¿Alguna vez te has equivocado y has entrado al baño que no debías? Eso es porque el dueño del restaurante no había visto esta lista para elegir un cartel original para su aseo, que no dé lugar a dudas y errores.
Ir a un baño público siempre puede ser una ‘experiencia religiosa’ y un poco traumática para algunos, hasta ahora la regla marcaba que en la puerta de los urinarios apareciesen dos monigotes en un cartel en el que predominaban los colores negro, blanco y azul. Un monigote con falda (en el mundo de los retretes las mujeres siempre llevan esta prenda) y, un monigote sin ella, se supone que con pantalones (se ve que cuando se inventaron estos carteles las mujeres aún no llevábamos pantalones).
Algo tan sencillo como un cartel de baño puede hacer que la gente recuerde tu restaurante. Aunque no solo se trata de eso, sino de buscar una temática coherente en todo el establecimiento y hacer que el cartel ‘aseo’ sea un elemento más de ella. En este caso, el cartel de baño es algo tan común que con solo un pequeño cambio podemos llamar la atención de nuestros clientes. ¿No lo crees así? ¿Acaso cuando vamos a la casa de alguien por primera vez no sentimos la imperiosa necesidad de ‘saber cómo tiene el baño’?
Seguro que te has topado alguna vez con un cartel poco habitual que pretende ser gracioso, creativo e ingenioso, aunque sea difícil lograr esto en la mayoría de los casos, al menos, hemos captado la atención del cliente que, seguramente, lo comentará cuando regrese a la mesa.
Para que no haya confusiones en ese intento de ser original, aquí tienes una colección de carteles de aseos de restaurantes para tu inspiración:
Puedes intentar ser ingenioso u original y acabar cayendo en el sexismo. Ni todas las mujeres hablan como Jorge Javier Vázquez ni este debería entrar en el primer baño. Aunque igual el error es mío y en este local no te separan por sexo sino por hablador o reservado. No puedo ayudar más, solo desear suerte.
Ahora está más claro y más vintage. No tienes que tener un bigote tan especial como el de Dalí para poder entrar al baño, ni siquiera creo que sea necesario lucir esa pequeña pelusilla púber.
En eso de evacuar ni los empleados del Altísimo se libran. Así hasta los conventos de clausura pueden pasarse al lado del ingenio.
Ya ha quedado claro que aquí no apoyamos la discriminación ni por sexo ni por planeta.
Renovar los monigotes o morir.
No dejar espacio a la imaginación de lo que puede ocurrir dentro, al fin y al cabo, todos lo conocemos, aunque no siempre reluzca tanto glamour. Es de admirar.
El mundo oriental también tiene sus necesidades. Perfecto para un restaurante de esta temática.
No hay arquitecto tan ingenioso fuera del mundo de los aseos. O igual sí, pensemos en la Torre Agbar de Barcelona.
El único requisito es pensar en la destreza de tus clientes con el inglés. A ninguno le gustará que le hagas sentir incómodo.
Por mucho que lo enmascaremos con eufemismos al baño se va a lo que se va y los hombres lo hacen de pie y las mujeres sentadas. Representación gráfica clara y un tanto obscena.
Más monigotes que no dejan lugar a dudas.
Aunque no nos lo cuenten, tanto Caperucita como el Lobo tenían sus necesidades. Si en tu restaurante hay hueco para rememorar la infancia o sabes que suelen acudir padres con sus hijos, puede ser una opción.
Recordemos, ellos lo hacen de pie y ellas sentadas.
Con la soga al… Atento a la forma de la cuerda y su sutil símil.
Si en tu restaurante predomina la estética minimalista… pero no rechazas algún exceso.
El juego es muy básico, la pieza de pizza de los caballeros encaja en el hueco de la pizza del aseo femenino. ¿A quién no le gusta la pizza?
Los símbolos que indican los sexos masculino y femenino pero reinventados.
Y si tu restaurante es más exótico… trasladémonos al África tropical.
No se sale este cartel de la tradicional estética pero esto es una lucha interna que yo tenía desde hace tiempo y todavía no lo había visto en ningún establecimiento. Hombres y mujeres cambian a sus hijos, no hay más.
El espejo siempre dice la verdad, o no, y todo está en Los Simpsons. En este caso el análisis de la realidad es perfecto. Pero ni ellos son siempre unos fornidos apolos ni desaparecerá nunca la obsesión por perder unos kilitos.
¿Serán prendas olvidadas por clientes en algún arrebato de pasión? Lo que está claro es que la sutileza no es el punto fuerte de estos hosteleros pero, al menos, los clientes no dudarán ante la puerta. Aunque igual confunden la indicación con una sórdida invitación. Eso sin pararnos a analizar la elegancia o la carencia de ella de estas prendas.
Si el brillo de las bandejas todavía no te ha cegado, podemos observar a San Jorge matando al dragón para ellos y para ellas una sirena, es decir, una mujer con cola. Lo más recomendable es que esta estética hortera no predomine en el local, consejo personal.
El sistema es sencillo, los zapatos, simplemente, feos. La idea es original solo falta pulirla un poco para que no estropee la estética de todo el restaurante.
Madelman para ellos y Barbies para ellas. Aunque tanto niñas como niños pueden jugar con ambos, creo que este será el sistema.
Más monigotes sencillos pero totalmente prácticos. Parece, además, que el cuerpo de ella forma una ‘s’ de señora y el de él una puntiaguda ‘c’ de caballero.
Ellas piensan en ‘shopping’ (compras) y ellos en ‘football’, muy típico, manido y falto de originalidad.
Más claro, imposible. Más sutil seguro que sí.
Carteles con una estética de peluquería. ¿Un nuevo servicio para los clientes de tu restaurante?
Lo de ir al baño es intemporal. Puede que estos carteles sean los adecuados para tu restaurante con una estética ambientada en otra época.
La espera en los baños a veces es durísima.
Roger Rabbit y Jessica Rabbit. Está claro pero, eso sí, será más atrayente si encaja en la estética de tu restaurante.
Para ellas, un conejo, poco sútil. Lo del gorila lo dejo ahí para que lo descifréis.
“¡Ey, nena!”, parece decir él. Esa frase de ánimo que todos nos deberíamos decir ante el espejo todas las mañanas.
A veces, lo mejor es relajarse. Paciencia te recomienda este hostelero.
Llevo criticando la falta de sutileza un largo rato ya, esto lo supera. Aunque analizando el atractivo del lugar…esos monigotes parecen ser lo de menos. Lo primero es la salud, nos suelen decir.
Esbeltos, menos esbeltos, jóvenes, adultos, el acto de ir al baño nos iguala a todos.
Toda la cerveza que entra sabemos que tiene que salir. Aunque lo de llevarse la jarra al baño igual es un acto a analizar seriamente.
Escoge aquellos que mejor encajan con tu restaurante y con tu clientela. Elige carteles indicadores con cabeza, sutileza y sin sexismo, por favor. La variedad es enorme.
Queremos conseguir la colección de carteles de aseo de restaurantes más “molona” de Internet, ¿nos ayudas? Te damos dos opciones:
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¡Gracias!
Hola, Donde podría encontrar el cartel del bigote y los labios? me encanta para mi restobar!
Hola Andrea, la verdad es que no lo sé, pero siempre lo puedes crear tú o un amigo manitas…Gracias!