Diego Coquillat - El Periódico de los Restaurantes

Pizza Factory, cadenas de restaurantes que se pasan a un modelo 100% digital

El precio de un local en pleno Nueva York es prohibitivo. Aunque según el Comité de Bienes Raíces de Nueva York el valor del suelo está en paulatino descenso, con un precio medio de 3.100 euros por metro cuadrado, cada pulgada de superficie cuenta.

Prima pues la frugalidad en el uso del espacio, y para un local de comida rápida esto puede ser algo difícil de alcanzar.

No para la pizzería Pizza Factory de Long Island. En una colaboración inaudita con Slice, la aplicación de pedidos de comida online especializada en pizza, el nuevo establecimiento se torna cien por cien digital.

Los propietarios del local saben lo que se hacen. Sus otros dos puntos de venta tradicionales, el Uncle Paul’s Pizza y el Paul’s de Times Square, son un éxito en la Gran Manzana. La nueva iniciativa es una apuesta con vistas al futuro, una apuesta por una era digital.

Los propietarios del local saben lo que se hacen. Sus otros dos puntos de venta tradicionales, el Uncle Paul's Pizza y el Paul's de Times Square, son un éxito en la Gran Manzana. La nueva iniciativa es una apuesta con vistas al futuro, una puesta por una era digital.
Uncle Paul´s Pizza

Cuando los pedidos de comida online superan las compras físicas

Para la dirección de la pizzería todo este alboroto se ve como una evolución lógica. “Treinta años atrás nadie tenía móvil. Ahora, imagina a alguien sin uno”. Una breve frase del propietario que pone de manifiesto el espíritu de la empresa.

El aumento del número de pedidos de comida online realizados desde un ordenador de sobremesa o aplicación móvil es incesante. Se trata de una tendencia al alza vinculada con la adopción de la tecnología. En breve, encargar una pizza por Internet y recibirla en casa será un comportamiento adquirido. El punto de no retorno está próximo y en Pizza Factory quieren encabezar la campana de Gauss.

Las tienen todas consigo. Además de reducir la partida asignada a gastos de alquiler, la pizzería no se preocupa ni de aprovisionarse ni de conseguir clientela. Los trabajadores de la futura cadena únicamente cocinan, envasan y reparten las pizzas.

El resto de tareas quedan en manos del POS para restaurantes, Slice.

Para la dirección de la pizzería todo este alboroto se ve como una evolución lógica. "Treinta años atrás nadie tenía móvil. Ahora, imagina a alguien sin uno." Una breve frase del propietario que pone de manifiesto el espíritu de la empresa.
Fast Casual

La app es famosa por haber establecido relaciones comerciales con un sin número de pizzerías locales. De hecho, en Slice hay más establecimientos que Domino’s en los Estados Unidos. Por supuesto, no figura ninguna gran franquicia entre los perfiles promocionados. Dado que dota a los participantes de una exposición brutal, algunos negocios han evaluado que prescindir de la búsqueda de clientes es económicamente viable.

El Pizza Factory lo hace gracias a la tableta SliceOS, el terminal punto de venta desde el cual se realiza la gestión de pedidos y la facturación. A ojos de los dueños del restaurante de comida rápida, desentenderse de las tareas accesorias maximiza los beneficios.

Atisba el futuro de los POS para restaurantes totalmente digitales

Uno de los mayores temores entre los early adopters son los cortes de servicio. En un negocio en el que los clientes necesitan ineludiblemente acceso a Internet, una interrupción del funcionamiento del intermediario digital puede dejar los hornos fríos y las cajas vacías.

Los responsables de Slice comprenden el riesgo y tranquilizan a sus colaboradores mediante el empleo de sistemas redundantes y planes de contingencias.

El Pizza Factory lo hace gracias a la tableta SliceOS, el terminal punto de venta desde el cual se realiza la gestión de pedidos y la facturación. A ojos de los dueños del restaurante de comida rápida, desentenderse de las tareas accesorias maximiza los beneficios.
Slice Life

Con este nivel de seguridad, el Pizza Factory se ha embarcado en una aventura que durará dos años, tiempo en el que pretenden demostrar que pueden ser el buque insignia de las pizzerías digitales.

Si su visión se materializa, en 2020 les pillaremos con las manos en la masa expandiendo su presencia por toda Norteamérica.

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