Los adeptos al flexitarianismo, vegetarianismo y veganismo ya conforman un 9.9% de la población española de acuerdo al informe The Green Revolution 2019 realizado por Lantern. Un valor que antaño causaría incredulidad es solo un simple punto intermedio más en el paulatino abandono de los ingredientes de origen animal.
El crecimiento de los mencionados hábitos de consumo es incuestionable. No obstante, la industria alimentaria aún es incapaz de ofrecer los productos que esta cohorte demanda. Ser vegano es España es difícil. El mercado todavía no ha importado los artículos que sí se venden en otras partes de Europa.
Los reponedores de los supermercados de Alemania, Escandinavia y Países Bajos colocan sustitutos de origen vegetal para carnes, lácteos (¡incluidos quesos y helados!) y multitud de platos preparados en los estantes de la sección de dietética. Así contentan a la clientela que, en algunas zonas urbanas, se compone en un 25% por vegetarianos y veganos.
En los últimos años la industria alimentaria, espoleada por grandes inversiones y por la entrada de start-ups disruptivas y gigantes de la alimentación como Kraft Foods o Nestlé, ha logrado recrear algunos productos de origen animal que hasta entonces eran un escollo en la adopción generalizada del veganismo.
El ejemplo por antonomasia es el del queso. Elena Botella, una escritora amante de la gastronomía vegana lista —ordenados, puntuados y analizados— los quesos veganos de mayor caché. El cheddar de Violife es considerado pues el summum de la caseología a base de productos de origen vegetal.
Y con el obstáculo del queso superado…, ¿qué alimento quedaba por convertir? El huevo esconde bajo su simplicidad un enorme desafío para la industria. En algunas partes del mundo ya cuentan con sucedáneos, pero en Europa no hay ninguno satisfactorio. Esto podría cambiar a finales de 2021 cuando, según lo programado por Eat Just, se empezaría a comercializar el JUST Egg, buque insignia de la compañía.
Alimentos sostenibles, sustitutos vegetales y comercio justo con Eat Just
Eat Just es una de las muchas empresas emergentes que han brotado como consecuencia de los nuevos hábitos de consumo veganos. La empresa, previamente conocida como Hampton Creek Foods y Beyond Eggs, lleva operando 10 años desde su sede en San Francisco (California, EE. UU.). En este tiempo han logrado la atención de los inversores, el interés de los organismos de certificación internacionales y la lealtad de los consumidores veganos.
A lo largo del decenio han desarrollado sustitutos vegetales diversos para contribuir a la sostenibilidad en el mundo de la alimentación, la restauración y la hostelería. Los tres primeros años se dedicaron a recaudar fondos, desarrollar tecnología y buscar ingredientes vegetales cuyas características organolépticas permitieran imitar las cualidades de un huevo de gallina.
Un primer paso en este arduo camino fue Just MAYO, mahonesa vegana que resultaba primicia en el mercado. Este hito labró la reputación de Eat Just en el mercado e incluso provocó que Unilever los involucrara en una batalla legal: la mahonesa de la compañía era demasiado buena para no ser mayonesa real.
El momento culminante llegaría a finales de marzo de 2021. Entonces la empresa obtuvo 200 millones de dólares adicionales en financiación. Una contribución liderada por el fondo soberano de inversión del Estado de Catar. Con este influjo económico, Eat Just pretende llevar su producto estrella, JUST Egg, al mercado europeo.
JUST Egg: huevo sin sufrimiento animal
Periódicamente los horrores de las granjas avícolas masificadas emergen por las redes. No es raro que los vídeos e infografías virales que tratan el asunto causen disgusto o rechazo. Animales hacinados, enfermos y explotados en condiciones inhumanas. Polluelos desechados nada más nacer. Horrores de una industria que nada tiene que ver con las campechanas gallinas y rústicos gallineros que nuestros antepasados pudieran tener.
JUST Egg, el artículo que Eat Just intenta introducir en la Comunidad Económica Europea, es un sustituto vegetal del huevo tradicional que se entrega batido y embotellado, listo para ser preparado como tortilla, revuelto o complemento a otra receta. Además de luchar contra la crueldad animal y combatir el descontrol climático antropocénico, JUST Egg también es más sano que un huevo al uso. Su menor contenido calórico se debe en parte a la ausencia de colesteroles y grasas saturadas.
El huevo es la proteína animal más consumida en el planeta. Eat Just aspira a ser el mayor proveedor de huevo vegano de la Tierra. Su trayectoria es prometedora, de acuerdo a estadísticas de la compañía han vendido botellas de JUST Egg en cantidad equivalente a 100 millones de huevos. Y todo ello gracias a unas desconocidas habichuelas del Sudeste Asiático.
El secreto detrás del huevo batido de Eat Just es la judía Mungo, una semilla de alto contenido proteínico típica de la región pantropical, donde las gentes locales la cultivan a pequeña escala, pues conocen su alto valor nutricional. Ahora esta fabe escapa de los huertos de autoconsumo de Asia y África tropical para proyectarse en la escena mundial.
Solo queda saber si, una vez procesada y convertida en un sucedáneo del huevo, la judía Mungo tendrá las puertas abiertas en la Unión Europea.
La última barrera. Europa protege a sus ciudadanos
La pandemia ha cambiado cómo se celebran los grandes eventos por el mundo. El caso del foro New Food Conference de 2021 no iba a ser diferente. En esta ocasión se celebrada de forma deslocalizada y vía digital. Josh Tetrick, actual director ejecutivo de Eat Just, era uno de los invitados a la conferencia.
Durante la misma, los asistentes le cuestionaron acerca de los planes de expansión de la compañía, a lo que este respondió que están trabajando mano a mano con las agencias de regulación europeas para lanzar JUST Egg en la UE. Tetrick se mostraba decididamente optimista.
Sin embargo, negociaciones anteriores entre magnates de la industria alimentaria estadounidense y el gobierno europeo han demostrado que los reguladores locales son más estrictos que sus análogos americanos. Por el momento no ha trascendido información sobre la documentación que Eat Just haya podido entregar ante la administración europea. Por ende conviene juzgar con cautela las alegres declaraciones del director ejecutivo.
En el mejor de los casos la EFSA (European Food Safery Authority) declarará JUST Egg apto para el consumo humano y su comercialización en la unión dentro de unos meses. Esperaremos con ansias las noticias ya que de ser aprobado no cabrá duda sobre las bondades del producto.
Muy interesante la verdad no conocía los sustitutos vegetales del huevo. ¡Muchas gracias!
Gracias Víctor