Los fans de Goiko Grill somos extraños. Por algún motivo, igualmente extraño, una mañana cualquiera me dio por visitar la página de la cadena. En retrospectiva, las hamburguesas de Andoni Goikoechea bien se merecen un poco de idolatría… Para sorpresa de este gallego, abría, por fin, un Goiko en las ‘cercanías’. Se sucedieron las llamadas.
El grupo de amigos lo esperaba en Santiago de Compostela, para ser sinceros. Las calles compostelanas rebosan de gentío en invierno y en verano. La catedral y las diversas variantes del Camino de Santiago siguen siendo un atractivo turístico incontestable. Pero Vigo, la ciudad portuaria por excelencia de las Rías Baixas, sería finalmente el lugar elegido para el primer establecimiento en la Comunidad de Galicia. Vista la expansión explosiva de la franquicia, esperamos todavía un local en la capital gallega, porque para visitar la hamburguesería nos tragaríamos 150 kilómetros y el infame peaje del puente de Rande, no en una, sino en dos ocasiones.
En cualquier caso, estábamos dispuestos incluso a visitar León, donde durante el pasado mes de abril también abrió un local de la cadena, en el que se ofrece la hamburguesa única La Cazurra, que hace gala de algunos productos típicos de la provincia como es el queso de Valdeón (después de que hubiera que cambiar el navarro Ardiona a causa del descontento del público local). ¿Cuál sería la novedad en Vigo?
Nos temíamos que La Peregrina ofrecida en el Goiko de Vigo fuese la misma que la hamburguesa Peregrina (nótese la diferencia en sintaxis sobre la que depositábamos todas nuestras esperanzas y optimismo); y en efecto así fue. De esta manera, la hamburguesería viguesa comparte la exclusividad con el local madrileño de la calle Santa Engracia.
La pedimos igualmente, partida en tres para compartir, pues aún no habíamos tenido ocasión de probarla. Complementamos el pedido, claro está, con la icónica Kevin Bacon, bestseller y buque insignia de la casa. Jugosa y rebosante de sabores como siempre.
La Peregrina, por su parte, fue una hamburguesa con sabores suaves y bien ligados. No sabemos cómo lo han hecho, pero los pimiento del Padrón, famosos porque uns pican e outros non, eran todos dulces y de profundo aroma herbal. El queso gallego se funde perfectamente, y por ello sirve de manta para arropar el resto de ingredientes: carne vacuna de primera, unas escamas de sal al limón y una emulsión de membrillo con orujo que realza todos los sabores y liga el conjunto maravillosamente.
Entre nuestras dos visitas probamos un buen número de novedades en el menú. Primero las Sweet Potatos, disponibles de forma limitada según se indica en la carta, y que consisten en un puñado de batatas fritas gentilmente bañadas en sal, idóneas para aquellos que busquen una alternativa exótica y de sabores contrastados a los tubérculos habituales.
De la carta a la personalización
Probamos en dos ocasiones la nueva opción Enquésame, que por un mísero importe adicional nos permite añadir una dosis extra de queso untuoso en nuestras hamburguesas. Los amantes del derivado lácteo pueden elegir entre varios tipos: queso americano, Ardiona, de cabra… ¡Pero cuidado! Es un arma de doble filo.
No dudamos de la buena intención de Goiko Grill con esta opción de personalización, pero hay que decir que las hamburguesas de la carta están todas ellas tremendamente equilibradas y dejar en manos del consumidor alocado la responsabilidad del pedido puede ser un error.
El autor puede definirse como un fan acérrimo del queso, pero un rodaja de más de un centímetro de queso de cabra a la plancha fue todo lo que hizo falta para desestabilizar una creación en otro caso imposible de criticar: la hamburguesa se convirtió en un plato áspero, seco, harinoso… No fui el único que cayó en la trampa, la posibilidad de añadir más queso es una auténtica tentación y otro de los nuestros sucumbió ante una cantidad de queso de proporciones elefantíacas.
Durante nuestra segunda visita, nos quedamos con las ganas de probar el Gordonut, la nueva y atrevida fusión entre hamburguesa de lujo y bollería. En el local de la calle Rosalía comenzarían a servirlo esa misma noche. Si tan solo hubiésemos reservado unas horas más tarde podríamos haber disfrutado de esa sabrosa carne embutida en un donut con glaseado, y empapada en los líquidos del beicon frito y el sirope de arce.
Este producto, que parece sacado de algún sueño húmedo de Homer Simpson, solo está disponible temporalmente. ¿Merecerá la pena un tercer viaje? Parece que sí, pues el hashtag #GORDONUT está que echa humo en Twitter.
Nosotros fuimos fieles al lema que promueve el Gordonut, F*uck Operación Bikini. Somos más de bañata y barriga cervecera, por lo que otras dos de las novedades en la carta del Goiko de Vigo, una suerte de freshbowls para los más preocupados por la línea, quedaron al margen de nuestra cata. En concreto se trata del Cesar Bowl, una ensalada césar con toques gourmet, y el Thai Chicken Bowl, avanzadilla para explorar productos de corte asiático.
Ubicado en plena zona de movida, a escasos metros del muelle en el que atracan los cruceros veraniegos, centrado en el meollo de la zona de restauración y tapeo, y a escasos minutos de las escuelas universitarias, le auguramos a este local una muy buena trayectoria comercial. Durante la inauguración fue imposible reservar hora, y en las dos ocasiones que los visitamos apenas quedaban un par de mesas o tres sin reservar (e incluso estas quedarían ocupadas más tarde).
Nuestra única queja fue no disponer de una hamburguesa única con la que alardear delante de otros goikoadictos de la península. Entendemos que el número de locales, que crece descontroladamente en los últimos meses, impide dar continuidad a esta peculiaridad característica de los restaurantes y mantener la calidad de las creaciones al mismo tiempo. Aún así, una hamburguesa Castrexa que ponga en valor los ingredientes enxebres es lo que más echamos en falta en la ciudad olívica. «Os imagináis una hamburguesa de pulpo á feira», bromeábamos en el coche a la vuelta.