Si hablamos de Giuseppe Scionti probablemente no te suene el nombre, sin embargo es una de las personas más importantes en su campo de investigación.
Director ejecutivo y fundador de NOVAMEAT, Scionti se ha pasado media vida en el campus investigando sobre células y métodos industriales. Esta improbable combinación de materias le ha llevado a un proyecto innovador y con gran capacidad transformativa: la impresión 3D de sustitutos veganos de la carne.
En un vídeo, que ya se ha hecho viral, Scionti demostraba las bondades de una impresora 3D de alimentos para recrear un filete sin que para ello fuese necesaria la utilización de ningún producto de origen animal.
En el vídeo se explica cómo a partir de un modelo tridimensional generado por ordenador, una impresora puede usar proteínas vegetales para dar forma a un filete vegano apto para el consumo humano. El resultado altamente proteínico parece más un golosina de gelatina que un filete, es cierto, sin embargo disfruta de las mismas características nutricionales (o mejores) que la carne animal.
El proceso es por el momento muy lento, farragoso y trabajoso.
Para empezar hay que preparar la pasta que conformará el alimento, luego hay que introducirla en una suerte de manga pastelera que se acopla a las agujas de inyección de la impresora 3D de alimentos. Por otro lado hay que hacer uso de herramientas CAD para dar forma a la creación, y finalmente tiene lugar la impresión 3D, que puede tomar entre 30 y 50 minutos para un filete de pequeño tamaño.
No obstante, no hay que desanimarse. Es lógico que al unir dos disciplinas tan alejadas como la síntesis de sustitutos veganos de la carne y la impresión de alimentos, que ya de por sí son asuntos pioneros, el resultado sea subóptimo. Es parte del camino que hay que recorrer hasta que esta tecnología llegue a las calles y se generalice.
Y no todo son pegas. También hay aspectos positivos. Por ejemplo, el precio. Un filete vegano de 100 gramos puede costar en torno a dos euros. Y es que los ingredientes creados para su creación tienen un coste relativamente bajo. La proteína en polvo extraída del arroz o los guisantes, así como componentes procedentes de algas marinas, son los dos productos más importantes con los que se erige el filete en la placa de impresión.
Por el momento España juega un rol fundamental en la tecnología de impresión 3D de alimentos, y por ello Giuseppe Scionti se ha afincado en Barcelona, donde estudió varios años. Desde allí seguirá cultivando su proyecto que además de cumplir los objetivos que se ha propuesto, podría hacer la vida más fácil a los casi cuatro millones de vegetarianos y veganos que hay en nuestro país.