Según estudio realizado por BRP y Windstream Enterpise, un 20% de la población de EE. UU. ha acogido la opción de hacer un pedido con antelación en el espacio del restaurante. Este formato de compra es un punto intermedio entre la visita física al establecimiento y el pedido online con reparto domiciliario de comida.
En este modalidad, el consumidor realiza el pedido directamente al restaurador. Al ejecutar el encargo se le facilita al cliente una hora aproximada de entrega en el establecimiento. Es entonces responsabilidad de la clientela pasar a recoger la comida. Una vez en el restaurante, el comprador tiene la opción de degustar la comida en el salón o disponer del menú empaquetado para takeaway.
Los pedidos con antelación para recogida en persona nacen de la necesidad de ahorrar costes. Las apps móviles de las empresas de reparto añaden un sobrecoste a las comidas preparadas por los restaurantes. A primera vista estos montos son de pequeña importancia, pero si se usa el servicio con asiduidad, los costes extra pronto se acumulan. Aparte de sus tarifas básicas, algunas imponen recargos por las operaciones realizadas en zonas muy activas; es decir, en casi todas las ciudades. Entonces los sobrecostes pronto se disparan.

Al final, pagar más para obtener la comida significa no disfrutar tan a menudo de los fogones de nuestros restaurantes favoritos.
La tendencia es especialmente predominante entre la juventud. En el caso de los millennials, el porcentaje ronda ya el 32%. No podía ser de otra manera tratándose de un segmento demográfico aquejado por una posición financiera inadecuada, precaria.
Los restaurantes tampoco le ponen pegas a este tipo de servicios. Por un lado los precios de sus artículos resultan más competitivos al no estar afectados por las tarifas adicionales de las empresas de reparto domiciliario de comida. Además el pedido online con antelación para recogida en persona es más eficiente en los tiempos de entrega y ofrece una calidad mayor: el cliente recibe la comida tan pronto como sale de la cocina, y en el mismo estado en el que esta se serviría en las mesas del local. La responsabilidad del transporte, en caso de efectuarse este, corresponde al comensal.

En cualquier caso, los restaurantes que ya están ofreciendo este tipo de ventas añaden una tasa adicional al servicio en concepto de pedido solicitado con antelación, por lo que además de aparentar disponer de precios más competitivos, la empresa de restauración también está percibiendo un mayor volumen de negocio que con otras metodologías.
¿Quiénes se han apuntado a la tendencia? La restauración organizada dedicada a la comida rápida ha sido, como de costumbre, la primera en sumarse a la moda. Panera Bread, Shake Shack, Chipotle, McDonald’s y Domino’s son algunos de los pioneros en este nicho en Estados Unidos.
En Panera se ha llevado al máximo extremo. Usando la app móvil propia de la compañía, el cliente puede pagar de antemano por el servicio, aparecer por la tienda, recoger su pedido de una estantería y no cruzar ni una sola palabra con la plantilla del establecimiento.

En otros mercados, como el de los cafés o el de la bollería, también se han recibido con brazos abiertos este tipo de metodologías. Es el caso de Starbucks y Dunkin’ Donuts. Sin embargo, aunque algunos grandes nombres figuran en esta lista preliminar, la realidad es que este 2019 será el año en el que realmente se afiance el pedido online con antelación para la recogida en persona como opción de reserva.
Según el estudio mentado al inicio del artículo, un 59% de los negocios participantes en la pesquisa (60) tienen intención de incluir este servicio entre los que ofrecen en sus restaurantes.
Es por ello que a finales del presente año podríamos estar hablando de porcentajes de uso de esta modalidad de compra muchos mayores a los que se perciben en este momento.