En España a menudo atribuimos la frialdad de las relaciones humanas en Europa al mal tiempo. En otras ocasiones justificamos la afluencia de extranjeros en nuestras costas porque es lógico querer escapar de los cielos plomizos que imperan más al norte. Incluso hay quien se atreve a relacionar el número de suicidios en cada país con las horas de sol que sus ciudadanos perciben.
Ahora la Ciencia da algo de razón a todas aquellas tribulaciones. Un reciente estudio publicado en la revista Journal of Hospitality and Tourism Research demuestra que los clientes tienden a dejar más reseñas negativas cuando hace mal tiempo.
Y es que si el día está de perros cualquier nimia molestia puede colmar el vaso. Los investigadores implicados en el artículo, un equipo multidisciplinar de la Universidad Estatal de Ohio (EE. UU.), realizaron tres experimentos.
32 locales de una cadena de comida casual de Florida participaron en la investigación, como colaboradores de la primera prueba experimental.
Los científicos cruzaron las reseñas dejadas por los comensales con la información meteorológica del Centro Nacional de Datos Climáticos, para que emergiesen relaciones entre los dos factores.
Lo primero que se evidenció es que hay tres factores asociados al tiempo atmosférico que provocan una mayor incidencia de reseñas negativas: la lluvia, las bajas temperaturas, y las bajas presiones barométricas (asociadas a las borrascas).
Para corroborar los hallazgos preliminares se ejecutaron dos repeticiones online. En la primera de ellas se contó con la ayuda de 158 clientes. Se les preguntó sobre el tiempo atmosférico y sobre su estado de ánimo durante la comida. De nuevo, hubo una correlación patente entre el mal tiempo y las reseñas negativas. En la tercera prueba, que contó con 107 participantes, los mismos patrones se volvieron a evidenciar.
El estudio no describe el mecanismo por el que esto pasa. No es justo cargar la totalidad de la culpa sobre la clientela, el mal tiempo podría poner de mal humor al servicio de camarería de forma que su atención a la clientela se degradase y estos tuvieran una experiencia de usuario subóptima que justificase las reseñas negativas.
No obstante, si se quiere mantener una reputación online sana, no se pierde nada en recordar al comensal que se ha demostrado científicamente que con mal tiempo se puntúa peor la labor de los negocios. Cuando somos conscientes del sesgo podemos actuar con mayor objetividad.