Mientras Wendy’s, Panera y Chipotle investigan los metaversos, McDonald’s, Domino’s y Starbucks apuestan por los NFT; y una plétora de grandes marcas hosteleras americanas y PYMEs de restauración hacen lo propio con las criptomonedas. La digitalización de la propiedad intelectual, del dinero y de la realidad prometen revolucionar una parte de cómo entendemos los restaurantes.
Sin embargo, para muchos profesionales del sector estos conceptos son todavía desconocidos. Otros, opinan que son ideas exóticas o pasajeras. La realidad es bien diferente. Tanto metaversos como NFT y criptomonedas tienen utilidades que no se pueden desdeñar, pero el primer paso es comprender en qué consisten estas innovaciones.
¿Qué son los metaversos?
Por muy bien que se oigan las llamadas telefónicas o por muy fluidas que sean las videoconferencias, estas formas de comunicarse nunca serán tan satisfactorias como un encuentro en persona.
Por desgracia, en un mundo cada vez más globalizado, reunirse presencialmente no siempre es una posibilidad. El metaverso pretende socorrernos en esta situación.
Se trata de un entorno virtualizado cuyo cometido es que las relaciones humanas a distancia sean más fieles a la realidad, incluso si aún se mantienen en el terreno virtual. Por el momento, los metaversos recurren a una bastardización de la realidad en forma de servidores tridimensionales donde los avatares de los usuarios pueden interactuar, pero en el futuro prometen una virtualización de la persona física.
¿Qué son los NFT?
Por su parte, los NFT o tokens no fungibles son bienes digitales escasos. La propiedad intelectual, en especial la digital, es difícil de manejar, ya que es muy fácil de copiar o replicar. Pensemos, por ejemplo, en cuántas películas se piratean al cabo de un año.
Los bienes digitales escasos aspiran a convertir los objetos digitales en símbolos de status. Así, es previsible que los perfiles personalizados, cosméticos para avatares y decoraciones para metaversos se conviertan en los Lamborghini, iPhone y Rolex para una generación puramente digital, como la Z o la alfa.
En resumen, el objetivo de los NFT es que cada adquisición digital sea irreemplazable.
¿Qué son las criptomonedas?
Por su parte, las criptomonedas surgieron para dotar a los usuarios de un mayor nivel de privacidad, seguridad y velocidad en las transacciones; así como descentralizar la economía para reducir el poder de bancos, organismos financieros y estados.
Las criptomonedas orientadas a privacidad, como Monero, no dejan rastro, de forma muy similar a como pasa con el dinero físico, y a diferencia de compras vía tarjeta bancaria, monedero digital o transferencia bancaria.
La seguridad viene dada siempre por su carácter criptográfico, la tecnología blockchain que subyace a las criptomonedas es un sistema inquebrantable por ahora —a la espera de ver qué sucede cuando los ordenadores cuánticos se generalicen—.
Al ser 100 %, la velocidad viene dada por definición, aunque hay diferencias. Casi todas las criptomonedas son más rápidas que los medios de pago tradicionales y, a mayores, permiten minimizar las comisiones en las que se incurre en cada transacción, así como evitar que terceros tengan control sobre nuestro patrimonio.
Metaversos, NFT y criptomonedas en los restaurantes
En consecuencia, metaversos, NFT y criptomonedas se postulan como tres candidatos excelentes para cambiar cómo interactuamos con el mundo digital. De acuerdo con Michael Kondoudis, abogado especializado en patentes y marcas comerciales de Washington D. C. (EE. UU.), los restaurantes tienen mucho que ganar con estas innovaciones.
El primer punto sobre el que Kondoudis hace hincapié son los diferentes roles que jugarán NFT y criptomonedas en el metaverso. Mientras que los primeros podrían entenderse como bienes en propiedad, las criptomonedas serían la divisa vigente.
Se entiende mejor con un ejemplo. Imaginemos un entorno virtual —metaverso— de un restaurante. Será personalizable, por lo que el usuario podrá adquirir temas visuales, musicales y complementos —decoraciones, mascotas, expansiones…—. Dichas propiedades serán NFT que el cliente habrá comprado con dinero cripto. Finalmente, el consumidor podrá revender los tokens no fungibles, pues son su propiedad —en este caso, el restaurante podría incluso llevarse una comisión—.
Lo aquí expuesto no es muy diferente a cómo se decoraría una habitación tradicionalmente, pero tanto metaversos como NFT y criptomonedas pueden usarse de muchas otras maneras.
Metaversos, NFT e innovación colaborativa 4.0
La innovación colaborativa en el restaurante 4.0 podría llevar a que el cliente ofreciera servicios como NFT a través del metaverso del restaurante.
Así, un músico local ofrece sus temas como NFT para que los usuarios disfruten de ellos en el entorno virtual. Es decir, una digitalización de los tocadiscos de los años 60 y de los espectáculos en vivo, solo que dentro de una economía circular donde músicos y restaurantes se benefician económicamente, y los clientes también ganan al ultrapersonalizar sus servicios.
De hecho, las posibilidades de colaboración son aún mayores, ya que negocios competidores pueden realizar cross-selling a través de metaversos gestionados por rivales. Si un bar vende cupones canjeables por cócteles de autor vía NFT, esta tecnología permite que las regalías se gestionen sin intervención de las partes implicadas, evitando desencuentros y trabajos adicionales. Por ende, la oferta de los restaurantes en el metaverso se ampliaría de forma similar a como ya pasa con las cocinas fantasma.
Posibilidades de los NFT en los restaurantes
En la actualidad, los NFT suscitan el rechazo de una gran parte de los consumidores. Este rechazo suele basarse en información sesgada. Entre las quejas más habituales están su alto consumo energético —grave cuando los protocolos se basan en prueba de trabajo (p. ej.: Ethereum), pero negligibles cuando son prueba de participación (p. ej.: Solana)—, la alta especulación en el nicho —reminiscente de la burbuja .com, pero nadie duda del valor de internet hoy, ¿o sí?— y la falta de uso.
En este último punto, hay que diferenciar los proyectos puramente artísticos con aquellos que pretenden digitalizar los certificados de propiedad —tiques, escrituras, etc.—. Con más o menos razón, es el trabajo de los diseñadores gráficos y modeladores 3D que ha inundado el mercado el que se lleva el grueso de las críticas, no las entradas y suscripciones NFT, ideas que ya algunos restaurantes están probando, como es el caso del restaurante de ultralujo The Flyfish Club.
Posibilidades de los metaversos en los restaurantes
Volviendo a los metaversos, Kondoudis admite que las soluciones actuales toman inspiración de los videojuegos. Los menores de 45 conocen bien este medio, de ahí que la transición entre los mundos virtuales y los metaversos opondrá menos fricción.
De hecho, los gamers ya están familiarizados con la colocación de productos como estrategia mercadotécnica en sus títulos preferidos: Hideo Kojima modeló unas latas de Monster en la base donde el protagonista de Death Stranding, Sam Porter Bridges, descansa.
Esto, elevado a la enésima potencia, es el futuro de los metaversos. Según el abogado, una vez se pulan los sistemas, se integraran en una mundo virtual interconectado, bello, fluido y divertido; pero, sobretodo, hipercapitalizado; una suerte de Times Square o Shibuya virtual.
Las grandes marcas de restauración organizada ya apuestan por metaversos, NFT y criptomonedas
El hecho de que las grandes marcas de restauración organizada se interesen por estas tecnologías indica cuál es el porvenir del mercado. Aunque en un principio haya cierta resistencia por parte del consumidor, es esperable que haya beneficios para este a largo plazo. Por lo que a la empresa respecta, sus beneficios serán mucho mayores, claro está.
Las empresas cuyos productos no son digitales, restaurantes entre ellas, se apresuran a patentar versiones virtuales de su propiedad intelectual.
Así, si un vendedor decide subastar código que renderice un menú de McDonald’s en cierto metaverso, el gigante de las hamburgueserías estaría legalmente protegido. Esto, por descabellado que suene, está ocurriendo mientras se escriben estas líneas: McDonald’s ha solicitado decenas, si no cientos, de patentes que protejan sus productos, la marca McDelivery y los McCafes en esta nueva realidad híbrida.
Kondoudis apunta, además, que los pequeños y medianos restaurantes también pueden sacar provecho de este paradigma emergente. Por lo general, metaversos, NFT y criptomonedas se traducen en un mayor rendimiento económico del local. Las posibilidades son extensas: desde publicitar grandes marcas con NFT licenciados, obteniendo una remuneración por el alquiler del espacio digital, hasta la venta de merchandising virtual de la marca u otros servicios intangibles.
Hablamos de un nuevo segmento de mercado para los restaurantes. Aquellos locales con una estrategia multi u omnicanal, podrían beneficiarse tremendamente de una entrada temprana. Por supuesto, los desafíos tecnológicos serán extensos, pero ello no es escusa: el restaurante siempre está sometido a fuertes corrientes de transformación que parten de la implementación de tecnologías cada vez más complejas.