Las combinaciones más extrañas de menú y restaurante están a punto de llegar. Debemos ir acostumbrándonos a la presencia de un chino que ofrezca pizzas italianas al más puro estilo napolitano, una heladería de diseño en la que nos vendan platos de caza con guarnición de setas de temporada o un local de sushi con la mejor escena de tapeo de toda la ciudad.
Estos combos imposibles ya no lo son gracias a los restaurantes virtuales de Uber Eats, establecimientos que solo existen en la app móvil y que no tienen local físico disponible.
Pero… ¿Qué diferencia hay entre los denominados restaurantes virtuales y un local falso?
¡No muchas! Pero sin duda la principal es que los restaurantes virtuales realmente sirven la comida ofertada. No, no se trata de una estratagema con la que aprovecharse de los ciudadanos desprevenidos.
Este tejemaneje de Uber Eats es una estrategia comercial para limitar el mercado que le es arrebatado por otras empresas competidoras. La batalla por dominar el sector de las entregas a domicilio de comida es feroz, con contendientes de renombre como Deliveroo o Just Eat pugnando por dominar el mercado.
La idea tras el concepto es sencilla. Existen un sinnúmero de cocinas que se usan por debajo de sus posibilidades reales de servicio y estos espacios pueden suplementar las carencias de otros restaurantes.
Esa sinergia entre la cocina de soporte y el restaurante beneficiado es lo que se ha convenido en llamar como restaurante virtual, y el servicio combinable, como ya se adelantaba al inicio, solo está disponible digitalmente.
El funcionamiento es igualmente simple. Cuando alguien accede a un restaurante conectado a otras cocinas externas, todos los ítems aparecen como parte del menú del restaurante consultado a través de la app móvil. El restaurante desde el cual se realiza el pedido recibirá los artículos desde las cocinas ajenas a través de Uber Eats, preparará el empaquetado conjunto y cederá de nuevo a Uber Eats la responsabilidad de la entrega domiciliaria de comida.
El servicio ha aparecido recientemente en Reino Unido, donde Deliveroo es una amenaza real para la hegemonía de Uber Eats, pues es territorio tradicional de la empresa competidora. Uber Eats, que en este justo instante es una la única filial de la empresa matriz Uber que está generando beneficios, no se puede permitir ceder ni un solo palmo.
Así, ya son 400 los restaurantes virtuales aparecidos en las islas británicas.
El objetivo es potenciar el crecimiento de los pedidos de comida para llevar y poner en valor la infraestructura existente que aún permanece desaprovechada o se usa por debajo de su potencial último. El gerente de Uber Eats en Reino Unido, Toussaint Wattine, comenta a este efecto: «Escuchamos que los restaurantes tenían apetito por hacer crecer sus negocios. Partiendo de nuestra experiencia en EE. UU., hemos demostrado cómo se pueden crear menús usando la infraestructura existente».
Según Cathy Zou, directora de restaurantes virtuales de EE. UU., «La oportunidad es realmente enorme teniendo tan solo en consideración los indicios tempranos observados en los restaurantes en los que hemos trabajado. Lanzamos los restaurantes virtuales en enero de 2017, comenzando en Chicago, y hoy ya podemos ver más de 1600 restaurantes virtuales a nivel global».
En Reino Unido, dos de estos restaurantes son el Balti Cottage y el Sushi Circle.
El primero es un restaurantes especializado en comida india ubicado en Dagenham, una ciudad periférica al este de Londres. Su carta de postres necesitaba recibir lustre así que ahora cuentan con los servicios otra cocina para presentar batidos y repostería en su menú. ¿El resultado? Han multiplicado por dos sus ingresos en este segmento de alimentos respecto a la base sostenida por la cocina propia del local.
El Sushi Circle, tal como indica su nombre, es un bar de sushi fiel a las tradiciones niponas. Sin embargo, no han tenido miedo a experimentar con las nuevas posibilidades que ofrecen los restaurantes virtuales. Los más atrevidos pueden pedir ahora platos hawaianos como el poké, la última tendencia en comidas a domicilio: un plato a base de arroz, cobertura de pescado crudo aliñado y detalle de verduras u hortalizas, una receta que ha sido elogiada por el mismísimo expresidente de los EE. UU., Barack Obama, quien la ha calificado como su comida hawaiana favorita.
Además de las opciones para agrandar, afianzar y potenciar el menú, Toussaint Wattine opina que los restaurantes virtuales tienen un potencial inexplorado para los restaurantes ubicados en pequeñas ciudades, pueblos o zonas rurales, donde es difícil salirse de sota, caballo y rey a la hora de comer. La colaboración con cocinas algo más alejadas permitiría diversificar las cartas y atraer la atención de los comensales hastiados de la zona.
Wattine también contempla las posibilidades promocionales, vacacionales y de temporada.
Tanto es el potencial, que Deliveroo, el eterno rival de Uber Eats en Reino Unido, no ha querido quedarse atrás en esta nueva moda de los restaurantes virtuales. Los suyos han comenzado a aparecer a principio de 2018 y tienen una implantación mucho menor por el momento.
Parece que la próxima batalla entre los gigantes del reparto domiciliario de comida se librará a través de sus peones imaginarios, los restaurantes virtuales.