Para empezar, la pregunta es un tanto polémica pero es que el tema no pide menos. Ahora que la sociedad ha llegado a entender la lucha por los derechos de los animales, o que al menos estamos en ello, nos llega desde un país no demasiado lejano una práctica que o despertará tu curiosidad o te pondrá los pelos de punta.
Hablamos de La Table Suisse, un nuevo restaurante en Suiza en el que se ofrece carne de gato. El propietario, un joven suizo llamado Moritz Brunner, quiso cumplir el sueño de su vida, que no era otro que dar a conocer al mundo la receta típica de su abuela: gato asado. Y para quitarle hierro al asunto, asegura que en su país hay un 3% de la población que come gatos pero tiene que hacerlo en secreto.
Ahora viene la buena noticia: ni Brunner es cocinero, ni existe dicho restaurante. Todo es un montaje de un colectivo que toma el nombre de ese ficticio negocio y que lucha por frenar el consumo de carne de animal.
Para el vídeo han escogido como ejemplo al gato, pero quieren trasladar su protesta a otros como vacas, cerdos o pollos. Y tras una intensa reflexión sobre el asunto, preferimos dejar a un lado el debate entre carnivorismo y vegetarianismo –aunque no descartamos posponerlo para más adelante- y plantearnos una pregunta sobre lo que causa el shock en el vídeo antes de saber qué hay detrás de él: ¿la gente come carne de gato?
La respuesta es sí y, sorprendentemente, no hace falta irse muy lejos para llegar a un lugar donde encontramos este tipo de carne en la alimentación de las personas. Concretamente hay que viajar hasta Italia, donde entre 6.000 y 7.000 felinos acaban cocinados, cifra conocida después de que la Asociación Italiana para la Defensa de los Animales y del Ambiente diese la voz de alarma tras la desaparición de colonias enteras. Según asegura este organismo, la práctica, por supuesto ilícita y penada con entre 3 y 18 meses de cárcel, se ha agravado con la crisis económica a partir de la cual en varios restaurantes y carnicerías han estado dando “gato por liebre”, literalmente.
Otros países en los que sí se permite el consumo de carne de gato
Fuera de las fronteras de la Unión Europea hay países que sí permiten el consumo de este tipo de animales, donde no tienen el papel de mascotas domésticas. En Hawaii la gastronomía local tiene a bien servir platos a base de gato desde tiempos inmemoriales, tanto es así que a pesar de numerosos intentos de prohibirlo, la tradición siempre ha logrado salir vencedora. Lo mismo sucede en otras islas, como en Tahití y en sus islotes cercanos, donde era y es costumbre comer perro o gato, aunque en la actualidad solo lo hace un mínimo porcentaje de la población.
Vietnam es otro de los lugares donde más se comercializa la carne de gato –y la de animales considerados domésticos en otros países-, incluso a pesar de ser ilegal. Mientras la mayoría de la ciudadanía vietnamita consume carne de perro sin miramientos, las autoridades prohíben el consumo de felinos, algo que no es impedimento para los restaurantes como este en Hanoi. Su dueño, To Van Dung, asegura que lo que atrae a sus clientes a ordenar sus platos es la experiencia de probar un producto nuevo, que consideran “apto para principios de mes porque atrae a la suerte”.
El debate entre el permiso y la prohibición
Como era de esperar de una práctica tan controvertida, los menús a base de gato o perro cuentan con simpatizantes y detractores. Los partidarios del sí abogan por las propiedades beneficiosas para la salud de este tipo de carne y poco más, aunque como hemos visto, en la mayoría de países en los que se permite su consumo no están vistos como animales de compañía.
Sin embargo, los contrarios al consumo de gato ganan por mayoría. El maltrato de animales centra la mayor parte de las críticas, las cuales señalan la crueldad de comerse a las mascotas. Diversas asociaciones y organizaciones en pro de los derechos de los animales luchan para conseguir poner fin a esta práctica, más extendida de lo que pensamos tanto en países orientales como en los occidentales.
Ejemplo de esto es el despido del presentador de la RAI italiana Giuseppe Bigazzi por fomentar en televisión el consumo de carne de gato, después de que las autoridades sanitarias tachasen sus declaraciones de “ilícitas y ultrajantes para la sensibilidad de la gente”.
En definitiva, dos posturas sin término medio: o estás a favor o estás en contra. O estarías dispuesto a probar la carne de gato o echarías a correr si alguien te lo propusiera, lo mismo que si te sientan delante de un plato de insectos. Y tú, ¿de qué lado estás?
No entiendo porque se preocupan tanto por un gato cuando hay tanta gente en el mundo pasando hambre ,si no te mata la carne de gato entonces cuál es el problema con que la gente coma gato
Hay opiniones para todos los gustos, gracias!