Diego Coquillat - El Periódico de los Restaurantes

Sin INteriorismo EStratégico® no hay paraíso…(en los restaurantes)

Voy a contar dos historias sorprendentes sobre dos restaurantes. Una de ellas es real, la otra es inventada y, por lo tanto, falsa. Pero hasta el final del texto no desvelaré de qué palo va cada una, con la intención de que te aventures a jugar y evalúes cuál es falsa y cuál es cierta.

Vamos allá con la primera. No hace mucho diseñamos un restaurante que está siendo un fulgurante éxito empresarial. En siete meses, con una sala de escasos 50 metros cuadrados, ha dado mesa a más de 30.000 comensales; casi 4.300 servicios al mes.

Es decir, de media, este restaurante ha doblado todas sus plazas desde que abrió. De lunes a domingo. En ambos pases, comida y cena.

Si bien es probable que un lunes o un martes resulte difícil doblar una mesa, y más hacerlo con todas las mesas, hemos de entender, en este caso, que un viernes o un sábado esa misma mesa se habrá remontado tres, cuatro y hasta cinco veces.

En nuestro favor he de decir que todo el INteriorismo EStratégico® que se implantó en el espacio perseguía este objetivo: conseguir la máxima rotación en un entorno evocador.

Layout estratégico, mobiliario diseñado ad hoc, iluminación protagonista, selección de materiales adecuada… Todo, absolutamente todo, estaba pensado en base a unos objetivos empresariales. A partir de aquí, un equipo sobresaliente, un excelente servicio y un producto acorde hicieron el resto. Todo salió como se esperaba. ¡Me encanta que los planes salgan bien!

Hasta aquí la primera historia. ¿Es real, o hay alguna falsedad en ella?

Vamos con la segunda. Diseñamos otro restaurante en el que cometimos un error de diseño que a la postre resultó demoledor para los intereses empresariales del cliente. Evidentemente lo corregimos en cuanto se detectó, pero en aquel momento decidimos analizar su influencia en la cuenta de resultados del negocio.  

El error estaba en el diseño de un par de barras altas. El diseño de las barras impedía su máxima ocupación porque dificultaba la intimidad de los comensales que preferían esperar hasta que se desocuparan totalmente a sentarse a comer y compartir un espacio sin barreras de intimidad y demasiado comprimido.

El resultado, una vez analizado, arrojaba una importante cifra de pérdidas provocada por la pérdida de capacidad del negocio. El restaurante estaba perdiendo la nada depreciable cifra de 56.000 €/año. Unas pérdidas provocadas únicamente por el error de diseño de las barras. Sin contar con otros posibles errores. Como digo este error está ya corregido con el rediseño del espacio.

Hasta aquí la segunda historia. ¿Es esta la historia falsa o es la real?

Piénsalo antes de seguir…

Antes de desvelar el secreto permite que te cuente algo más.

Hace unos meses me encontraba en la gala de entrega de los Hostelco Awards en los que, a la postre, recibimos el premio al mejor proyecto de interiorismo en restauración por el diseño de este restaurante.

Un premio que no me esperaba, entre otras cosas porque, sinceramente, este no es el mejor diseño de restaurante de España en términos absolutos.

Seamos claros, a mayores recursos económicos mayor probabilidad de conseguir objetivos empresariales ambiciosos. Sin embargo, quizá el quid de la cuestión estribe en sacar el máximo potencial a unos recursos determinados, sean estos los que sean. Y esto es lo que se premió en nuestro caso.

A pesar de no esperarme el premio, mi sentido de la responsabilidad me forzó a escribir apresuradamente antes de la gala un discurso de agradecimiento. Por si sonaba la flauta. Y como sonó, y no me lo había aprendido, subí al escenario y agradecí el premio de la mejor manera que pude.

El vídeo de aquel discurso es el que comparto a continuación. Se trata de un alegato del potencial que tiene el INteriorismo EStratégico® para los negocios. De lo que es y lo que no es un buen interiorismo. Algún compañero (y amigo; buen amigo) lo ha calificado como «de imprescindible visionado».

Te dejo con el vídeo, son solo 4 minutos en los que descubrirás cuál de las historias anteriores contenía más verdad.

Aunque te puedo adelantar algo… Ambas historias son reales y ciertas. Tan solo te he mentido en algo, uno de los dos restaurantes no lo diseñamos nosotros 😉

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