Los robots proliferan en los restaurantes. Las cocinas son susceptibles de automatizarse, los camareros pueden colaborar con robots de reparto y los vehículos autónomos se encargan de transportar los pedidos para reparto a domicilio.
Los robots barman tampoco son raros. Hay dispensadores robotizados que preparan café, refrescos, tés de burbujas y otras infusiones. Incluso los duelos entre humanos y robots bartenders ya suceden como en el siguiente vídeo:
Menos habituales son los que se presentan con características antropomórficas. Cecilia.ai, un nuevo sistema de GKI Group —una start-up israelí—, mezcla kioscos de autopedido, robots de camarería, asistentes virtuales y metaversos. ¿El resultado? Una máquina innovadora con gran potencial.
La pantalla de Cecilia.ai muestra un avatar con modelado 3D. Por el momento, el prototipo solo tiene una apariencia, una mujer pelirroja con uniforme de camisa blanca y chaqueta violeta sin mangas.
El personaje virtual puede interactuar con el cliente gracias al chatbot conversacional por voz integrado en el sistema. Recoge el pedido y, una vez confirmado, lo prepara. Por ahora solo tiene capacidad para servir 120 bebidas por hora. En el futuro su eficiencia podría aumentar: Cecilia.ai es un prototipo experimental.
La máquina mide 245 centímetros y alberga hasta 70 litros de bebida. El almacén se encuentra en la base y dispone de varios depósitos individuales. Supone una evolución lógica de los robots de coctelería ya existentes en el mercado. Supera con creces a Makr Shakr y MixBot, por lo tanto.
La primera versión de este autómata solo se mostró en exposiciones privadas orientadas a posibles socios corporativos. El interés suscitado entre periodistas y hosteleros animó a GKI Group a ser más abierto con su proyecto. La siguiente versión fue pública en el CES 2022 organizado por la Consumer Technology Association.
Los visitantes pudieron comprobar el funcionamiento del equipo en el Eureka Park de Las Vegas (Nevada, EE. UU.). Cecilia.ai consiguió cumplir con su cometido y convencer a los usuarios. El sistema logró procesar los pedidos por voz y completarlos sin problemas pese al trajín existente en la feria tecnológica.
Aunque el autómata podría ser más intuitivo, esto no es un impedimento. Es previsible que el robot barman todavía sufra varias mejoras antes de ser fabricado en masa. Cuando los ingenieros y programadores de GKI Group estén satisfechos, la adopción de la herramienta será rápida, no tenemos dudas de ello.
