Hoy se celebra el Día Internacional del Chocolate. Para conocer el origen de esta conmemoración que se realiza a lo largo y ancho del globo, hay que remontarse a 1995, año en que nuestros vecinos franceses, en honor del escritor británico Roald Dahl y autor de la mundialmente conocida obra literaria Charlie y la Fábrica de Chocolate, hicieron coincidir la fecha con su nacimiento, el 13 de septiembre de 1916 en Gales. Curiosamente, en la misma fecha nació el americano Milton Hershey (1857), fundador de The Hershey Chocolate Company.
Aunque la anterior fecha es celebrada por la mayoría de los países, otros muchos también rinden tributo a este delicioso alimento el día 7 de julio haciéndolo coincidir con el “Día mundial del chocolate” (World chocolate day). Sea cual fuere la fecha, nunca faltan excusas para disfrutar o regalar este presente de los dioses mayas y aztecas.
Según diversos autores, a pesar de que fue Cristóbal Colón quien primero se topó con las semillas del árbol del cacao cuando interceptaba un barco durante su cuarto viaje al Nuevo Mundo, no pareció encontrar ningún atractivo en ellas.
Así, tal y como cuenta Bernal Díaz del Castillo, el escribano entre exploradores que fue biógrafo de Hernán Cortés, fue este último quien lo trajo a España y lo presentó al rey Carlos I, tras quedar fascinado por sus propiedades durante un banquete celebrado por el emperador Moctezuma en la ciudad azteca de Tenochtitlan al creer que se trataba de una expedición enviada por el dios Quetzalcoalt. Durante el festín, corrieron tazas de oro de un lado a otro de la mesa, de éstas rebosaba un brebaje espumoso a base de cacao, cacáhuatl, que denominaban xocolatl.
De lo anterior se deduce que, el chocolate que conocemos hoy en día, nada tiene que ver con la receta azteca que consistía en una bebida fría, densa, que especiaban con chile, pimienta, pétalos de flores silvestres y que coloreaban con achiote. Quién iba a decir a estos pueblos precolombinos que sus semillas, con el tiempo, pasarían a convertirse en un producto de masas, uno de los más apreciados y consumidos por todas las culturas del planeta.
Así, aunque actualmente Bélgica sea considerada la capital mundial del chocolate, o Suiza sea sinónimo irrebatible de excelencia del chocolate, no hay que olvidar el papel fundamental que jugó España durante los siglos XVI y XVII en la exportación a Europa tras la conquista del Nuevo Mundo. Concretamente, las primeras semillas de cacao llegaron a Madrid a través del puerto fluvial de Sevilla, desde allí se enviaban los cargamentos directamente al centro de la península para hacer las delicias de la corte real y de los monasterios, donde se difundió rápidamente su consumo.
Y es que la Familia Real y sus influencias entre las casas reales europeas fueron clave en la expansión del cacao. De hecho, un siglo más tarde, en el XVIII, se habría convertido en la bebida de moda de la alta sociedad europea. Esta información no solo nos llega a través de escritos, sino también a través de las obras de arte que ya parecen reflejar su consumo, tal y como pudiera mostrar el célebre cuadro de Las Meninas de Velázquez, en la escena en la que se ofrece una taza roja a la infanta Margarita de Austria.
Para celebrar este día tan especial, también se debe conmemorar la excelente labor de los maestros chocolateros que hacen posible que podamos disfrutar de tan deliciosas elaboraciones. Además, España puede presumir de tener una de las mejores plantillas del mundo con reposteros de la talla de Oriol Balaguer, David Pallás, Iván Pascual o Raúl Bernal. Hoy, en su honor, y en el de todos los reposteros que siguen llenando nuestro estómago de felicidad en forma de chocolate, comparto algunas recomendaciones para los que queráis uniros a este festejo.
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