Diego Coquillat - El Periódico de los Restaurantes

Hola, soy la mesa del fondo…

Sí, esa misma. La que siempre está aquí, en el rincón, con vista privilegiada a todo lo que sucede. Si las mesas pudiéramos hablar, bueno, probablemente no dejaría de contar historias, porque, créanme, aquí he visto más de lo que podrían imaginar.

Soy la testigo silenciosa de las primeras citas, esas donde los nervios flotan en el aire y las manos tiemblan un poco al levantar la copa. Escucho las risas tímidas y las conversaciones que intentan llenar esos silencios incómodos. A veces, también veo cómo las miradas se encuentran y, de repente, sé que hay una chispa. Los nervios desaparecen, y lo que empezó como una simple comida, termina siendo el comienzo de algo más.

Pero también estoy para aquellos que prefieren mi tranquilidad. Los que vienen solos, a leer, a trabajar o, simplemente, a estar. Conozco sus hábitos. Sé quién prefiere el café solo, quién siempre se sienta en la misma silla y quién, aunque parezca distante, en realidad encuentra en mi compañía ese pequeño refugio del caos del mundo. Me gusta pensar que soy más que un lugar donde apoyan su taza. Soy ese espacio donde el silencio también es bienvenido.

Y, ¿qué decir de las largas sobremesas? Ah, esas son mis favoritas. Cuando la gente se olvida del tiempo y deja que las horas pasen entre anécdotas y confesiones. Escucho promesas, carcajadas que resuenan hasta la barra, y alguna que otra confidencia que espero que no hayan dicho demasiado alto, porque, a pesar de todo, guardo bien los secretos.

También hay momentos de tristeza, porque la vida no siempre es como quisiéramos. He sido el escenario de despedidas que duelen, de lágrimas contenidas tras una copa de vino y de esos silencios largos que, sin palabras, lo dicen todo. Y es ahí cuando me doy cuenta de lo importante que es estar aquí. No para juzgar, sino para ser el soporte —literal y emocional— de quienes necesitan un lugar donde derrumbarse por un rato. Aquí no hay preguntas incómodas, solo el alivio de un espacio seguro, donde siempre hay una taza de café lista para reconfortar.

Los camareros me conocen bien, me dan una pequeña palmadita al pasar, como si fuéramos viejos amigos. Ellos también han visto lo que yo veo, pero son más discretos. Con una sonrisa, se acercan en el momento justo, ofreciendo un postre para suavizar las despedidas o rellenando la copa para prolongar los momentos de felicidad.

Y sí, he escuchado las excusas. “Solo algo rápido”, dicen, como si eso fuera posible cuando te sientas aquí. Porque la verdad es que, una vez que te acomodas en la mesa del fondo, el tiempo tiene su propia forma de diluirse. Es un rincón donde la prisa no entra y donde las conversaciones fluyen sin ataduras.

Hoy 15 de Octubre es el Día de la Hostelería, y quiero levantar una silla imaginaria y aplaudir a todos aquellos que hacen posible estos momentos: los camareros, los cocineros, los encargados que, día tras día, llenan de vida este lugar. Porque aunque yo sea la que sostiene los platos, son ellos quienes sostienen los corazones.

A todos ellos, que corren de un lado a otro sin perder la sonrisa, que conocen las historias detrás de cada comanda, y que hacen que cada cliente, sea cual sea su estado de ánimo, se sienta como en casa, hoy les agradezco. Y les dedico este rincón del fondo, donde siempre habrá un lugar para quien lo necesite.

Gracias por hacer que este restaurante —y todos los restaurantes— sean mucho más que un lugar para comer. Son refugios, son encuentros, son despedidas y nuevos comienzos. Son la vida misma, contada plato a plato, café a café, sonrisa a sonrisa.

Así que, en su día, aplaudo a los héroes tras las bandejas. Porque si yo, una simple mesa del fondo, he aprendido algo en todo este tiempo, es que sin ellos, ninguna historia sería tan memorable.

Feliz Día de la Hostelería. Hoy, más que nunca, esta mesa está reservada para ustedes.

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2 comentarios en «Hola, soy la mesa del fondo…»

  1. Soy fan de la mesa del fondo. Discreta, acogedora. La creía muda y hoy acabo de ver que no era así. Una revelación que me ha encantado, ahora sé que puede darme respuestas.

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    • Gloria nos alegra que hayas descubierto la magia de la mesa del fondo A veces, lo más discreto es lo que guarda las mejores historias. Nos encanta que ahora la veas como un lugar lleno de respuestas… ¡y secretos! Gracias por compartir tu revelación

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