La robótica corre como la pólvora en el sector de los restaurantes. Hemos visto robots de cocina, robots camareros, robots de reparto, máquinas expendedoras robotizadas, restaurantes modulares robotizados y mucho más. Cada tarea repetitiva es susceptible de ser automatizada, y parece que ahora es el turno del reparto de helados.
Los camiones de los helados son una estampa típica en las calles residenciales de EE. UU. Aparecen con frecuencia en las películas de Hollywood. Su melodía, divertida e infantil, trae buenos recuerdos a los ciudadanos estadounidenses.
Pues podrían ser un bonito recuerdo del pasado en tan solo unos años: una apuesta de Unilever revolucionará cómo se consumen paletas, helados, refrescos y granizados en los meses venideros.
Los helados de Unilever
Unilever es una marca multinacional con sede en Gran Bretaña. Se especializan en vender productos de alimentación, limpieza, cosmética e higiene personal. Gestionan un gran número de marcas diferentes en estos segmentos.
Dentro del mundo de la alimentación, uno de los grupos que más atención ha recibido dentro de la corporación son los postres. Allí se pueden encontrar los helados que este mismo verano se venderán en las calles americanas. Ben & Jerry’s, Breyers, Fudgsicle, Heartbrand, Klondike, Magnum, Popsicle, Talenti, Wall’s y Weis son algunas de las marcas que componen su catálogo.
Así, los niños de EE. UU. podrán disfrutar de sus postres fríos favoritos sin tener que perseguir al dichoso vehículo ni esperar a que aparezca por el vecindario. Ahora, algunas familias afortunadas del estado de California podrán solicitar que un camión de los helados robotizado pase por su domicilio con solo un par de clics.
Una colaboración con Robomart
En la ciudad de Santa Mónica (Los Ángeles, EE. UU.) se encuentra la sede de Robomart, una compañía tecnológica que se especializa en soluciones para empresas y plataformas para venta minorista.
Es este último punto el que ha llevado a una interesante colaboración con Unilever. Se trata de The Ice Cream Shop, una marca virtual a través de la cual llevarán los productos refrigerados a las casas de los usuarios.
Este servicio se potenciará además con un vehículo robotizado que automatizará todo el proceso, aunque por el momento queda pendiente la instalación de un sistema de conducción autónoma: el único vehículo autónomo autorizado a recorrer las vías de comunicación angelinas sin un piloto que supervise la circulación es el modelo de Lyft, aunque se prevé que muchos otros le sigan en breve.
The Ice Cream Shop será una tienda al alcance de todos. La app intuitiva de Robomart facilitará que hasta el más pequeño pueda comprar los helados que quiera desde el móvil de sus padres.
¿Cómo funciona The Ice Cream Shop?
The Ice Cream Shop está disponible a través de la app móvil de Robomart o su versión para escritorio. El consumidor solo tiene que acceder a ella y buscar el servicio. Pronto aparecerá en pantalla para que pueda elegir los ítems que desea adquirir. Una vez seleccionado y confirmado el pedido, solo resta realizar el pago, que puede ejecutarse a través de un monedero digital conectado al sistema de forma rápida, cómoda y segura.
Mientras tanto, los camiones de los helados robotizados reciben la dirección donde han de hacer la entrega. El sistema estará disponible todos los días de la semana, al menos durante doce horas al día. Cabe la posibilidad de que expandan el horario a 24/7. Si bien, dado que no se trata de vehículos autónomos, son conductores humanos los encargados de dirigir el camión hasta su destino.
Es el único proceso en el que tienen que intervenir. Así, los trabajadores de Robomart —que es quien contrata a los chóferes— no estarán sometidos a una carga de trabajo tan elevada como lo puedan estar otros colegas de profesión, siendo el caso idiosincrásico el de los repartidores postales. No obstante, los gastos en salarios se disparan…
¿Cuál es el futuro de los camiones de los helados?
Aunque el servicio que prestará The Ice Cream Shop será más cómodo, también tiene algunas pegas. Por un lado, requiere que el cliente disponga de un smartphone con un sistema de pagos móviles asociado. Esto no suele estar al alcance de los menores de California, por lo menos no al de los niños. Por otra parte, ha de tenerse un mínimo de habilidad para navegar por los menús, algo que supone una barrera de acceso para los más mayores, algunos de los cuales aún se sienten perdidos con las nuevas tecnologías.
A mayores, The Ice Cream Shop proveerá una experiencia mucho más aséptica, carente de calidez humana que caracterizaba este elemento urbano típicamente americano. Ya no habrá niños corriendo detrás del camión, pues es el consumidor quien solicita que el vehículo pase por su domicilio.
Tampoco habrá oportunidades para que los pequeños aprendan a hacer sus compras por su cuenta, pues los conductores no atienden ni llevan dinero encima. Aunque, sin duda, habrá quien se alegre de que no haya tanto griterío y música a todo volumen por las urbanizaciones.
En cualquier caso, el nicho de los camiones de los helados no podía seguir como hasta ahora. Ya en 2012 se anticipaba su desaparición. Cada vez eran más infrecuentes. Una tendencia que continúa a día de hoy, momento en que prácticamente podrían considerarse en peligro de extinción. Siendo inviables, pero muy amados, los camiones de los helados son especialmente receptivos a cualquier tipo de disrupción tecnológica.
Llega la transformación digital a las heladerías sobre ruedas
No faltan heladerías en el sector de los restaurantes. No obstante, aquellas que van sobre ruedas se enrarecen con un ritmo vertiginoso. Por el contrario, las gastronetas o food trucks se mantienen bien vitales. ¿A qué se debe esta diferencia?
Hay tres motivos para este fenómeno: una reubicación de la natalidad —nacen niños en otras partes del país—, la madurez —o, más bien, vejez— del nicho y los bajos márgenes de beneficio.
Está claro que hay demanda, pero hay que llevarla allí donde esté. Y de forma eficiente, de lo contrario, los gastos en materia de combustible, refrigeración y personal se comen los beneficios. El camión de los helados robotizado y la app de Robomart son un paso en la buena dirección. Sin embargo, parece que será necesario tirar también de conducción autónoma e inteligencia artificial para sacarle todo el provecho a la idea.