Con la llegada de los primeros meses del año y eventos gastronómicos como Madrid Fusión, los cocineros empiezan a poner sus ollas en los fogones y a surgir las nuevas tendencias gastronómicas para este 2020.
Muchas de ellas no son nuevas, sino que llegan al plato después de cruzar fronteras y volverse popular en algunos países del mundo. Otras, surgen por las nuevas tendencias alimenticias a favor de consumir productos cada vez más saludables y sostenibles, uno de los pilares más relevantes para este año.
Además, la sostenibilidad se une con la vuelta a la cuchara, el retorno de los platos más tradicionales que se elaboraban de antaño y debido a celeridad del ritmo de vida actual, estos se han perdido. Lo curioso es que antes recurríamos al restaurante buscando innovación y ahora, demandamos platos de toda la vida.

Un repaso a las tendencias gastronómicas para este 2020.
Sostenibilidad: es uno de los objetivos de la industria alimenticia y también de la restauración. Cada vez es más fácil encontrar en la carta productos de cercanía o los llamados kilómetro 0. Esta corriente, a la que se suma las recetas populares de la zona, marca un valor añadido en la restauración.
Vuelta a la tradición: el regreso de los platos de nuestras madres van a hacerse hueco en la hostelería y restauración. Estas elaboraciones han marcado nuestra niñez y los cocineros buscan incorporarlas en su carta. Eso sí, con elaboraciones más sofisticadas para que el resultado sea perfecto.
Granos antiguos: si hace tiempo la quinoa marcó un antes y un después en nuestras mesas, ahora llegan los cereales del continente africano con multitud de beneficios para nuestro cuerpo. Lo cierto es que estos granos no son nuevos, se consumen hace mucho tiempo, pero ahora llegan a nuestras alacenas.

Alimentos vegetales: una tendencias que sigue en aumento. Por tanto, nos vamos a encontrar muchos productos a base de vegetales. Desde las ya conocidas hamburguesas hasta frutos del mar a base de algas. Además, las mantequillas a base de frutos secos y los huevos vegetales a base de frigol, una leguminosa asiática, llegarán a los lineales de los supermercados.
Bebidas: las bebidas sin calorías están en auge. Cada vez más, nos encontramos agua con gas saborizadas o aguas con diferentes sabores. En cuanto a los cócteles, vuelven los cócteles tradicionales como el Dry Martini, Bloody Mary o el Moscow Mule. Eso sí, siempre buscando una baja graduación alcohólica.
Azúcares: los azúcares refinados empiezan a desaparecer en la lista de compra. Si hace tiempo se hablaba de la azúcar de coco, ahora llegan las elaboradas con sandía o dátiles. También a partir de cereales o tubérculos.

Platos del mundo: la comida asiática seguirá siendo tendencia. Se unen con especias como la harissa, pasta picante a base de chiles picantes, o el jengibre, que ya ha tenido su fervor pero que seguirá dando mucho que hablar. Este tubérculo permite aportarle sabor a las comidas como también, a las bebidas de forma natural.
Estas son las tendencias gastronómicas más importantes que marcarán el año culinario. Adaptar estas novedades en la carta de los restaurantes trasmitirán un valor añadido al comensal, a la vez, que sorprendentes sabores del mundo.