El excéntrico billonario Elon Musk vuelve a ser motivo de noticia. Recientemente se ha sabido que pretende revolucionar sus supercargadores con una adición un tanto retro: autocines.
Los supercargadores de Tesla son estaciones de recarga para los vehículos eléctricos de la compañía. A diferencia de las tomas eléctricas caseras, estas estaciones disponen de anclajes que funcionan a un alto amperaje, permitiendo así que el coche rellene su batería en tiempo récord.
¿De qué tiempo estamos hablando? Pues alrededor de una hora. No es plato de buen gusto para el conductor tener que repostar durante tanto tiempo, por eso desde el gigante tecnológico exploran todo tipo de soluciones a esta espera improductiva. Una de las que está tomando un cariz más serio es la creación de un complejo comercial en torno a los supercargadores.

Supercargadores: gasolineras en la era de la automoción eléctrica
La electrificación de los vehículos promete poner patas arriba el mundo tal como lo conocemos. Las actuales gasolineras quedarán obsoletas y se irán desfasando. Tesla conoce el valor que tiene una entrada temprana en el mercado, al fin y al cabo han sido pioneros en una de las industrias más disruptivas actualmente; por eso los supercargadores ya han comenzado a proliferar: en EE. UU. hay miles repartidos por toda la geografía, en España existe alrededor de una centena de estaciones y en Latinoamérica ya han aparecido los primeros.
Aunque Tesla no tiene los coches eléctricos más avanzados y fiables del mercado, sí que cuentan con una tecnología de acumulación energética genuinamente buena. Sus baterías superan con creces las prestaciones de sus competidores en relación al coste. Y lo mismo podría decirse de sus supercargadores. De ahí que no entiendan sus estaciones de recarga simplemente como una interacción con el Model S u otros, sino que se tratan de una inversión estratégica que pretende dar servicio también a los vehículos de Toyota, General Motors y demás fabricantes.
En el futuro, tiendas de alimentación, restaurantes de carretera y espectáculos podrían aunarse en un mismo punto: los supercargadores de Tesla.
Esta conjetura, apoyada por algunos analistas de mercado, ha salido reforzada recientemente cuando se ha sabido que Tesla había presentado la documentación pertinente para que se le concediera un nombre comercial protegido con el que acuñar los autocines y conceptos de restauración que erigirá en cada punto de repostaje.

Los autocines y restaurantes de Tesla
En 2017 Elon Musk comenzó a airear el concepto. Probablemente esta idea ya estuviese sobre las mesas de los ingenieros mucho antes. Después de un silencio, los autocines y restaurantes de Tesla han vuelto a salir a la palestra.
El 27 de mayo se presentó en la oficina de patentes de los Estado Unidos tres solicitudes por parte del gigante. Todas ellas estaban relacionadas con el sector de los restaurantes. En concreto, los documentos facilitados por la corporación hablaban de bufés de autoservicio, servicios de restauración, notificaciones y opciones para take away.
De esta forma comienza a materializarse el pronóstico compartido por el ex director de tecnología de Tesla, Jeffrey Brian Straubel, quien en la Food Service Technology Conference celebrada en 2017 anunció que el imperio de Musk irrumpiría en el mundo de la restauración y del comercio minorista.
Como suele ser habitual en el magnate, Elon bromeó por Twitter indicando que ambientaría los futuros supercargadores angelinos con una estética roquera sacada de los años cincuenta: «Voy a montar un carril para coches y un restaurante con rock y patinadoras a la vieja usanza en los nuevos supercargadores de Los Ángeles», comentaba el icónico empresario. Esa realidad está ahora más cerca.

La pandemia ha ofrecido una tesitura única para que los autocines se conviertan en una realidad también. Aunque la vacunación bate marcas en EE. UU., es previsible que los clientes no vuelvan decididos a los restaurantes como ocurría antaño. En su lugar, es esperable que el distanciamiento social y una recién adquirida pulcritud imperen el sector.
Los autocines son la solución perfecta al problema de esperas de Tesla. Permitirían rentabilizar aún más los espacios ofreciendo cine, comida y recarga en un mismo lugar. Los clientes de la marca serían menos reticentes así a recargar su vehículo fuera de casa y en medio de largos viajes.
¿Oportunidad para franquiciados?
Una de las preguntas más interesantes que han emergido a colación de esta noticia es si cabe la posibilidad de que Tesla concediese licencias de explotación para los supercargadores. Si se decantasen por esta opción podrían penetrar de forma más rápida en el mercado, mejorar sus cuentas trimestrales y establecer colaboraciones con grandes jugadores de la restauración organizada como McDonald’s, Domino’s Pizza, Chipotle, KFC y potencialmente otros.
Habrá que estar pendientes para ver cómo evoluciona este fascinante proyecto.