Vivimos tiempos convulsos. La pandemia, la inflación, la guerra rusoucraniana y el caos climático nos llevan con curso decidido hacia una nueva recesión. Mientras el S&P500 —el índice bursátil que sigue las 500 mayores empresas estadounidenses— cae en picado, habiéndose contraído hasta un 23.5 %, el mercado cripto le adelanta por la derecha: el valor de BTC ha bajado hasta los 20 000 € y el nicho de los NFT se ha devaluado en torno al 85 %.
Pese al mal rendimiento económico de las criptomonedas y tokens no fungibles a corto plazo, no ha habido ningún cambio en su valor fundamental: la tecnología de cadena de bloques sigue ofreciendo un método digital, seguro y descentralizado para realizar transacciones o salvaguardar nuestros activos. Así pues, el interés de las empresas por las criptomonedas y NFT no ha disminuido pese al descalabro del mercado.
La última empresa de restauración que ha demostrado su interés por esta intrigante tecnología es Starbucks, el gigante de las cafeterías. La intención de la compañía de explorar las posibilidades de los NFT surgieron el pasado 5 de abril de 2022 durante la conferencia Partner Open Forum. Allí, el multibillonario y director ejecutivo de Starbucks, Howard Schultz, indicó que la cúpula directiva pretendía tener presencia en el mercado de los tokens no fungibles antes de que acabara el año.

Ahora, han surgido más detalles sobre los planes de Starbucks.
Los NFT de Starbucks
Starbucks es una compañía icónica. Los consumidores que disfrutan de sus cafés de especialidad son auténticos fanáticos de la marca. Aunque años atrás estaban experimentando problemas para seguir creciendo, en la actualidad la cafetería de la sirena ha superado todos los obstáculos. En parte ha sido gracias a la expansión a nuevos mercados, pero también por los nuevos productos con mayores márgenes de beneficio, su programa de fidelización integrado en la app móvil propia y la diversificación del catálogo de productos que ofrecen.
El fanatismo de los consumidores y la mentada estrategia de diversificación nos llevan a los NFT. Schultz deja bien claras cuáles son sus intenciones: «Si nos fijamos en las compañías, en las marcas, en las celebridades y en los influencers que intentan crear plataformas y negocios digitales con NFT, no encontraremos ni uno solo que tenga tal cantidad de recursos como Starbucks, desde coleccionables hasta la herencia cultural de la compañía al completo».
Las posibles aplicaciones de los NFT en la restauración organizada son de lo más variopintas. Un NFT puede servir como bono descuento, vale canjeble o tique de compra. También puede hacer las veces de suscripción, incluyendo suscripciones VIP con acceso a servicios que solo están disponibles para los poseedores de los NFT. Por supuesto, los bienes digitales escasos puede ser tan solo un coleccionable, sin entrañar mayor beneficio. Pero, ¿qué es lo que planea Starbucks exactamente?

La respuesta a esta cuestión ha venido de la mano de una nota de prensa publicada conjuntamente por Brady Brewer —director ejecutivo de marketing de Starbucks— y Adam Brotman —un consultor de Forum3, director ejecutivo de Brightloom y exdirectivo de la cadena de cafeterías—. En esta memoria se pone de manifiesto que Starbucks ve los NFT como puente hacia la tecnología Web3, donde la propiedad privada de las redes es democratizada y los tokens sirven como pase para acceder a los recursos y servicios existentes.
La perspectiva de Adam Brotman sobre los NFT para restaurantes
Adam Brotman tiene tras de sí un abultado currículo. Además de haber estado en la cúpula directiva de Starbucks, también es un exitoso universitario y emprendedor. La tecnología saca a relucir su faceta más innovadora. Así, tanto los NFT como la Web3 y el metaverso fascinan a este techie.
En entrevistas pasadas, Brotman ha confesado que los NFT podrían ser una forma de recompensar a los clientes más fieles de las marcas de restauración. Gracias a ellos podrían gestionar de forma segura la concesión de ventajas y recompensas excepcionales. Los tokens no fungibles tienen una doble utilidad: por un lado, son coleccionables; por otro, sirven como pase para disfrutar de productos o experiencias exclusivas.
Pero los NFT, al estar basados en la tecnología de cadena de bloques o blockchain, pueden comprarse o venderse a través de una plataforma diseñada para ello —OpenSea, Rarible o similares— o vía P2P. De esta manera, la fidelidad a una marca se convierte en un activo para el consumidor. Si el usuario del restaurante es recompensado con un NFT de tirada limitada con el cual se puedan acceder a ventajas únicas, cabe la posibilidad de que el agraciado venda el NFT en el mercado secundario si prefiere recuperar parte de la inversión en fidelidad, tiempo y dinero en forma de dinero fíat.

En cualquier caso, Brotman apuesta por que los movimientos de compraventa de bienes digitales escasos serán minoritarios y que el verdadero potencial de los tokens reside en que refuerzan el vínculo cliente-empresa. «No es necesario entender de NFT o cripto. Si has invertido en una compañía, o tenido la tuya propia, o coleccionado sellos o cartas, lo que tienen en común es que participas de alguna manera en ello y te sientes como un copropietario», comentaba a la audiencia de la cumbre SimulATE Food Web3 a principios de mayo.
Los NFT como agentes fidelizadores son ciertamente una posibilidad, solo cabría averiguar quién sería capaz de desarrollar esta tecnología para que Starbucks tenga éxito en su campaña.
Brightloom, desarrolladores de tecnología puntera para restaurantes
Son varias las empresas que se posicionan en el mercado estadounidense como catapultas para la experiencia Web3 en el sector hostelero. NextBite y Lunchbox son dos de ellas. Sin embargo, todo apunta a que será una tercera, Brightloom, la encargada de potenciar los NFT y sus aplicaciones futuras en el caso de Starbucks.
Brightloom es una empresa que ya tiene experiencia con Starbucks. Antaño conocida como Eatsa, recibió 30 millones de financiación en la Serie B estadounidense. Parte de este dinero procedía de Starbucks, a través de Alshaya Group y Alsea. El gigante de las cafeterías ya había colaborado con ellos para integrar su tecnología propia en la plataforma de Eatsa.

Con esta inversión, querían asegurarse de que continuaran desarrollando tecnología digital disruptiva para el sector de la hostelería. Poco después de recibir los fondos, Brotman rebautizó la empresa. Desde 2019 actúa en el mercado con su nuevo nombre: Brightloom.
Brightloom apuesta fuerte por los NFT, la Web3 y el metaverso. Si bien todas estas tecnologías están en su más tierna infancia, el equipo de Adam cuenta con ventaja, pues en su equipo humano figuran programadores e ingenieros con ansias por cambiar el mundo. Si tienen éxito en su cometido, podrían transformar a nivel fundamental cómo funcionan los sistemas de recompensas y fidelización de los restaurantes.
Habrá que esperar hasta finales de 2022 o principios de 2023 para ver qué tal ha ido el desarrollo de la tecnología NFT de Starbucks. ¿Será un antes y un después en el mundo de la restauración organizada?