Ya lo veníamos anunciando: la tecnología va a marcar nuevos rumbos en el futuro de cocinas y restaurantes. Pues bien, ese futuro ya está aquí y está dominado por robots. Pero que no cunda el pánico, que esto no se va a convertir en una escena de “Yo, Robot” –o eso esperamos. Por el momento, lo que sí han conseguido estos autómatas es saltear verduras con gambas y llevártelas a la mesa.
A esta nueva aventura robótica se quiere lanzar Andy Puzder, CEO de la cadena estadounidense de comida rápida Carl’s Jr. El empresario quiere abrir ahora un restaurante libre de empleados humanos, solo con máquinas, algo en lo que tanto su empresa como muchas otras están invirtiendo mucho en los últimos tiempos. Más que a las posibilidades que ofrece el avance de la tecnología, achaca su decisión a que el gobierno norteamericano no deja de subir los costos de la mano de obra y cada vez obtienen una menor rentabilidad. ¿Se habrá fijado Puzder en los restaurantes automatizados de China?
Los robots dominan las cocinas del gigante asiático
China es probablemente el país líder en la invención y fabricación de robots de diversos tipos y utilidades. Los hay que simulan mascotas o personas con las que mantener una charla amistosa pero en lo que aquí nos centramos es en la existencia de robots cocineros. En la provincia china de Heilongjiang encontramos un restaurante que ha sustituido a sus chefs de carne y hueso por otros hechos de metal. Mientras los robots se dedican al trabajo en los fogones, el cometido del personal humano se centra en labores de stock y el control de las propias máquinas para que funcionen correctamente.
Si piensas que saliendo de la cocina quizás encuentres algún humano que nos ayude con nuestro pedido, error. Es muy probable que en alguno de los comedores de China también nos encontremos con camareros autómatas, como en el Dalu Robot.
Este restaurante cuenta con un circuito en el que robots montados en bicicletas llevan las bandejas y aunque son los clientes los que tienen que levantarse a por su comida, sabrán cuando tienen que hacerlo al ver al susodicho robot parado frente a la mesa. Y ahí no queda la cosa, ya que en el establecimiento se entretiene a los comensales con varias robots bailarinas que hacen las veces de gogós. Un espectáculo tan extraño como curioso.
Humanos y robots, ¿enemigos en la búsqueda de empleo?
La aparición de las máquinas en el panorama laboral ha traído muchos beneficios para el empresario y muy pocos para el empleado. Está claro que los robots no reciben salario alguno, no se quejan por explotación en su trabajo o por los bajos sueldos, no llegan tarde y no se toman vacaciones. A todas estas ventajas Puzder añade que “siempre son amables, su único objetivo es hacer caja [para el negocio] y con ellos no habrá nunca problemas de discriminación por edad, raza o sexo”.
En el otro lado de la balanza se encuentran los trabajadores humanos, quienes en algunos casos se han visto reemplazados en sus puestos de trabajo por un autómata, con la diferencia de que ellos sí tienen que pagar facturas, alimentar una familia, cubrir costes personales… En definitiva, tienen que vivir. Pero no todo está perdido, pues detrás de un robot siempre tiene que haber una persona y las limitaciones de los prototipos son considerables, por lo que los puestos de mantenimiento y desempeños varios siguen aún vacantes para empleados convencionales.
Los nuevos empleados pecan de lo mismo que sus antecesores
Sin embargo, ya se han empezado a ver las primeras lagunas en esta sustitución de personas por robots. Ironías que tiene la vida, los primeros ‘despidos’ de robots tienen como causa aquello que se quería remediar con su implantación: el bajo rendimiento de los empleados.
Los nuevos camareros metalizados de dos restaurantes en Cantón (China) no eran capaces de llegar a las mesas sin tropezar los unos con los otros o con el mobiliario, salpicaban el contenido de los platos que portaban y se estropeaban con frecuencia. Además, el hecho de no poder depositar ellos mismos las bebidas y las comidas en las mesas era algo que no entusiasmaba demasiado a los clientes.
Con todos estos fallos comienzan a surgir interrogantes sobre si realmente un robot podrá realizar las labores de un humano con la suficiente eficacia como para ganarse un puesto como empleado. A este respecto, el vicerrector de la Universidad de Tecnología de Cantón, Zhang Yun, explica que “los robots por ahora solo son útiles en tareas repetitivas pero aún queda mucho camino por recorrer para que puedan acceder al mercado laboral en otros oficios donde los cometidos son más diversos”.
Hasta España aún no ha llegado esta fiebre autómata en las cocinas, que se limita fundamentalmente a China aunque también hay algún caso aislado en el resto del mundo, como en el restaurante Eatsa de San Francisco, en el que se ha inspirado Puzder para su nuevo proyecto. Lo cierto es que la tecnología cibernética está en pleno apogeo y la innovación en esta área es constante, así que quizás no tengamos que esperar tanto para que los robots tomen nuestras cocinas y nosotros nos limitemos a disfrutar de la comida.