00La robótica para restaurantes es una de las grandes promesas de esta década. Apenas asentada, poco a poco se van viendo más autómatas en las cocinas y salones de los locales. Aun así, la penetración en el mercado es tímida; se espera que el volumen de negocio generado por los robots aumente drásticamente de aquí a 2030.
Los robots que se emplean en el sector hostelero pueden clasificarse en tres grupos bien diferenciados. Por una parte, se tienen los robots de reparto; son máquinas rodantes que portan un contenedor con comida desde el punto de preparación hasta el de entrega. Por otra parte, también existen los robots de servicio o camareros; cumplen una función muy similar, aunque lo hacen dentro del establecimiento: van de la cocina a la mesa del comensal.
Finalmente, el tercer grupo lo componen los robots de cocina. Son sistemas más o menos flexibles, que son capaces de preparar los platos que aparecen en la carta del restaurante o, al menos, un plato en concreto. Los modelos más comunes hoy en día son aquellos que están especializados en una tarea concreta, como, por ejemplo, preparar un café con galletas o darle la vuelta a un filete de hamburguesa.
Entre los robots de cocina se puede hacer, a su vez, distinciones entre sistemas integrados, dispensadores robotizados y brazos articulados. Son estos últimos los que ahora llegan a un nuevo nivel de la mano de los brillantes ingenieros de Google.
Los brazos articulados en los restaurantes
Los brazos articulados ya han protagonizado noticias relacionadas con el mundo de la restauración en varias ocasiones. El primero que logró acaparar los titulares de la prensa especializada fue Flippy, un sencillo sistema que, como mencionábamos antes, da la vuelta a los filetes de hamburguesa, dejándolos a gusto del cliente: poco hechos, al punto o muy hechos.
Flippy hizo su debut en 2017. Desde entonces, ha recibido mejores sustanciales e incluso se ha adaptado a un nuevo cometido: Flippy 2 es un brazo articulado especializado en freír alitas de pollo. De la mano de Miso Robotics, los creadores de estos dos autómatas, Flippy 2 se ha instalado ya en cien restaurantes de la marca White Castle.
La start-up tecnológica de Pasadena (Colorado, EE. UU.) no es la única que ha lanzando al mercado máquinas similares. Semblr 1 es un modelo de Karakuri que se ha instalado a modo de prueba piloto en el edificio de oficinas que conforma la sede de Ocado Group —un holding dedicado a la venta de alimentos minorista y a la logística en el sector—. El brazo robótico es capaz de preparar hasta cien platos para los trabajadores que pasan por Hatfield (Reino Unido).
El número de brazos robóticos por los que los hosteleros pueden optar aumenta cada año. La lista ya es larga: Cheetah Robotic Arm, Moley Robotics, Samsung Bot Chef, Nino Robotic Bartender, Zhi Ka Master, KNEXT… Los mayores desarrolladores tecnológicos del mundo están muy pendientes de la tecnología, quien se haga con el modelo ganador se llevará un nicho de mercado valorado en miles de millones de euros. Por supuesto, esto algo que le interesa mucho a Google.
Google, robótica y restaurantes
En el sector de la hostelería, cuando se habla de Google suele ser por motivo del SEO, por Google Maps o por Google My Business. No obstante, Google trabaja en muchas otras tecnologías que en mayor o menor medida afectan a la transformación digital de los restaurantes.
En el laboratorio de Mountain View (California, EE. UU.) se encuentra el programa de robótica de Google. Tras un periodo en el que se disolvió, el laboratorio se ha refundado nuevamente para buscar soluciones a los problemas de automatización actuales.
Una de las líneas de trabajo es un brazo articulado que responda de forma más eficiente a las necesidades del usuario. Los robots son muy efectivos a la hora de automatizar tareas simples y repetitivas, pero cuando se trata de resolver problemas complejos, ahí es donde brillan las personas. En consecuencia, muchos de los robots que se ponen a la venta hoy en día no están pensados para deshacerse de los trabajadores, sino para que colaboren con ellos. Es lo que se denomina cobótica.
El nuevo modelo de brazo articulado en el que han estado trabajando los expertos del gigante tecnológico promete ser un buque insignia de la cobótica. Esta corriente de pensamiento ha calado profundo entre los desarrolladores, y los avances que han logrado son dignos de admiración.
Brazos articulados, chatbots conversacionales y cobótica de nueva generación
Google ha trabajado muy duro para desarrollar uno de los chatbots conversacionales más punteros. Está disponible a través del asistente virtual Google Assistant o como producto distribuido bajo licencia en el caso de servicios de terceros.
Ahora, el laboratorio de robótica de Mountain View ha publicado un comunicado de prensa en el cual detalla cuál es el futuro de esta tecnología. Gracias a una sinergia entre el chat conversacional y el brazo robótico de Google, han conseguido que el sistema detecte, coja y entregue cualquier ingrediente, plato o alimento cuando uno de los ingenieros se lo pide verbalmente.
Este es un paso significativo hacia la automatización de los procesos que tienen lugar en la cocina. Imaginemos las posibilidades: un brazo robótico montado en railes por el techo navega el espacio de un punto a otro llevando toda clase de elementos a los chefs y pinches según los solicitan, simplemente hablando. Adiós a las carreras de esquina a esquina para dar salida a los platos en hora punta. Adiós a los accidentes al portar una sartén o cazuela de un lado a otro. Adiós a todas las ineficiencias que tienen lugar en la cocina.
En todo caso, esta visión no deja de ser una fantasía. Por el momento, el prototipo de Google tan solo puede ejecutar una docena de acciones, estando muy limitado. Claro está, los ingenieros siguen trabajando arduamente para mejorarlo y expandir sus funciones. ¿Podría ser este el primer robot multipropósito para restaurantes?
El potencial de la inteligencia artificial del brazo robótico de Google
A diferencia de modelos preprogramados y chatbots conversacionales por comandos de voz, el robot de Google está dotado de inteligencia artificial aplicada al procesamiento del lenguaje natural. Esto significa que es capaz de entender aquello que se le dice, no es necesario especificar comandos concretos.
El científico Fei Xia, responsable del proyecto, demostró esta capacidad. Al indicar que tenía sed, el robot no esperó y buscó algo para que bebiera. Para lograr este comportamiento se ha alimentado el cerebro electrónico del robot de cocina con una ingente cantidad de texto, documentos y material digital.
Para potenciar su aprendizaje se usó el lenguaje de programación PaLM, una de las joyas de la filial de Alphabet. Con él, se dota al sistema de inteligencia artificial y lógica simulada. Cuando se le pide al brazo que limpie un líquido derramado, entiende que necesita buscar productos de limpieza antes. Algo que hizo sin problema en la demostración en vivo.
El potencial para que el brazo articulado de Google trabaje en ambientes más exigentes, cambiantes y complejos, como los de un restaurante, es muy alto; pero, por ahora, deben seguir investigando, solo así lograrán liderar un segmento donde Samsung y otros gigantes tecnológicos también han decidido probar suerte.
