El consumo excesivo de sal es un problema que afecta a una mayoría de la población de todo el mundo y mantiene una relación directa con el incremento de enfermedades cardiovasculares y muertes.
Según un estudio publicado en la New England Journal of Medicine, sabemos que actualmente la ingesta media de sal diaria, duplica la cantidad recomendada por la Organización Mundial de la Salud y causa 1,65 millones de muertes al año en el mundo, lo que representa una de cada diez muertes por motivos cardiovasculares.
Muchos países están tomando medidas en sus políticas sanitarias con el objetivo de reducir el consumo de sodio en las dietas y menús de sus ciudadanos. Incluso en algunas importantes ciudades se han iniciado acciones a través de los restaurantes para concienciar a los clientes del problema que supone un exceso de consumo de sal.
Medidas contra el consumo de sal en los restaurantes
En concreto en la ciudad de Nueva York las grandes cadenas de restaurantes, aquellas que disponen de más de 15 establecimientos, están obligadas a incluir un icono triangular con un salero cuando el plato contiene sodio por encima del límite recomendado.
En el caso de Buenos Aires la medida fue más contundente ya que más de 20.000 restaurantes, bares y hoteles de la provincia se comprometieron a retirar los saleros de las mesas y sólo los llevan en caso de que el cliente lo solicite después de haber probado el plato, con el objetivo de cumplir una campaña para combatir la epidemia de la hipertensión que afecta a tres de cada diez bonaerenses.
Es indudable que cambiar los hábitos de consumo de la población para mejorar la salud pública es un enorme reto al que nos enfrentamos, pero ¿cómo puede ayudar el progreso tecnológico a disminuir la cantidad de sodio que consumimos en nuestras comidas?
Te presento un invento que sinceramente creo que puede ser un buen ejemplo de una línea de investigación que consiga paliar o sustituir aquellos hábitos que está demostrado científicamente que perjudican la salud de los ciudadanos.
Se trata de “ELECTRO” un tenedor eléctrico que genera pequeñas descargas de corriente en la lengua que sustituye la sensación de sabor salado cuando el cliente presiona un botón, realmente lo que hace es engañar a las papilas gustativas que experimentan el sabor, imitando un gusto salado, ácido, amargo o metálico.
El invento ha sido desarrollado en los últimos 6 años por un equipo de investigación de la Universidad de Tokio capitaneado por Hiromi Nakamura. El prototipo no está realizado con alta tecnología, las piezas cuestan menos de 20$ en total incluyendo una batería que le permite generar la energía suficiente para conseguir la descarga eléctrica y un potenciómetro para controlar la intensidad de sabor salado.
La sal es necesaria para la vida, pero a menudo tendemos a consumir un exceso de este producto a pesar del alto riesgo que supone para el organismo. A la mayoría de las personas les resulta muy complicado disminuir la ingesta de sal, la tecnología puede ayudarnos a reducir ese consumo mediante un aumento de la salinidad percibida de los alimentos.
Cenas en restaurantes sin sal
El equipo de investigación está organizando diferentes cenas en restaurantes de Tokio para demostrar la utilidad del tenedor y al parecer todos los comensales que lo han probado unánimemente certifican la valía de dicho invento.
Por supuesto también se están haciendo pruebas en otros entornos, como hospitales con aquellos pacientes que por problemas de salud han de consumir una dieta sin nada de sodio.
Este invento se engloba dentro de un proyecto llamado “el restaurante sin sal” cuyo objetivo es conseguir que los comensales de cualquier restaurante puedan degustar los platos bajos en sal pero con una sensación de salinidad acorde a las necesidades personales de cada individuo.
Sin duda un paso más hacia lo que yo llamo la “digitalización de lo sentidos”, para mi uno de los campos de investigación más apasionantes dentro de este proceso de transformación digital en el que encontramos y que nos va a proponer sustituir olores, sabores o sonidos por otros componentes digitales que los imiten.