Con la promesa de un crecimiento sostenido a ritmo del 16 por ciento hasta 2022, el mercado de reparto de comida a domicilio está tomando el control del mundo de la restauración.
Las bazas que se mueven para dominar este nicho poco tienen que ver con las que se sopesaban hace algunos años; ahora se habla de conducción autónoma, robots de reparto, entrega de menús vía drone o máquinas expendedoras itinerantes equipadas con reconocimiento facial y funciones de biometría.
Suena a ciencia ficción, pero es un futuro que podría llegar antes de lo que nos imaginamos.
En todo caso, muchas de las soluciones tecnológicas que estamos viendo en restauración no se sostienen por sí solas. Algunas son solo un paso intermedio en un largo camino que pretende alcanzar un objetivo aún demasiado distante o avanzado, fuera de nuestro alcance actual. En otros casos se tratan de pruebas de mercado para evaluar la respuesta de los consumidores, su interés y aceptación, así como su verdadera eficiencia en una prueba de campo.
Pero cuando se traen los robots de reparto a la palestra, parece desacertado indicar que estos pequeños autómatas no han llegado para quedarse.
Postmates, la compañía estadounidense de reparto, acaba de presentar su modelo propio. Lo hace un poco tarde, pues en el mercado ya están operativos muchas otras versiones desarrolladas y diseñadas por compañías competidoras.
Es el caso de Kiwi, por ejemplo, una iniciativa afincada en el campus de la Universidad de California, Berkeley (EE. UU.) que se encarga de realizar el último tramo de reparto en un trayecto en el que participan hasta tres vehículos autónomos distintos.
Lo mismo ocurre en el entorno universitario de la Universidad George Maison, en Fairfax (Virginia). Por las aceras que unen las diferentes facultades segregadas circula una flota de 25 robots de reparto creados por Starship Technologies. Algunas marcas de comida rápida y bollería ya están colaborando con la empresa para acercar sus productos a los estudiantes. Así, los 40 000 jóvenes que visitan el lugar a diario pueden recoger un café de lujo de Starbucks aún caliente, media docena de donuts de Dunkin’ Donuts o una pizza para compartir con los amigos, cortesía de Blaze Pizza.
Incluso gigantes comerciales como Amazon tienen su propia versión. Scout es el nombre que recibe la concebida por la compañía de Jeff Bezos. Este modelo acaba de entrar en funcionamiento solo hace unos meses, a finales de enero, en el norte de Seattle. Llega antes que los drones de Amazon Air Prime, y sin duda provocará un cambio en el vecindario.
Robby Technologies, otra start-up de California con sede en la Universidad del Pacífico, ha creado un robot que es operado por PepsiCo. Ha sido acuñado como SnackBot, ya que su cometido es llevar tentempiés y bebidas a quienes los demanden.
Y la lista de empresas emergentes y gigantes tecnológicos con este tipo de robots de reparto no se termina: Marble, Nuro, TeleRetail, Dispatch, Unsupervised.AI, Savioke, etc.
Además, todos estos modelos son relativamente similares. Por lo menos en lo que a su diseño exterior se refiere. Grosso modo, se tratan de cajones dotados de ruedas.
En el caso del Serve de Postmates, la última novedad en el sector, el modelo es más reminiscente de un carricoche para bebés. El cajón tiene una forma similar a la cesta de un carrito de la compra, y las ruedas son delgadas y de gran diámetro, en contraposición a otros modelos rivales que están dotados de un chasis más bajo y ruedas de menor diámetro pero mayor grosor.
Serve se ha decorado con llamativos coloridos y un par de dibujos en forma de ojos que le aportan un cariz simpático, necesario para que los clientes no se sientan incómodos ante el vehículo autónomo, capaz de tomar decisiones de trayectoria y actuación en tiempo real.
Tras su aparición en la ciudad de Los Ángeles (California, EE. UU.) a mediados de diciembre del pasado año, Serve se irá extendiendo por todo Estados Unidos a lo largo de los próximos meses. La etapa inicial de expansión cesará en diciembre de 2019, en el primer cumpleaños del pequeño robot de reparto.
Mientras tanto, el robot de Postmates transitará lentamente por las aceras de las ciudades. Con una sola carga de su batería alcanzará casi los 50 kilómetros de recorrido. Kilometraje que será algo menor si el dispositivo porta su tara máxima, que será algo mayor de 20 kilos; para ser exactos, 22.68 kilogramos.
Postmates prevé aumentar así su flota de repartidores. El equipo de la compañía de reparto de comida a domicilio cuenta ahora mismo con 350 000 trabajadores. Las unidades robóticas reforzarán la presencia de la marca en las calles y ayudará a aliviar la carga de trabajo en las fechas de consumo más señaladas del calendario. Además su operación es menos costosa.
La máquina no obstaculizará el paso de los peatones pues, al igual que otros modelos disponibles ya en el mercado, el autómata tiene capacidad para identificar los obstáculos en su camino y evadirlos a tiempo.
Según el director ejecutivo y cofundador de Postmates, Bastian Lehmann, se tomó «una aproximación innovadora en el diseño en la que Serve transitaría junto a las personas en las comunidades».
¿Conseguirá Serve dominar las calles? Lo tiene difícil, dada la importancia y cantidad de empresas rivales con modelos similares. No obstante, la solución que se hará con la hegemonía será aquella que más valor aporte a los consumidores, y pese a que hay mucha homogeneidad entre las soluciones de robótica de reparto aportadas por las diferentes empresas, aún no se sabe cuál es la opinión de la clientela. Lo único que podemos hacer por el momento es desearle a Postmates y a Serve mucha suerte en la contienda.