En un reciente comunicado de prensa emitido conjuntamente por la Asociación Americana de Personas Retiradas (AARP) y la famosa cadena de hamburgueserías McDonald’s, se anunciaba una estrecha colaboración entre la corporación líder global del segmento de comida rápida de la restauración organizada y la fundación gestionada desde la organización sin ánimo de lucro.
Con ello, la AARP pretende servir a su cometido último, garantizar que no exista pobreza entre los mayores jubilados que residen en Estados Unidos. En esta ocasión intentará lograrlo ofreciendo trabajos en régimen de horario reducido en los tablones de anuncios privados a los que tienen acceso los miembros de la sociedad.
Por su parte McDonald’s se compromete a ofrecer un espacio laborar seguro para estos mayores, así como una recompensa económica que les ayudará a superar las vicisitudes a las que tengan que hacer frente.
Por parte de la gran eme, la iniciativa tiene un fuerte componente de compromiso social con el que pretende apelar a las masas y mejorar su imagen de marca, pero la decisión de participar activamente con la AARP Foundation responde también a una estrategia laboral previamente testada.

Los trabajadores de avanzada edad han tenido toda una vida para desarrollar habilidades difíciles de transmitir. Muchos de los afortunados que obtendrán un puesto de trabajo en la compañía acumulan una vida laborar que supera los cuarenta años. Con tal experiencia sus dotes para solucionar conflictos, atender correctamente a la clientela y comunicarse con el resto de trabajadores de la plantilla son muy superiores a las que se observan entre aquellos que apenas tienen un historial.
McDonald’s pretende poner en valor estas aptitudes únicas para formar a los más jóvenes.
Es bien sabido que los jóvenes estudiantes en busca de su primer trabajo son una de las principales fuentes de contratación en este segmento de la industria de la restauración. Sin embargo en los últimos años la demanda de esta clase de puestos se ha reducido sustancialmente.
Al mismo tiempo ha crecido el descontento entre aquellos que trabajan en el segmento, pues en la mayoría de los casos los sueldos que perciben no son dignos. Así la tasa de reposición de los trabajadores se ha disparado hasta cotas insospechadas, pues los jóvenes, cada vez más, ven estos puestos como un puente hacia un contrato más favorable en cualquier otro sector.

Por eso, ahora más que nunca, es importante fijar trabajadores jóvenes capaces, pero este perfil no es tan habitual como se desearía desde las altas esferas de la corporación. Uno de los mayores impedimentos para retener a los trabajadores recién llegados al mundo laboral son sus capacidades comunicativas. A menudo estallan conflictos dentro de la plantilla, y no es inusual que los clientes presenten quejas por la forma en la que el personal más joven se ha dirigido a ellos.
Los trabajadores senior conforman actualmente un 11% del total de empleados de McDonald’s. A menudo ocupan posiciones de responsabilidad dentro de los establecimientos, siendo su principal cometido garantizar el correcto funcionamiento del local. No es infrecuente que la estructura vertical de mando impida que estos trabajadores con más experiencia transmitan sus capacidades a los jóvenes. Por eso la apuesta de la cadena de hamburgueserías ahora es asegurar que los mayores de 55 años tengan un lugar en caja, en la cocina y en el servicio general del local (camarería y limpieza si procede).
En esas posiciones la interacción entre trabajadores mayores y jóvenes se espera que sea enriquecedora para ambas partes. Y decimos ambas partes porque además de recibir compensación por sus servicios, los mayores que aceptan las ofertas de McDonald’s a través de la AARP Foundation suelen tener un segundo objetivo en mente: escapar de la monotonía con que la vida de jubilado les ha condenado.

Con un 40% de adolescentes tardíos en sus filas, McDonald’s ofrece a estos trabajadores con amplio recorrido un ambiente de trabajo único donde pueden familiarizarse con las nuevas tecnologías y con las corrientes de pensamiento recién emergidas. Esto a su vez tiene un efecto demostradamente positivo sobre su estado anímico, psicológico y sobre su salud general.
Con la campaña de verano de McDonald’s ya terminada, y los 250 000 empleos adicionales que esta comporta en revisión, es previsible que muchos de los jubilados que han llegado a través de la AARP extiendan su estancia en las hamburgueserías de los cinco estados de EE. UU. donde se ha llevado a cabo la prueba piloto. De analizar los resultados del proyecto se encargará la directiva de la rama estadounidense de la corporación, que ya mostraba su curiosidad por los resultados a finales de abril de este mismo año, cuando surgían las primeras noticias sobre la experiencia.
El retorno de los jubilados a puestos de trabajo en el mundo de la restauración parece ser una realidad que está materializándose ante nuestros ojos. Según datos de Asociación Nacional de Restaurantes de EE. UU., el segmento demográfico que ha experimentado un mayor crecimiento en su ritmo de contratación entre 2007 y 2018 se corresponde con los mayores de 55 años.

Puede que esta nueva tendencia resulte en que la vieja queja de que es difícil trabajar con las generaciones más jóvenes se disuelva. Esperemos que así sea, por el bien de todos los implicados.