Robomart es el último intento de una nueva generación de visionarios por automatizar las pequeñas tiendas de alimentación que salpican nuestras ciudades.
Para ello han ideado un vehículo autónomo capaz de servir productos frescos allá donde sean necesarios. En una especie de fusión entre el nuevo supermercado de Amazon sin caja y los desvelos de Telepizza por disponer de una flota de vehículos de reparto no tripulados, el prototipo de Robomart pretende suplantar las fruterías de toda la vida.
¿Lo conseguirá? Su presentación ha sido menos criticada que otras empresas emergentes del sector. Pero detractores habelos, hailos. Heather Kelly, redactora de la CNN, se cuestiona si realmente es necesario la incorporación de este tipo de automóviles cuando ya existen aplicaciones como Caviar o Instacart que ofrecen todo tipo de facilidades para llenar la despensa sin salir de casa.
Lo que parece ignorar es que solo es asumible para los bolsillos más holgados. Tal como defiende el fundador de la start-up, Ali Ahmed, la realidad es que los costes de un repartidor humano sobrepasan largamente la conveniencia de recibir la compra en casa. De hecho, Ali remarca que de acuerdo a datos aportados por Kantar Wordpanel, en el nicho al que se dirige la novedad rodante solo un cinco por ciento de los negocios ofrece reparto domiciliario.
Robomart contempla un escenario en el que con un simple comando a través de una aplicación móvil se pueda solicitar el paso del vehículo autónomo por delante de nuestro hogar. Esto mata dos pájaros de un tiro. Primero soluciona el problema del incremento de los precios. Y por otra parte elimina cualquier reticencia que el usuario pudiera tener a que una tercera persona elija las frutas y verduras. Asunto nada banal según los datos de AlphaWise, Morgan Stanley Research, quienes indican que un 84 por ciento de los clientes desechan la idea de comprar en línea por este preciso motivo.
Está claro que la solución es inteligente. Pero… ¿Cómo se puede hacer funcionar un sistema como este? Los creadores lo tienen muy claro, pues prevén que el sistema comience a circular este mismo verano.
Un vehículo autónomo equipado con lo último en tecnología
Hay que subrayar que Robomart no es una empresa abocada al fracaso. El vehículo recién presentado en la Feria de Electrónica de Consumo de Las Vegas es el fructífero resultado de un decenio de trabajo.
Como participante del proyecto Inception Program sobre inteligencia artificial y aprendizaje automático de NVIDIA, el vehículo puede discurrir durante unos 120 kilómetros a una velocidad de 25 kilómetros por hora sin intervenciones externas. La circuitería de NVIDIA lee la fisionomía del terreno mediante una matriz de sensores LIDAR, radares y cámaras. Toda la información recogida es interpretada con lo último en software de planificación de ruta, evasión de obstáculos e incluso control de movimiento multieje coordinado (CAN).
Esto le confiere, en lo que a nivel de conducción autónoma se refiere, el nivel cinco; el más elevado. Cabe destacar que esta tecnología está al alcance de pocos jugadores en el mercado de la automoción, por lo que supone todo un orgullo para los creadores.
El periodo de recarga de las baterías será mínimo, cortesía de Hevo Power, quienes han facilitado un sistema de acumulación eléctrica sin cableado.
A grandes rasgos, el exterior del vehículo semeja ser una vitrina mural refrigerada sobre ruedas. Una gran puerta diédrica dotada de vidrio permite ver las bandejas que en un principio portarían frutas, verduras y otras hortalizas; y que más adelante podrían estar repletas de comidas recién hechas, productos de repostería y pastelería o cualquier artículo típico de un ultramarino.
Cuando el vehículo estaciona frente al domicilio del comprador, este solo tiene que levantar la placa acristalada, tomar lo que desee y despreocuparse. Los sistemas electrónicos instalados en el interior del dispensador de comida a domicilio determinan qué productos se han adquirido y realiza el cobro a la cuenta asociada del cliente, emitiendo posteriormente un tique en línea.
En cuanto al desembolso inicial que las tiendas tendrían que hacer, no será elevado. Robomart ofrece el leasing de vehículos por un plazo de dos años y aporta además una aplicación personalizable que los diferentes negocios pueden adaptar a su marca comercial.
El camino que el Robomart tendrá que recorrer no está libre de obstáculos. Es previsible que la competición en el sector sea feroz. Por ejemplo, un vehículo autónomo para reparto domiciliario ya fue creado hace tiempo por la colaboración sino-sueca Moby Mart (aunque aún requería un mínimo de instrucciones humanas). El número de negocios interesados en el factor innovación palidecerá en comparación a la cantidad de fruteros a los que les importe un comino lo revolucionario de la idea. Y por supuesto no se pueden olvidar las dificultades legislativas que algunos grupos de interés se ha apresurado en propiciar.
Por suerte, creemos que con un proyecto tan sólido como este todo se andará. ¿O deberíamos decir que todo se rodará?