El director ejecutivo de un importante grupo de restaurantes en Estados Unidos sorprendió a todos hace unas semanas al comunicar vía correo electrónico a los restaurantes que gestiona nuevas coberturas para la ausencia laboral pagada.
Así, en un interesante movimiento que aúna la mejora de derechos de los trabajadores y el rendimiento de la empresa, los empleados de las franquicias de restauración Olive Garden, Bahama Breeze, The Capital Grille, Cheddar’s Scratch Kitchen, Yard House, Seasons 52, Eddie V’s y LongHorn Steakhouse se acogerán a la nueva política de la compañía que contempla pagar las horas que el personal dedique a recibir la vacuna contra el coronavirus.
Camareros, cajeros, personal de recepción y limpieza, así como chefs y pinches de cocina tendrán cuatro horas para asistir a su centro médico u hospital más cercano y recibir la inmunización sin que ello repercuta en sus ganancias.
De esta forma se deshace de las posibles reticencias basadas en pérdidas económicas que los trabajadores pudieran aludir como motivo para no recibir el inóculo.
Los detalles concretos de la medida son complejos ya que no todos los empleados de los restaurantes mentados reciben las mismas compensaciones. La ayuda está capada a un máximo de veinte dólares por hora y se calcula en base a la tarifa convenida con el trabajador más una media de los beneficios obtenidos en las últimas trece semanas en concepto de propinas.
Además, dado que la vacuna requiere dos inoculaciones separadas en un espacio de varias semanas, el tiempo disponible ha de repartirse. Se divide en dos bloques iguales. Si el trabajador dedica solo media hora para recibir la primera dosis no le restarán tres horas y media, sino que solo tendrá dos. Si por desgracia el tiempo de espera rebasa el cupo de dos horas, entonces el empleado perdería dinero inevitablemente.
Para recibir su compensación dineraria, los trabajadores solo tienen que mostrar el resguardo médico donde se indica que han sido vacunados.
El proceso de vacunación no es obligatorio en la empresa, pero sí se está recomendando de manera muy vehemente. Este nuevo supuesto de ausencia laboral pagada pretende animar al equipo humano de los restaurantes a que se vacunen. En EE. UU. la vacunación se está realizando con los productos de Pfizer-BioNTech y Moderna, dispensando un millón y medio de inoculaciones al día de media.
Algunos gerentes de restaurantes comentaban: «Simplemente estamos haciendo lo correcto. Hay empleados que se verían obligados a elegir entre trabajar para ganar dinero y su salud». Y añadía: «Incluso desde una perspectiva puramente empresarial, no una ética, costará menos mantener a los empleados sanos que, digamos, cerrar una sección del restaurante porque un empleado enfermó».
En Estados Unidos los restaurantes están participando activamente en la campaña de vacunación. Aunque inusitado, estas demostraciones de altruismo son propias de la cultura estadounidense, muy volcada con el voluntariado y las acciones sociales personales.
Un claro ejemplo de esto que se comenta es la contribución en materia de logística acordada entre Starbucks y el estado de Washington. Varios ingenieros de la compañía están seleccionando los puntos de distribución óptimos para que la vacunación en el estado noroccidental sea todo un éxito.
Las prioridades de vacunación en Estados Unidos presentan ligeras diferencias respecto a las españolas. Los trabajadores de la hostelería entran en la fase 1c como trabajadores esenciales. Los trabajadores hospitalarios y cuidadores en residencias tienen mayor prioridad (1a), así como los trabajadores en puestos críticos (seguridad, transporte, industria, alimentación) y los mayores de 75 años.
Ahora la Asociación Nacional de Restaurantes ha solicitado la inclusión de los trabajadores del sector hostelero en el grupo 1b. Con este movimiento pretenden que un sector duramente golpeado por la crisis del coronavirus no vuelva a perder fuelle ante una nueva oleada. Algunos epidemiólogos apuntan ya a esta supuesta cuarta oleada como una posibilidad más que plausible.
Es poco probable que las autoridades sanitarias de EE. UU. concedan esta petición. No obstante es de agradecer que la asociación luche por los derechos de los trabajadores del gremio de la restauración.