La crisis del coronavirus ha dejado las puertas de los restaurantes ingleses cerradas a cal y canto durante muchos meses. Aunque los negocios pueden seguir operando, los salones no están abiertos y las opciones de pickup se han limitado a puntos neutros y horarios restringidos que den garantías en materia de salud pública.
A la espera de que las restricciones decretadas por el gobierno de Boris Johnson hagan amainar la crisis del coronavirus y la presión ejercida por la pandemia sobre su sistema sanitario se reduzca, los restaurantes que luchan por mantenerse a flote han recurrido a la innovación y a la creatividad.
Una de las formas en las que están consiguiendo dinamizar el negocio es sumándose a las opciones de reparto a domicilio de comida, una tendencia que crece a nivel mundial.

Algunos restaurantes están ofreciendo un pack de un menú acompañado de una botella de vino selecta en su nuevo servicio de reparto. El paquete que recibe el cliente contiene además un cupón canjeable por una copa gratuita. Este cupón puede ser entregado en el restaurante cuando los locales físicos dedicados a la hostelería se reabran. Además de ser todo un detalle, intentan fijar negocio futuro con esta iniciativa: es muy probable que quienes vayan a canjear su recompensa acaben realizando alguna consumición.
A las opciones de reparto domiciliario se unen también las de takeaway o recogida en persona. No se permiten siempre, aplican restricciones de horario que impiden la recogida, pero por lo demás los restaurantes ingleses se han podido acoger a ellas sin problema. Muchos restaurantes están operando ahora mismo contando únicamente con su negocio digital para delivery o takeaway.
Es el caso del Harlequin, que ha tirado de marketing para dar a conocer su servicio «Un arlequín en casa», gracias al cual ofrecen comidas tradicionales para dos fáciles de recalentar.
No es el único establecimiento que está tirando de slogans improvisados para llegar a los ciudadanos en cuarentena. Passione Vino trae «Vino sobre ruedas», un programa en el que las botellas de vino elegidas por los clientes se les acercan en Vespa al más puro estilo italiano.

En otras ocasiones, hace falta un empujón adicional para que los internautas enclaustrados se animen a comprar comida online. Un descuento del 25% en los pedidos para entrega ayuda mucho. Apuestas como estas son las que provocan que la adopción del negocio off-premise sea cada vez mayor.
Y cuando los márgenes de beneficio en los ítems de la carta no dan cuartel a este tipo de maniobras, siempre queda la posibilidad de usar al mismo tiempo el reparto domiciliario de comida y la recogida en tienda.
Aun así, los pedidos para recoger en tienda han entrado con fuerza en el entramado hostelero británico, los restaurantes han cambiado su modo de operación tradicional para ofrecer la posibilidad del takeway en puntos de recogida concertados.
Otra forma categóricamente diferente de enfrentarse a la crisis del coronavirus es apropiarse de las atribuciones de las tiendas de alimentación. Algunos ciudadanos han preferido prescindir por completo de los servicios de los restaurantes y recurren únicamente a los supermercados para sus necesidades de alimentación. Otros no han tardado en aborrecer la monotonía de la nueva normalidad, con sus limitaciones a las reuniones públicas, mascarillas y distanciamiento social, y buscan alivio en la variedad de sus menús diarios.

Para ellos, algunos restaurantes están ofreciendo paquetes de pasta fresca para cocinar en casa. Mención aparte merece el restaurante Brat de Shoreditch, premiado con una estrella Michelin, pues está colaborando estrechamente con ganaderos, agricultores y viticultores durante estos difíciles momentos. El sector primario dedicado a la producción alimentaria también está sufriendo, ya que la hostelería es uno de los principales consumidores. Con el objetivo de ayudarse mutuamente, el restaurante Brat está vendiendo cajas de hortalizas, delicatessen y vinos selectos.
La caridad y compromiso del público es otra fuente de ingresos adicional que los restaurantes están explotando en este nuevo cierre. Algunos restaurantes cuentan con tarjetas de regalo para que los compradores puedan usarlas más adelante, cuando todo regrese a la normalidad. Su función es parecida a la de una reserva, pero aporta liquidez inmediata al negocio, algo muy necesario en estos instantes. Burger King ha invitado a sus clientes a comer en McDonald’s y otros restaurantes en una emotiva campaña para salvar la hostelería del país.
Por otro lado las campañas de financiación mediante crowdfunding o donaciones les están funcionando a las mil maravillas a algunos locales. GoFundMe es la plataforma que más habitualmente se escoge, por ejemplo, en Lina Stores han contado con esta web para su recaudación de fondos.

Estas son solo algunas de las maneras en las que los restaurantes ingleses palian los efectos del cierre vigente, pero sin duda no serán las únicas estrategias de mitigación. Se ha demostrado una y otra vez que la capacidad de invención de los profesionales de los restaurantes es infinita, por lo que mientras dure la pandemia del coronavirus veremos, sin duda, muchas otras iniciativas interesantes.