La pandemia causada por el SARS-CoV-2 azotó con fuerza los restaurantes. No ha habido una recuperación completa desde entonces. Por suerte, en España, algunas comunidades autónomas sí han visto resultados superiores a los de 2019.
Con las cuarentenas y restricciones confinadas ya a la memoria, parece que en breve nos olvidaremos de la crisis sanitaria que estamos atravesando. No obstante, ello no implica que vayan a venir tiempos mejores para el sector.
La probabilidad de sufrir una recesión económica no hace sino aumentar con cada revisión. En España, podría declararse una recesión técnica en el primer trimestre de 2023. La Unión Europea no vadea la situación mucho mejor, la guerra rusoucraniana y los desbarajustes energéticos que ha provocado no son una cuestión trivial. Incluso en los todopoderosos EE. UU. suenan las alarmas: los analistas sitúan la probabilidad de recesión en el país para 2023 entre el 60 y el 100 %.
¿Cómo afecta todo esto al sector de la hostelería?
The NPD Group estudia el consumo en los restaurantes estadounidenses
The NPD Group es una empresa de análisis de mercado fundada en 1966 en Port Washington (Nueva York, EE. UU.). hace unos meses publicaron los resultados de un estudio relacionado con los restaurantes. En él se preguntó sobre los hábitos de consumo de las familias durante el segundo trimestre de 2022. De este informe se destilan los siguientes puntos de importancia —datos ajustados por PPP—:
- Las familias con ingresos anuales de 46.500€ redujeron sus visitas a restaurantes
- El 25% de las familias con ingresos anuales de 27.900€ no visitaron ningún restaurante
- El 75% restante bajaron la frecuencia con que visitan los restaurantes en un 6%
- Los restaurantes de comida rápida atraen más clientela con bajo poder adquisitivo
- El tráfico de clientela total que percibieron los restaurantes fue un 2% menor al trimestre anterior
Mientras los precios de los alimentos se disparan, la inflación ha golpeado la economía doméstica hasta tumbarla: hay poco dinero para caprichos. El sector lo sabe. Durante la reunión trimestral de resultados con los accionistas, Kevin Ozan, director financiero de McDonald’s, comentó que «los clientes —especialmente, los de menor poder adquisitivo— desescalan su consumo hacia ofertas que aportan valor y combos con menos ítems».
Varias marcas de restauración organizada como Domino’s Pizza o Wendy’s han tomado ya cartas en el asunto, ofreciendo descuentos en sus productos.
Los consumidores no quieren que sus restaurantes favoritos cierren
Todavía están muy recientes la heridas abiertas por los primeros meses de pandemia. Muchos clientes perdieron para siempre sus restaurantes favoritos. Ahora no quieren que eso vuelva a pasar si llega una recesión o, peor, una depresión que se prolongue por varios años.
Popmenu, una start-up tecnológica especializada en transformación digital para restaurantes, ha hecho una pesquisa para averiguar cuál es el sentir de la clientela que frecuenta bares, cafeterías, salones y demás. Aprovechando su plataforma, encuestaron a mil usuarios, extrayendo las siguientes conclusiones:
- El 58% de los clientes están usando los restaurantes con mayor asiduidad que en 2021
- De estos, el 61% lo hicieron por comodidad, el 43% por apoyar y el 36% para ahorrar
- El 61% de los clientes aceptarían los precios establecidos por el negocio sin rechistar
- El 68% de los clientes aceptarían precios más caros con tal de que el establecimiento no cierre
Esta información es un alivio para los 415 gerentes que usan la tecnología de Popmenu, pues el 91 % de los restaurantes ha subido los precios a causa de la inflación.
La situación es difícil. Más para los restaurantes de servicio completo, los que más sufrirán. Su tráfico de clientela ya ha caído un 6 % desde el año pasado —un 18 % desde 2019—. Por el contrario, los restaurantes de comida rápida apenas han percibido una contracción: el caudal de clientes ha disminuido un 0.7 % respecto a 2021, solamente. Es evidente que el QSR es la mejor forma de blindarse ante una potencial recesión.