Mientras los repartidores británicos de Uber Eats se manifestaban a las puertas de la sede de Aldgate a causa del reciente recorte en su comisión por entrega (de 4.76€ a 3.13€), Bloomberg hacía público que la compañía se encuentra en una fase inicial de negociaciones para adquirir Deliveroo. Un jarro de agua fría para los trabajadores, que ven cómo su futuro podría estar a merced de un monopolio.
Deliveroo ha evitado tener presencia en EE. UU., pues el mercado estadounidense de reparto domiciliario de comida está dominado por dos jugadores: Uber Eats y GrubHub. En Europa la situación es muy diferente. Deliveroo disfruta de una presencia ubicua en Europa, sus servicios están disponibles en todas las capitales y hasta en 200 grandes ciudades de la región. No es de extrañar así que su valor de mercado haya sido estimado en 2000 millones de dólares.
Históricamente Uber Eats ha tenido dificultades para competir con su rival en Europa. Por ejemplo, en Reino Unido no han conseguido una licencia de reparto durante muchos años, habiendo sido relegados a un segundo plano por consideración de las administraciones que juzgaron que los servicios prestados eran subóptimos.
En vez de luchar contracorriente, Uber Eats pretende ahora hacerse con el control de Deliveroo. No ha trascendido el monto por el cual se realizaría la compra, ya que las discusiones se mantienen aún en privado. Sí se ha revelado que el precio de adquisición solicitado por Deliveroo sería considerablemente mayor al precio de mercado, y que para no afectar a la liquidez de Uber, esta preferiría realizar un pago mediante acciones.
Se adivina que la compra no será sencilla. Por un lado Deliveroo conoce su potencial en Europa. El mercado al que atiende crecerá un 1000% en los próximos doce años, suficiente para mantenerse a flote incluso si los otros dos grandes competidores (Uber Eats y Just Eat) se aseguran posiciones de liderazgo en la zona.
Además, Deliveroo ha hecho gala en el pasado de una marcada independencia, por lo que no es seguro en absoluto que las negociaciones lleguen a buen puerto.
A esto hay que añadir una posible salida a bolsa de la empresa británica, los rumores sobre la cual han estado revigorizándose recientemente, después de un periodo de calma que se remonta a noviembre de 2017, cuando Will Shu, fundador de Deliveroo, matizaba que una OPV era «en cierto modo lógica» considerando la valoración de mercado alcanzada.
En opinión de Richard Clarke, analista de la casa de bolsa Bernstein, todo se reduce a cuán grande será la porción del pastel que se lleve Shu. Si el monto supera el valor que el fundador podría especular en bolsa con su 9% de las acciones, la venta seguiría su curso. En caso contrario, las probabilidades de que Uber Technologies Inc. se salga con la suya son más bien nulas.
Se espera que Uber se muestre agresivo en sus negociaciones ya que reforzar su presencia en Europa retribuiría a la empresa con numerosas ventajas:
- Reducir la competencia en Europa.
- Aprovechar la infraestructura y el renombre erigido por Deliveroo, especialmente en países como Francia y España.
- Disponer de una app móvil de gran popularidad e integrada en la vida cotidiana de muchos urbanitas europeos.
- Reducir los costes por entrega al disponer de una mayor red de restaurantes colaboradores y una flota de repartidores más extensa.
- Retomar su camino hacia la monopolización del mercado del sudeste asiático.
- Afianzar estrategias en mercados emergentes.
- Imponerse en un mercado que se está consolidando a un ritmo mucho más rápido del estimado inicialmente.
Las primeras reacciones a la noticia no se han hecho esperar.
Durante la jornada del jueves, día en el que se comunicaban las intenciones de Uber, las acciones de Delivery Hero SE caían un 2.9% en la bolsa de Frankfurt, mientras que Just Eat PLC experimentaba un descenso en picado cuya máxima amplitud alcanzó el 10.6%. En ambos casos recuperarían su valor en bolsa con el paso de las horas.
Algunos analistas de mercado han detectado un cambio de estrategia en Uber, motivado tal vez por la llegada de Dara Khosrowshahi a la posición de director ejecutivo.
Quedan atrás la venta del mercado chino a Didi Chuxing, la fusión con Yandex.Taxi cuyo objetivo era ofrecer un servicio conjunto de mayor calidad en Rusia y Europa del Este, o el caso más flagrante de todos, la venta de su negocio en Singapur a Grab a cambio de una participación del 27.5 en dicha compañía.
Las posibles adquisiciones de Deliveroo en Europa y Careem en Oriente Medio apuntan a un nuevo camino.
https://youtu.be/2f4u6HbH5xY
También han hablado los consumidores. En concreto los singapurenses, que se sienten especialmente extrañados, tal como adelantábamos arriba, con el curso de acción de Uber en su país. Primero se replegaron, cediendo el territorio a Grab, y ahora manifiestan su interés por volver a estar presentes en el pequeño país isleño a través de Deliveroo, competidor directo tanto de Grab como de Food Panda (quienes han iniciado un bombardeo mercadotécnico para no perder relevancia).
Los avances de Uber responden a la necesidad de posicionarse adecuadamente cuando vaya a ejecutar su OPV durante 2019. La empresa matriz presenta malos resultados a lo largo y ancho del globo por lo que los datos esperanzadores de Uber Eats (generando beneficios en 27 de las 108 ciudades en las que operaba en 2017) no dejan margen a la interpretación: el reparto domiciliario de comida es una de las líneas de negocio que no pueden poner en entredicho.
Si finalmente se materializa la compra de Deliveroo, Uber habrá dado, en efecto, un paso muy importante para dominar este sector.