Hace ya un año que Instagram Stories apareció casi de la nada, en la cruzada de Mark Zuckerberg contra Snapchat. Lo que parecía en un primer momento una red social por y para el público joven se ha convertido en una herramienta de empresa a la que es imposible negarse. La historia de los stories con el mundo instagramer ha sido un auténtico flechazo al más puro estilo hollywoodiense, en el que el amor triunfa de principio a fin.
El de la hostelería es un mundo en constante evolución, en el que el día de ayer poco o nada tiene que ver con el de mañana. Esta temporalidad tan efímera hace que las estrategias tengan que ser a corto – medio plazo, especialmente en el terreno del Social Media. Pero si algo se aprendió de la mítica serie Perdidos es que hay que mantener una constante. Desde hace dos años, toda estrategia de redes sociales de cualquier hostelero debe basarse en Instagram, en torno a la cual debe crecer la presencia en el resto de perfiles.
Desde que Kevin Systrom y Mike Krieger creasen Instagram el 6 de octubre de 2010 y la incluyesen en la App Store, los teléfonos tienen como fondo de pantalla desde platos estrella Michelin hasta hamburguesas, bajo las cuales se podían leer los famosos hashtag #food #foodies #foodporn. Poco a poco se fue convirtiendo en el gigante que es hoy en día, pero se puede marcar en rojo el 2 de agosto de 2016 como otra de sus fechas clave. El día D y la hora H en la que surgió Instagram Stories.
El ser humano y el tiempo
Bien es sabido que el ser humano tiene una cuenta pendiente con el tiempo. Todo, absolutamente todo se mide en tiempo. De ahí surge la necesidad de Instagram Stories, ya que si parpadeas te lo pierdes. La foto solamente permanece colgada durante 24 horas, lo cual genera una expectación entre los followers. ¿Qué habrá subido? ¿Cuánta gente lo habrá visto? son las preguntas más frecuentes entre los ya más de 250 millones de usuarios activos (¡ACTIVOS!) diarios.
Si se tiene en cuenta que son 400 los millones de usuarios activos, quiere decir que más de la mitad no sólo ven los post fijos, sino que no pierden ojo al mundo stories. Entre los usuarios españoles se puede ir incluso más allá el mercado de stories en España es un 150% superior al segundo país que más stories hace, es decir, somos el gran líder de las stories.
La vorágine instagramer ha seducido a las empresas, tanto es así que en Estados Unidos ya el 48,8% de las empresas cuentan con perfil en la red social y se prevé que a finales de año se llegue al 70% (con lo que se superaría a Twitter).
Imposible decir no a una historia
En estos 7 años Instagram se ha convertido en el eje central de las estrategias de redes sociales (y especialmente en el mundo de la hostelería) por causa propia. Está diseñada para todo lo que un foodie puede desear, ver una foto y un vídeo hasta salivar, reservar y comprar ese producto que tanto llamó tu atención, etc. El enganchón es tal que las empresas se sirven de esta red social una media de 4,9 veces por semana. Es decir, que se publica en el 70% de los días.
A estos datos hay que sumar las historias, que parecen diseñadas para la hostelería como si de un traje para una boda se tratara. Instagram Stories permite conectar con la audiencia de una manera especial, diferente a los post standard. Las historias hacen que el follower se sienta más partícipe del día a día de la marca. Uno de los principales usos, y que más enganchan al lector, es el hecho de ver las tripas de la empresa. Mostrar a las personas trabajando, todo el proceso que hay hasta que el producto o el plato llega a la mesa del consumidor.
Otra de las razones por las que Instagram Stories va como anillo al dedo de la hostelería es la inmediatez. Un uso habitual que permite es mostrar a la clientela el menú del día de una manera diferente. Atrás quedaron los días en los que una hoja pegada en la ventana o la puerta del restaurante bastaba, o unas fotos poco agraciadas en cualquier red social. Como la foto/vídeo permanece subida durante 24 horas, el menú del día siguiente puede atraer a más clientela, de una manera gráfica y sencilla.
En 2017 se vive pegado al teléfono, a las notificaciones y a las redes sociales. Es un motivo más para aprovechar las historias en la hostelería. Llamar la atención mediante concursos y promociones express permite que el seguidor esté pendiente de tu cuenta, que se meta en tu perfil y que vea tus historias. Se crea comunidad y se aumenta la participación de tu audiencia mediante un nuevo canal rápido y eficaz.
Por último, las redes sociales están para ser usadas, cuidarlas y estudiar qué funciona bien y qué no. A ello Instagram Stories le incluye un factor más a tener en cuenta. Como la historia sólo puede ser vista en las siguientes 24 horas, se puede experimentar y ser más creativo. En definitiva, es “más divertido”.
La esencia de las redes sociales es la generación de tráfico hacia el sitio web del restaurante donde el usuario está a un clic de la conversión sea reserva o compra anticipada. Instagram mientras no tenga un botón reservar en cada post o en cada stories no resulta efectivo en ese sentido. Es más, es la muerte del concepto de hyper enlace que está en el corazón de Internet, es una red ciega donde el impacto sólo dura escasos segundos. Tiene mucho más que ver con publicidad que con marketing on-line. Para mí es una gigantesca tragaperras muy peligrosa para el hostelero. La penetración que tiene hace que sea imposible no tenerla en cuenta, pero de ahí a considerar esta red como el centro del universo hay un trecho muy grande
Gracias Pierre por tu comentario, comparto contigo que Instagram aún no ha incorporado la transmisión del contenido digital al cliente presencial en el propio restaurante, pero te anticipo que en pocos meses vamos a ver cómo a través de las historias vas a poder realizar la reserva directamente en el propio restaurante, igual que ya lo hace Snapchat, es solo cuestión de tiempo.