentaria en curso.
En el siglo XIX, los carros de comida tuvieron dos evoluciones importantes. La primera es que se volvieron esenciales para los vaqueros con los ‘Chuck wagon’. Un ranchero en 1866 se preparaba para mover una gran cantidad de ganado a través del desierto, por lo que no habría forma de conseguir comida. Así que Chuck, así se conocía al granjero, montó una caja para guardar utensilios y también condimentos. Las comidas eran sencillas pero reconfortantes.
Por otro lado, en las grandes ciudades los viejos tranvías que caían en desuso se aprovechaban para improvisar pequeños cafés. Algunos hasta se decoraban en el estilo vintage de la época. Estos restaurantes fueron perdiendo sus ruedas y se convirtieron en los famosos diners. Los trucks evolucionaron a grandes pasos en el siglo XX. En 1936, la marca Oscar Mayer comenzó a vender sus productos en carros con forma de salchicha y en 1950 surgieron los primeros camiones heladeros.
Los vendedores de salchichas solían vender sus productos fuera de los dormitorios de los estudiantes en las principales universidades del este de Estados Unidos como Yale, Harvard, Princeton y Cornell, estos carros llegaron a ser conocidos como ‘dog wagon’.
Este tipo de negocios ha encontrado su boom a principios del siglo XXI. Para 2004 ya se habían creado incluso los Vendy Awards, los premios a los mejores Food Trucks, los Oscars de estos negocios. Incluso, el año pasado se estrenó la película Chef de Jon Favreau. En el filme, Carl Casper es un chef que pierde su trabajo por negarse a aceptar las exigencias del propietario del restaurante. Así que emprende un proyecto de venta de comida en un camión junto a su exmujer y su mejor amigo. Películas de food trucks, premios a los mejores food trucks, nos indica que estamos ante una tendencia.
Por su parte, El Comidista, en uno de sus artículos, nos explica que fue en el año 1872 cuando a Walter Scott se le ocurrió que podía vender pasteles y sándwiches por las calles de Providencia (Rhode Island) en un carro de caballos. En el siglo XIX los restaurantes de Estados Unidos cerraban a las ocho de la tarde y, además, así Walter podía ir donde estuvieran sus clientes. Esto le explica Richard J. S. Gutman, director y comisario del Museo de Artes Culinarias de la Johnson & Wales University de Providence y uno de los mayores expertos en food trucks del mundo a Jordi Luque, autor del artículo. Como resulta obvio, los caballos del carro fueron desplazados por el motor de un camión y la idea se extendió a otras ciudades y la oferta se sofisticó. En 2008, Kogi’s Roy Choi conquistó Los Ángeles con sus tacos de barbacoa asiática, hito que, en opinión del articulista, marca el nacimiento de los food trucks actuales.
En España el furor se desató a mediados de 2013 y lo hizo con las características de una burbuja gastronómica, “sin orden ni concierto pero con exceso de moderneo e intrusismo”, en palabras de El Comidista. Actualmente no hay camisa o barba de hipster que no se ensucie en algún food truck muy cuqui de algún festival. En España estas caravanas suelen ir detrás de una clientela hipster algo que no ocurre en Estados Unidos.
En resumen, un vídeo de tres minutos sobre la historia de estos ‘camiones de comida’ que han estado sirviendo comida barata desde los tiempos de transporte de ganado en el Oeste americano:
Aquí 30 muestras de panaderías o camiones de pan de entre los años 1930 y 1950: (Vintage Everyday)
Entre los años treinta y cincuenta, en aquellos días en los que las amas de casa hacían pedidos de leche y productos horneados, los conductores de este sindicato se los entregaban en uniforme. Las panaderías enviaban furgonetas puerta a puerta ofreciendo la tarifa media americana de mitad de siglo con la que los niños de toda la nación fueron criados.
Sabemos que tener éxito cuando emprendemos un negocio de food truck no depende exclusivamente de la estética, aunque debe ser un detalle bastante importante cuando hay empresas que han surgido en base a esto. Ellos buscan o se encuentran con furgonetas antiguas y se encargan de su restauración para que cocineros, empresas de catering, empresarios las puedan alquilar o comprar. Vintage Food Trucks es una de ellas.
Vintage Food Trucks se define como la primera parada que debes hacer antes de montar tu negocio de catering móvil. Ellos encuentran y seleccionan esos vehículos vintage únicos para satisfacer las demandas específicas del cliente. Restauran, rehabilitan, implementan el servicio mecánico e instalan una cocina profesional de excelente acabado, todo según su página web. Una vez completado este proceso, se aseguran de que es entregado sin problemas a este ‘puerta a puerta’ que necesita el cliente.
Por otro lado, pero sin desviarnos de esta línea, nos encontramos a Rufina e Hijas, sus furgonetas se pueden amoldar a cualquier formato de evento o celebración bajo dos formatos. Rufina e Hijas te alquilan sus furgonetas y tú puedes hacer con ellas lo que desees, dentro del orden público y las buenas costumbres. También te ofrecen alquilar la furgoneta y junto con ello te ofrecen a un cocinero, barista o pinchadisco. En el primer caso, con Vintage Food Trucks estábamos refiriéndonos a venta de furgonetas. En el segundo caso, alquiler.
De todas formas, observando los modelos que estas dos empresas nos ofrecen, retrocedemos al pasado. Dos de los modelos más utilizados para lograr el estilo vintage son la Citröen HY y la conocida Volkswagen T1.
Aunque también se suelen emplear las Metro Van o las Renault Estafette:
Y no se puede decir que esto no nos remonta a otros tiempos sino recordemos esta imagen:
Aún así, estilos de food truck hay muchos:
Los americanos: esos que tanto hemos visto en series y películas, los clásicos camiones aparcados en las aceras.
El remolque futurista: la caravana Airstream sigue impresionando por mucho que pasen los años. En la actualidad muchas están preparadas para convertirse en food trucks.
Caravanas clásicas: antiguas caravanas que han visto mucho mundo, o no, adaptadas para servir comida con estilo bohemio.
Autobuses: son útiles tanto los llamativos autobuses amarillos americanos, ‘school bus’, como los clásicos londinenses de dos alturas. Algunos hasta adaptan la parte superior con mesas y sillas, por lo que se convierten en cafeterías rodantes, cuidado con servir el vaso demasiado lleno.
Camiones: modernos, militares, de bomberos…
Furgonetas: las furgonetas de siempre perfectamente adaptadas
Carros de caballos de elegancia británica:
¿Has decidido el estilo de tu food truck? Existen tantas variedades e ideas como permisos y homologaciones se te puedan ocurrir. Si quieres más ideas, aquí te dejamos un link para ayudarte a decidir o que te cueste un poco más. Suerte y ¡a rodar!
1 comentario en «Food trucks, la historia de los camiones de comidas»