En los últimos años estamos asistiendo a la inauguración de muchos restaurantes donde la comida queda en segundo plano, el gran protagonismo es el lugar donde está ubicado.
Dicen que una mirada vale más que mil palabras. Y eso es lo que han debido de pensar los dueños de los restaurantes más espectaculares en cuanto a vistas se refiere. Importa la comida, por supuesto, pero a la hora de elegir un lugar donde saciar nuestro apetito también tenemos en cuenta la apariencia y la ubicación del mismo. Con el paso de los años cambiamos nuestras pretensiones y somos más inconformistas, por lo que cada vez valoramos más que contenido y continente formen una pareja perfecta.
Y es que las posibilidades que se nos ofrecen en la actualidad son infinitas: restaurantes construidos en una montaña, en un acantilado, sobre una roca, junto a la playa, en lo más alto de una torre o dentro de un campo de fútbol, son solo algunas de ellas. Encontramos numerosos ejemplos en todo el planeta: de norte a sur y de este a oeste existen cientos de establecimientos que impresionan por fuera pero, sobre todo, por dentro y desde dentro. Desde Estados Unidos hasta Japón, pasando por México, Kenia, Igalia, Dubai o China comprobamos cómo la restauración se ha convertido en una obra de arte no solo para el paladar, sino también para la vista.
Resultaría imposible nombrar siquiera a todos los restaurantes que hacen las delicias de los comensales más exigentes hasta en los rincones más recónditos. Por ello y a modo de resumen, te relato a continuación los tres establecimientos más espectaculares atendiendo a su situación en el espacio, es decir, si se ubican sobre suelo terrestre, en el agua o bien por las alturas.
El primero de ellos sería la cueva de Ali Barbour, en Kenia, la cual se cree que tiene entre 120.000 y 180.000 años de antigüedad. Apenas modificado por el ser humano, este lugar es de lo más natural debido a los agujeros del techo que permiten ver el cielo y las estrellas. El Ali Barbour como tal fue fundado en 1981 y en la actualidad son más de 80 visitantes los que cada día disfrutan de una cocina internacional en la que predomina el pescado y el marisco. Su decoración a base de velas y su extensa carta de vinos y cócteles resulta ideal para aquellas parejas que pretenden pasar una velada romántica.
Si por el contrario, lo nuestro son las alturas, deberíamos visitar el restaurante 360, ubicado en la CN Tower de Toronto. Se encuentra entre los 10 más altos del mundo gracias a los 351 metros que lo separan del suelo. Dirigido por el chef Peter George, ofrece un menú de 55 dólares que incluye la entrada al mirador de la torre. Mientras disfrutas de la comida, la plataforma en la que se asienta el restaurante gira hasta alcanzar los 360 grados.
Pero no es necesario salir de España para gozar de fabulosas vistas al mismo tiempo que degustas un menú exquisito. Uno de ellos es el Gran Hotel Torre Catalunya, que alberga en su última planta el restaurante de 360º más alto de Barcelona. En Madrid nos encontramos con Espacio 33, que puede presumir de ser el restaurante con más altura de nuestro país. Además, el precio del menú es relativamente asequible: ronda los 45 euros.
Pero si lo que más nos gusta es comer mientras escuchamos el ruido de las olas y del mar, no hay mejor lugar que The Rock. Traducido literalmente como La Roca, este restaurante tiene la peculiaridad de afincarse sobre una roca en el Océano Índico. Más concretamente frente a la costa de Zanzíbar, en Tanzania. Es un pequeño paraíso al que se puede llegar a pie, nadando o en barco, pues depende de cómo esté la marea. Una vez allí podremos degustar el marisco más fresco y una gran selección de frutas de temporada; y para beber una amplia oferta que incluye champán, vino, cerveza y refrescos.
Mención aparte merece el primer restaurante submarino con cúpula de vidrio completa: el Ithaa Undersea Restaurant. Está especializado en cocina europea contemporánea y también en cocina de fusión utilizando productos locales. Se ubica dentro del hotel Conrad Maldives Rangali Island, en las Maldivas, que ha sido distinguido hasta en dos ocasiones como el mejor hotel del mundo. Todos los visitantes del restaurante coinciden en afirmar que se trata de una experiencia inolvidable, pues la cena se toma a cinco metros por debajo del mar con un sinfín de peces nadando por encima de tu cabeza.
Más allá de estos ejemplos, desde el 2006 existe un proyecto ideado por Stefan Kerkhofs y David Ghysels llamado Dinner in the Sky (cena en el cielo). Consiste en comer suspendido a 50 metros de altura gracias a la ayuda de una grúa, que alza a comensales y camareros, así como a una gran mesa a medida que permite disfrutar de una cena gourmet. El paisaje que se divisa es, sin ninguna duda, espectacular.
Esta técnica se ha extendido a medio centenar de países con gran acogida a pesar de que sus precios están, también, por las nubes: 1.000 euros la hora, sin contar el servicio de camareros ni el menú. Las mesas albergan 22 comensales y 3 camareros. Pero esto no acaba aquí ya que esta iniciativa ha nacido también en su versión terrestre: Dinner on the Road (de la que ya hemos hablado en este periódico), que consta de un vehículo semitransparente con una mesa digital alrededor de la cual se podrán sentar un máximo de 16 personas. El proyecto tiene como objetivo llevar a los clientes al destino deseado mientras disfrutan de una comida y unas vistas muy especiales.
Parece claro que en materia de restauración no está todo inventado, los empresarios se atreven con cualquier idea con tal de conseguir que su negocio sea novedoso y atractivo. Pero seguro que cuando menos lo esperemos consiguen sorprendernos de nuevo. ¿Qué será lo próximo?