La mejor forma de mantenerse seguro mientras esperamos la vacuna contra el coronavirus es el distanciamiento social. Cada pequeña acción que realicemos sin entrar en contacto con otras personas hace que el virus lo tenga más difícil a la hora de propagarse. Y si algo hemos aprendido en los últimos meses es que mantener el número de reproducción (la famosa erre) por debajo de uno hace que los contagios mueran por su propio peso.
Es por eso que una de las tecnologías que estaba entrando tímidamente en el mundo del comercio ha cogido tracción tras el desconfinamiento. Hablamos de los pagos móviles o contactless, en los que el consumidor no interacciona en ningún momento con el personal de caja. No hay tarjetas que manosear, ni dinero en efectivo que pudiera trasmitir el SARS-CoV-2. El usuario del terminal móvil solo tiene que acceder a su monedero digital, atender las facturas que se le hayan enviado y confirmar que desea realizar el pago. Simple y sencillo.
No obstante, esta primera generación de pagos móviles contactless podría ser relevada pronto por otra innovadora solución, la fusión de los monederos digitales con el reconocimiento facial.
Panasonic, la reconocida empresa de electrónica, se ha aliado con los desarrolladores de PopID para crear una aplicación móvil que permita identificar a los comensales con tan solo una foto y enviarles su cuenta al perfil de la aplicación de pago móvil que usen.
La solución no se limitaría únicamente a las mesas, sino que podría integrarse en kioscos de autopedido y carriles drive-thru para, a la vez que salvaguardar la salud de los visitantes, reducir los tiempos de espera y mejorar la experiencia de usuario de las personas que se animen a pasar por los restaurantes en estos tiempos dominados por la más profunda incertidumbre.
PopID aporta a esta cooperación su software PopPay, un monedero digital que ahora podrá integrarse en los kioscos de Panasonic ClearConnect Kiosk. Aunque de momento solo hay planes bien definidos para el autopedido en tienda con un software de diseño guiado para el consumidor, hay intenciones de adaptar la tecnología para los carriles drive-thru.
Gracias a PopPay el material para restaurantes de Panasonic contará con nuevas utilidades nunca antes exploradas en sus productos. Por ejemplo, la simplicidad en el uso de PopPay por parte del cliente lo convierte en un magnífico reclamo. Para darse de alta en el servicio bastan unos pocos clics, y a partir de ese momento el comprador puede usar el monedero virtual en cualquier restaurante que acepte el servicio.
Lejos de necesitar un periodo de acogida, PopPay ya está en uso en algunos restaurantes que han sabido ver las tendencias de futuro y han adoptado la novedad de forma temprana.
A lo previamente expuesto hay que añadir las capacidades de reconocimiento facial. Aunque este tema está sujeto a mucha controversia por las posibles vulneraciones de la privacidad de las personas, la realidad es que los usuarios que lo deseen podrán hacer pleno uso de dicha tecnología para acelerar sus pagos y realizarlos de la forma más cómoda posible.
Tanto el reconocimiento facial como la biometría reciben a menudo propaganda negativa contra su uso, la realidad es que cada vez es más habitual ver este tipo de aplicaciones en el mundo de los restaurantes. El sector está empleando la tecnología para solucionar todo un abanico de problemas, desde dinamizar los pedidos hasta adelantarse a las experiencias negativas que un comensal pueda sufrir al comer en nuestro restaurante.
Así, PopPay destaca como un avance notable en el campo, pero aún queda por ver cuáles son las reticencias que genera entre la población y si las posibles respuestas negativas son superadas con creces por los beneficios aportados por la herramienta.
En Panasonic se sienten confiados de que los pagos móviles con reconocimiento facial son el camino a seguir de ahora en adelante y por eso apuesta sin miramientos por su socio. Gracias al trabajo conjunto, los usuarios de los kioscos de Panasonic podrán consultar abundante información para poder hacer un pedido que se ajuste mejor a sus preferencias. El historial de pedidos previos, los puntos canjeables disponibles, la opción de volver a encargar los mismos ítems y otras acciones serán posibles sin necesidad de entablar conversación con el personal del restaurante.
Además, en esta nueva normalidad que nos ha tocado vivir, algunos de los restaurantes que ya están usando PopPay han ido un paso más allá. Gracias a algunas modificaciones personalizadas realizadas en el software, algunos restaurantes están tomando la temperatura del personal contratado y de los comensales de forma completamente automatizada. Si detectan que alguien tiene fiebre impiden su acceso al local, de esta forma garantizan que ninguno de sus establecimientos se vean involucrados en un caso de rebrote, algo que sin duda dañaría su imagen pública de forma muy negativa.
En el mundo postpandemia el uso inteligente de tecnologías preexistentes puede ayudar al restaurador a llevar su negocio a un nuevo nivel, imponerse por encima de los negocios locales rivales o sencillamente sobrevivir a una situación harto compleja. Los monederos digitales contactless, el reconocimiento facial en apps móviles y kioscos de autopedido, así como cualquier otra innovación con gran capacidad transformativa serán activos cruciales durante los próximos años en este segmento de la hostelería.