El segmento del delivery sigue aumentando su peso en el sector de los restaurantes según el negocio off-premise cede terreno a los pedidos online para llevar. Aunque el mercado de la movilidad está consolidado, todavía tiene margen de crecimiento. Algunos analistas, como Nextbite, estiman que el segmento crecerá un 17 % anual en los próximos tres años. Se estima que hay unos 100 000 millones de euros en oportunidades desaprovechadas.
Algunas grandes operaciones de restauración recurren a flotas de repartidores. Si bien, lo más común es delegar el reparto de comida a domicilio a plataformas externas como Just Eat, Glovo o Deliveroo. Estos socios tecnológicos no están libres de contras, pero su inversión en I+D+i los hace tremendamente competitivos.
Los robots de reparto, la conducción autónoma y el trazado de rutas inteligente (basado en IA) son algunas de las líneas de trabajo que ocupan a los ingenieros de estas compañías. Precisamente es uno de estos frentes el que nos copa los titulares hoy: Uber Eats ha confirmado que su vehículo autónomo de reparto estará operativo en California en 2022.
La conducción autónoma y la robótica de reparto son dos de las tecnologías que permitirían a los hosteleros sacar provecho de los pocos nichos aún inexplorados. Mientras que la robótica de reparto es más eficiente en las cortas distancias, los vehículos autónomos brillan en los trayectos de mediano recorrido. Un modelo de reparto híbrido que sinergice ambas también es un campo de interés.
No obstante, por el momento todo son proyectos piloto y no parece que a corto plazo se conviertan en una realidad de uso global. Los cestos rodantes de Starship Technologies, FedEx y demás competidores solo operan en campus universitarios, polígonos tecnológicos y similares. Por otra banda, el único coche que ha logrado permisos para operar de forma autónoma es el Nuro R2.
Esa exclusividad será pronto cosa de la historia, ya que Uber Eats va a comenzar a hacer repartos con vehículos autónomos en 2022.
Esto será posible gracias a la colaboración con Motional, una gran empresa automovilística con sede en Boston (Massachusetts, EE. UU.). La compañía nace de la mano de Aptiv y Hyundai. De hecho, el coche adaptado para la circulación sin piloto que se pondrá en manos de Uber Eats este trimestre será un Hyundai IONIQ 5 eléctrico, ya empleado con anterioridad como taxi robótico.
El IONIQ 5 adaptado para reparto pondrá a prueba sus capacidades de conducción autónoma, una característica que ha demostrado ser más desafiante de lo que se imaginaba. Las estimaciones iniciales de competidores como Tesla y Waymo resultaron ser demasiado optimistas. Los desarrolladores se enfrentan a mil y una dificultades. De hecho, la división Aurora de Uber, ya desfasada, también quiso resolver este problema, pero se disolvió tras un accidente mortal, desencuentros internos y funcionamientos inesperados del software.
El plan es que este vehículo transporte kits de embutidos y carnes maduradas desde restaurantes selectos a las casas de los usuarios que usen la app de reparto. Por el momento, esta experiencia solo estará en funcionamiento en la ciudad de Santa Monica (California, EE. UU.), ya que la normativa en materia de conducción autónoma está más avanzada allí, existiendo menos vacíos legales y más claridad para los emprendedores.
Esta es la segunda vez que Uber Eats tantea la idea de los vehículos autónomos para realizar el reparto de comida a domicilio. En 2018 ya había probado suerte con los drones, pero aquello quedó en agua de borrajas. Por el momento, ninguna gran empresa ha conseguido la escalabilidad deseada con este sistema. Actualmente apenas hay un puñado de iniciativas que usen tal sistema; entre ellas, Aerocamaras en las Islas Baleares.
Esta nueva intentona llega como respuesta a los competidores en el campo del delivery. Postmates, Grubhub, Yandex y otros han explorado este modelo de negocio; pero es la asociación entre 7-Eleven y Nuro la que realmente ha preocupado al gigante del reparto, pues su propuesta es la más avanzada y versátil hasta el momento.
En consecuencia, 2022 podría ser un año revolucionario para la conducción autónoma aplicada al reparto de comida a domicilio. Si se da una carrera automovilística entre los grandes jugadores del delivery, esto dinamizaría la evolución de la tecnología y la adopción de la misma por parte del mercado.